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domingo, 13 de mayo de 2018

Esta es la diferencia entre una discusión y el maltrato verbal

Como psicóloga, escucho muchos casos de peleas. A fin de cuentas, los conflictos también forman parte de cualquier relación, y durante una discusión acalorada, los sentimientos de rabia y frustración pueden verse incrementados, haciendo que explotemos con nuestras parejas. Lo preocupante es cuando alguien recurre a las amenazas, los insultos o a los gritos cuando se enfada. Es normal perder los estribos de vez en cuando al discutir con la pareja, pero si esos arrebatos verbales se producen de forma regular, tal vez estemos ante un ejemplo de maltrato emocional.

No es sencillo distinguir entre una discusión acalorada y el maltrato verbal, puesto que los signos a veces son sutiles. He conocido a muchas personas que no eran conscientes de que estaban siendo maltratadas hasta que empezaron a acudir a terapia. A menudo, sin darse cuenta, le quitan importancia al asunto o justifican el comportamiento de sus parejas con argumentos como “Tiene mucho estrés por el trabajo; cuando nos vayamos de vacaciones, todo será mejor”, o “Tiene problemas para controlar la ira. Sé que no sentía las cosas tan crueles que me dijo”. Cuando expresiones tan mordaces como “No me enojaría si no fueras tan sensible” o “Eres tú quien busca el conflicto. No voy a disculparme” se convierten en la norma y no en una excepción, tal vez sea el momento de analizar el estado de tu relación.

Por sorprendente que pueda sonar, casi el 50 por ciento de las mujeres y los hombres han vivido en algún momento de su relación un conflicto en el que ha habido maltrato emocional. Obviamente, no hay que ignorar el daño que supone la violencia física, pero las heridas psicológicas que dejan los golpes verbales, desgraciadamente, no dejan marcas visibles. Sin embargo, no por ello son menos dañinas para la autoestima y la salud mental que la violencia física.

En cualquier caso, hay una serie de indicios que pueden indicar que estás en una relación de maltrato emocional.

Insultos, groserías y críticas

La persona que maltrata muchas veces se siente impotente y suele culpar o avergonzar a su pareja para recobrar el control y el poder. Una forma de hacerlo es mediante los insultos y la crítica no constructiva en cuanto surgen las diferencias. Si tu pareja siempre está haciendo críticas hirientes o poniendo de manifiesto tus carencias, es una señal de que intenta ponerte en una posición de vulnerabilidad. Expresiones lapidarias como “Nunca tienes ni idea de lo que hablas” o “No me equivoco, eres tú quien no tiene más cabeza para entenderme” indican que tu pareja siente la necesidad de tener el control de la relación y lo hace menoscabando tu autoestima.

Manipulación

Estas personas no siempre recurren a los gritos y los insultos cuando las cosas no les gustan. A veces recurren a tácticas con las que intentan hacerte sentir culpable. Por ejemplo, alguien podría decir: “Si realmente te importara, no habrías pospuesto el encuentro que teníamos esta noche” o “Pensaba que lo nuestro era especial, pero veo que me equivoqué, porque si me quisieras no te comportarías así”. Este tipo de acusaciones pueden hacerte dudar sobre tus decisiones e incluso sentir responsable del problema aún cuando no es tu culpa.

Negación y culpabilización

“No te llamé zorra; dije que vas por ahí zorreando. No es mi culpa si no sabes distinguir la diferencia”. Los abusadores a menudo niegan tu realidad invalidando tus sentimientos. Este tipo de manipulación puede hacer que acabes creyendo que estás perdiendo la cabeza, este fenómeno también se conoce como gaslighting. Las personas que usan este tipo de manipulación distorsionan la verdad y cuando tú señalas lo evidente, insisten en que eres tú quien lo entendió mal. Con el tiempo, este patrón acaba erosionando la confianza de la otra persona en sí misma. Hay quienes usan esta táctica para aumentar la dependencia de la otra persona haciendo que duden de su percepción y que de este modo confíen en sus sugerencias.

La luna de miel

Una vez, una clienta me dijo: “Después de las peores peleas, mi novio siempre hace que nos reconciliemos, me compra flores y me trata con dulzura. Me dice lo mal que se sentiría si lo dejara”. Después del maltrato verbal, y pese a que no asuman del todo su parte de culpa, hay personas que te llenan de halagos, regalos o afecto. Este tipo de comportamiento pretende enmascarar los peligros de un maltrato verbal continuo. Sin embargo, si notas un patrón en tu relación respecto a las discusiones y temes las peleas, puede ser señal de que estás atrapado en un ciclo de violencia.

Celos y paranoia

Tras una noche de fiesta con los amigos, una pareja maltratadora podría acusarte de no haberle prestado suficiente atención o insistir en que "tienes algo qué ver" con alguien del trabajo o de tus amistades. Si niegas estas acusaciones, puede que te exijan que lo demuestres dejándoles leer tus mensajes o emails. En el fondo, muchos maltratadores se sienten insignificantes, pero en lugar de expresar sus miedos, los proyectan hacia los demás.

Infravalorar tus logros

“No sé por qué crees que tu trabajo es tan importante; ni que trabajaras en la NASA”. En su intento por quitarte poder, las personas que maltratan verbalmente a menudo desprecian tus logros o tu apariencia y, al mismo tiempo, exageran los suyos. Puede que incluso te insulten en público, y si les dices que han herido tus sentimientos, rápido insisten en que es un malentendido de tu parte.

El maltrato verbal puede degradar tu bienestar psicológico. Si sospechas que estás en una situación de maltrato psicológico, habla con un amigo o una amiga de confianza y busca ayuda profesional.

Juli Fraga https://ift.tt/eA8V8J

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