Este artículo fue publicado originalmente en VICE Reino Unido. Leer en inglés.
¿Qué son? Mascotas.
¿Qué es eso? Animales que viven en tu casa y dependen de ti para su sustento.
¿Son reciclables? Probablemente no.
¿Qué tan malo es el problema?
Ok, todos amamos a las mascotas. Flappy, o como le hayas puesto, es literalmente la mejor mascota de la historia. Pero, ¿Flappy es lo mejor para el medio ambiente? ¿El pequeño Flappy está destruyendo la atmósfera delicadamente equilibrada de la Tierra? Desafortunadamente: sí.
"Las mascotas tienen un gran impacto en el medio ambiente", dice Gregory Okin, profesor de Geografía de UCLA y autor de un estudio reciente sobre el impacto ambiental de las mascotas. "Pero también pueden transmitir enfermedades, contaminar vías fluviales y zonas costeras a través de la escorrentía de las áreas con heces, y tienen efectos adversos sobre la vida silvestre. También tienen toxoplasmosis, que puede ser muy dañina, especialmente para las personas con sistemas inmunológicos comprometidos. El efecto que tienen sus alimentos está relacionado a los impactos generales de la agricultura en el medio ambiente, que incluyen, entre otros, la cría de animales".
De hecho, la comida de Flappy es la principal preocupación cuando se trata de devastación ambiental, para ser más específicos, esos pedazos húmedos de grasa de vaca gelatinosa y cara de pollo hecha polvo. Según el estudio de Gregory, la carne que consumen las mascotas genera el equivalente a alrededor de 64 millones de toneladas de CO2 al año, tiene el mismo impacto ambiental que la cantidad de humo que producen en un año 13,6 millones de automóviles.
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Si ponemos esas estadísticas en términos humanos, los gatos y los perros son responsables de hasta el 30 por ciento del impacto ambiental de comer carne en Estados Unidos. Y no olvidemos toda esa mierda de perro que tienes que recoger; en Estados Unidos, las mascotas producen aproximadamente 5,1 millones de toneladas de heces cada año, la misma cantidad que 90 millones de humanos estadounidenses, que también tienen una gran producción de CO2 en términos de procesamiento.
Entonces, ¿el pequeño Flappy, por más adorable que sea, es una de las mayores amenazas que actualmente enfrenta el medio ambiente? Sí y no, pero principalmente sí.
"Básicamente, creo que muchas personas están cegadas ante el hecho de que las mascotas pueden tener algún impacto en absoluto", explica Gregory. "La gente está muy consciente de las opciones relacionadas con manejar, el uso del agua, la contaminación de fertilizantes, etc., pero están menos conscientes de los impactos que su elección de tener una mascota (y la opción de tener un cierto tipo de mascota) tiene en el ambiente".
No hay que echarle toda la culpa a los perros y gatos, porque también vale la pena considerar el impacto de, por ejemplo, peces o animales exóticos como serpientes o cualquier otra mascota que necesite calor y luz para sobrevivir, porque todo eso requiere de una gran cantidad de electricidad y por lo tanto producirá una gran cantidad de CO2. Eso sí, podemos culpar principalmente a los perros y a los gatos. En especial a los grandes.
"Un perro grande que come una dieta rica en carnes tiene un impacto mucho mayor en el ambiente que un perro pequeño o un gato", me dice Gregory, "y debido a su tamaño y al consumo de carne, todos tienen un impacto mayor que un hámster o un ratón, que son herbívoros".
¿Cuál es la solución?
"Una de las elecciones más importantes que las personas pueden hacer con las mascotas que tienen es alimentarlas con una dieta con menos carne", explica Gregory. "Los perros no son lobos: no necesitan una dieta llena de carne. Gran parte de la información que las personas tienen sobre las necesidades de sus perros proviene del marketing, de compañías que intentan venderle a los que tienen mascotas comida cada vez más cara.
"Las personas tienen que hablar con sus veterinarios sobre la dieta óptima para sus animales, y seguir esas recomendaciones, y no basarse en los comerciales que ven, y deben limpiar lo que hacen sus mascotas. Las heces son la principal forma de propagar los patógenos".
Este artículo fue publicado originalmente por VICE UK.
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