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lunes, 21 de mayo de 2018

Testimonios de mujeres que usan apps para poner el cuerno en España

Este artículo apareció originalmente en VICE ES.

Sé infiel, pero mira con quién. Ese podría ser perfectamente el lema de Gleeden, una (discreta) plataforma creada por dos hermanos franceses en el año 2009 —aunque el funcionamiento de la misma, la moderación y el equipo de comunicación y marketing esté liderado por mujeres— y que, en poco tiempo, se ha convertido en la primera web de encuentros entre personas casadas. Ahora mismo funciona en veintinueve países y, solo en España, cuenta ya con más de 600.000 usuarios, según datos de la propia empresa.

Cada uno de estos españoles infieles tiene motivaciones diferentes. Muchos afirman aburrirse en la cama con su pareja. Otros cuentan que su matrimonio puede sobrevivir sin sexo. Unos cuantos piensan que el coqueteo es terapéutico. Y la mayoría señalan que la infidelidad es el secreto de la longevidad de su pareja.


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No es broma. En el 2013, España era el país más infiel de Europa, según un estudio del portal de contactos especializado en aventuras extramatrimoniales Ashley Madison. Se calcula que un 39 por ciento de españoles tiene relaciones extramatrimoniales. Y parece que también somos pichichis en la liga mundial de golfeo marital —en el 2016 varios estudios situaron a nuestro país como el octavo del mundo con mayor número de infieles—.

Hemos recabado varios testimonios de mujeres infieles que utilizan la app para llevar a cabo sus escarceos a espaldas de sus parejas.

Ana, 29 años, Barcelona

Empecé a usar la app hace como dos años. En ese momento ya tenía pareja. La relación con mi chico no era mala pero se había enfriado (algo que considero normal después de cinco años juntos).

Vi que había muchos chicos y chicas como yo, enamorados de sus parejas pero necesitados de un soplo de aire fresco, por así decirlo. Con mi pareja, últimamente, apenas tenía relaciones dos o tres veces al mes. Reconozco que en parte era por mi culpa, porque había perdido algo de interés sexual en él.

"Si no hubiese empezado a utilizar la app para engañar a mi pareja, seguramente hoy no seguiría con él"

Con alguno de los chicos con los que que quedé me desinhibí bastante. En una ocasión, la novia de uno de mis amantes nos pilló en su casa juntos. Le montó un pollo tremendo y a mí me dijo de todo. Pero lo increíble es que, al cabo de un tiempo, el chico me dijo que a su novia le daba morbo la idea de probar a montárselo conmigo y con él a la vez. Y que si iba a seguir engañándola, prefería que fuese con ella participando del asunto. Al principio dudé de que aquello fuese buena idea, pues yo nunca había tenido relaciones con una chica (aunque reconozco que me apetecía probarlo). Lo hicimos y fue muy excitante. Fue la primera vez que una chica me hizo un cunnilingus. Y desde entonces hemos quedado otras cuantas veces más.

Puede parecer raro, pero mi relación de pareja se ha consolidado desde entonces. He aprendido a diferenciar entre echar un polvo con cualquiera (como hago con mi amante) y hacer el amor con mi chico (con el que hay pasión y que es el único que dejo que me bese, por poner un ejemplo). Si no hubiese entrado en Gleeden aquel día, hoy posiblemente no seguiría con él...

Geno, 34 años, Sevilla

Empecé a ser infiel cuando me di cuenta de que la monotonía de pareja me mataba y de que el ser humano no está diseñado para ser monógamo. Al menos yo no.

Por temas de trabajo, viajo bastante. Al principio, aprovechaba esos viajes para tener encuentros con otros hombres. Pero, poco a poco, empecé a encontrarme con chicos también en la ciudad en la que vivo. Siempre con bastante discreción para evitar levantar sospechas.

"El único hombre con el que me gusta amanecer al lado sigue siendo mi novio"

El sexo con mi pareja era notable, pero me cansé de las mismas posturas y el mismo pene, por así decirlo. Empecé a descubrir otros penes, otros olores, otras posturas… Probé cosas que hasta ese momento no había probado, como el sexo en grupo o la lluvia dorada.

Aunque pueda parecer una tontería, lo único que no me gusta hacer con otros chicos distintos a mi novio es besar. Solo he empezado a besarme con un chico que me gusta mucho y con el que me he visto ya en varias ocasiones. A él le dejo que me haga cunnilingus, que me penetre de cualquier postura y que me bese con lengua. Y él ha sido el único hombre con el que me he corrido varias veces en una misma noche. Eso sí, con el único hombre con el que me gusta amanecer al lado sigue siendo mi novio.

Marta, 32 años, Madrid

Me decidí a utilizar la aplicación porque mi vida en pareja era ya demasiado aburrida. Al ir todos los días del trabajo a casa y de casa al trabajo, y al no vivir en la ciudad donde me crié y están mis amistades, era más fácil y seguro buscar a alguien en una app que hacerlo de forma tradicional (conociendo gente en bares, en la calle o por amigos comunes).

Al final, por muy bueno que sea lo que tienes en casa (que lo era), te cansas de todos los días lo mismo. Usar Gleeden afectó positivamente a mi relación, ya que hacía que estuviera más atenta a mi pareja, tuviera más apetito sexual y fuera menos fría. Digamos que cada vez que era infiel, en casa me iba mejor. Y no precisamente porque lo que encontrara en la app fuera malo; al revés.

Con uno de ellos descubrí el squirting y que soy multiorgasmica. Tres años después aún sigo viéndole. Con los amantes solo hay sexo y morbo, no hay implicación emocional, eso hace los encuentros mucho más excitantes, salvajes y curiosos. También te desinhibes más. Además hay usuarios de la app en sitios insospechados. ¡Hasta en una boda encontré a un usuario!

"Un beso, para mí, no es ser infiel. Quizá un polvo con un desconocido, tampoco. Y quizás sí lo sea mantener una relación doble o no ayudar en la educación de tus hijos o tu casa"

Algunos se acaban convirtiendo en confidentes que nunca llegas a conocer pero sirven para desahogarse mutuamente en cuanto a sentimientos. Otros se convierten en amigos. Alguno acaba dejando a su mujer porque ve que está echando a perder su vida… hay de todo.

El ser humano es infiel por naturaleza, otra cosa es que la educación, religión, o la sociedad te empujen a pensar que eso es malo, o que está mal visto. Si un hombre es infiel, no pasa nada, pero si lo hace una mujer es una golfa, una puta o es que estás mal follada. Que en realidad lo de mal follada se usa para referirse a la mujer, cuando el problema es del hombre que no supo hacerlo.

La infidelidad es un concepto muy amplio, porque lo que para ti puede serlo, quizá para mí no. Un beso, para mí, no lo es. Quizá un polvo con un desconocido, tampoco. Y quizás sí lo sea mantener una relación doble o no ayudar en la educación de tus hijos o tu casa...

Franca, 43 años, Torremolinos

Con cuarenta y tantos años una se replantea todo. Me motivó a usar Gleeden el sentirme vacía respecto a otras mujeres que hablaban de cosas más interesantes que el trabajo y la familia. Hablaban de teatro, escritores y viajes con muchos museos.

Mi relación me parecía normal, pero me fui dando cuenta de que era un aburrimiento. Yo apenas hablaba de sexo con mis amigas, hasta que una noche bebimos y nos contamos nuestras fantasías; o sea, lo que nos faltaba. Ahora cuando follo con mi pareja me estimulo pensando en los otros. Esto ha mejorado el sexo, pero es complicado mirarlo a los ojos. Alguna vez he estado a punto de decir el nombre de otro en pleno orgasmo.

"Nunca abro mi cuenta si mi pareja o mi familia están en casa, por seguridad y respeto"

La mayoría de tíos dicen que quieren mucho sexo y al final son unos descafeinados. Son tíos que buscan otra mujer pero no ven que el problema son ellos. El único que sí me hizo descubrir otros placeres se fue a otro país. Lo pasé mal, me había acostumbrado a su piel. Pero ahora he conocido a un chico más joven que es una monada. No es de la página: ahora también salgo a veces con unas amigas que son medio cómplices y ligamos en bares.

Voy a ser muy sincera. Nunca me había deslumbrado el tamaño de nadie, pero si un hombre sabe acariciar a una mujer todo puede pasar, y este chico es un experto. Es la primera vez que me cargan en brazos para follarme, de cara, con mis piernas alrededor de su cintura.

Para que no me pillen, nunca abro mi cuenta si mi pareja está en casa, o mi familia, por seguridad y respeto. Soy infiel por siempre. Sólo tenemos una vida, ¿no? ¿Vamos a vivirla igual hasta la muerte?

Gonzalo Herrera https://ift.tt/eA8V8J

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