Artículo publicado por VICE México.
Sandra tiene 39 años, es una mujer transgénero que a los 19 comenzó a utilizar sus genitales para trabajar y a los 32 empezó a usar la pluma para informar. Es una puta periodista. Así se autodefine. Antes de cumplir la mayoría de edad le dijeron en su pueblo que su rostro era tan fino como el de una señorita. Poco tiempo después llegó a la Ciudad de México y desde entonces ha hecho de la Calzada de Tlalpan su zona de trabajo. Nunca imaginó combinar el trabajo sexual con escribir notas, realizar entrevistas y narrar las historias de sus compañeras a través de crónicas. Hoy muestra orgullosa su primer libro publicado en coautoría.

El proceso desde que surgió la idea hasta que se publicó tardó seis años. En ese tiempo las integrantes del taller aprendieron a ver con otros ojos la labor periodística —que tachaban de ser un oficio manipulador, amarillista y chayotero— para a través de la misma mostrar de primera mano testimonios de mujeres, migrantes centroamericanas, personas transgénero, portadoras de VIH e indígenas que debido al trabajo sexual han sufrido lo mismo que ellas.
Hace años, mientras trabajaba en la calle, Sandra fue víctima de una agresión: un supuesto cliente se acercó y le arrojó ácido en la cara, lo que casi le genera la pérdida de un ojo. Y a pesar de que las cirugías no han logrado una reconstrucción total de su rostro, hoy se muestra feliz firmando ejemplares de su primer libro en colaboración.
Sandra seguirá parada en un esquina de Tlalpan por las noches con su kit de maquillaje siempre listo para cualquier imprevisto. Pero cuando sea necesario usará su pluma y libreta para dignificar su trabajo.
Aquí puedes leer el libro completo en su versión PDF.
Natalia Escobar https://ift.tt/2z4vtJZ
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