Una semana después de haber encontrado un sarcófago de 2,65 metros en la ciudad de Alejandría, los arqueólogos egipcios decidieron acabar con el misterio y abrirlo. Dentro de la tumba no había solo una momia, eran tres.
A pesar del aspecto hermético que tenía el sarcófago, una gran cantidad de agua logró entrar por una grieta ubicada en el costado derecho y terminó por descomponer los cuerpos e incluso algunos huesos de las momias.
“Abrimos el sarcófago y no nos cayó ninguna maldición”, señaló el jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Mostafa Waziry, en respuesta a los mitos que aseguran de las existencias de maldiciones atrapadas al interior de las tumbas de Alejandría.
La tumba había sido encontrada a cinco metros bajo tierra y se requirió de la ayuda de ingenieros militares para poder abrir la tapa, la cual pesaba 15 toneladas. Mucho se había hablado del sarcófago, especialmente por el tamaño que tenía, 265 centímetros de largo, 165 de ancho y 185 de alto, es por este motivo que se creía que podía tratarse del ataúd de alguien importante, incluso se llegó a pensar que al interior podría estar el cadáver de Alejandro Magno.
Se cree que el sarcófago se encontraba enterrado desde el periodo Ptolemaico, que comenzó tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.C. Debido al buen estado en que estaba el ataúd, los arqueólogos creían que podría llevar cerrado más de 2,000 años.
Que una tumba se mantenga cerrada por tantos años en Alejandría es algo raro, ya que frecuentemente los sarcófagos egipcios son abiertos y saqueados, por eso es muy difícil que los arqueólogos encuentren un ataúd en perfecto estado y que pueda ser investigado.
Además del ataúd se había encontrado una cabeza de mármol, la cual se creía que representaba la figura de quien estaba al interior del sarcófago.
Durante los próximos días se analizarán los huesos de las tres momias, para así poder conocer su edad y la causa de su muerte.
Shaaban Abdel Amonem, uno de los especialistas en momificación que ha visto los esqueletos, indicó que se podría tratar de tres oficiales o soldados del ejercito, ya que uno de los cráneos presentaba un golpe de flecha.
La posibilidad de que estos esqueletos sean de gente que haya pertenecido a la realeza ptolemaica o romana fue descartada por Waziry, ya que al interior del sarcófago no se encontró ninguna máscara mortífera, amuleto, metales preciosos o estatuilla, objetos que siempre se incluían al interior de las tumbas de personajes importantes.
El sitio web de noticias Youm7 reveló imágenes de un hombre derramando el agua que se encontraba al interior del ataúd, en una calle, después de que se tomaron algunas muestras para ser analizadas.
Que se den este tipo de descubrimientos en Alejandría es realmente interesante, considerando que es la segunda ciudad más poblada de Egipto (después de El Cairo) y frecuentemente concurrida por turistas, lo que podría hacer creer que ya estaba todo descubierto.
2018: El año de la suerte para la arqueología egipcia
El descubrimiento que se acaba de dar en Alejandría no es el único que han visto los arqueólogos egipcios durante este año. En febrero se encontró una red oculta de tumbas, al sur de El Cairo, en la gobernación de Minya, las cuales se cree que también permanecieron cerradas por más de 2,000 años. Según expertos se demorarán alrededor de cinco años en explorar el sitio por completo.
Dos meses después, en abril, se encontró un curioso templo grecorromano ubicado a 500 kilómetros al oeste de El Cairo. Las excavaciones han logrado sacar a la luz la parte frontal, cimientos, entrada principal y un muro exterior del templo. Además, en el lugar se lograron encontrar tres estatuas, dos que representa a un león y otra que simboliza la cabeza de un hombre griego. Las autoridades egipcias seguirán investigando el lugar y esperan tener un catastro completo a finales de este año, por lo que no podemos descartar que aún sigan habiendo hallazgos.
Juan Francisco Undurraga https://ift.tt/eA8V8J
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