Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
La película de los 90, Street Fighter, es una obra de arte, un cliché digno de crédito. La cinta de acción, basada en el videojuego, está sustentada casi en su totalidad por escenas de lucha y frases ingeniosas, y es una de esas películas que es tan mala que acaba siendo jodidamente buena. Ahora, más de una década después del lanzamiento, el director de la película, Steven de Souza, le dijo al The Guardian que la realización de la película fue tan caótica como se ve en la pantalla.
Además de los actores que fueron golpeados en el set y los extras actuando con cuchillos reales, de Souza reveló en un relato oral de Street Fighter que el protagonista casi siempre estaba "en coca". Jean-Claude Van Damme actuó como el muy estadounidense Coronel Guile, lo cual no tenía sentido considerando que es belga, pero era la estrella de acción más grande de la época, y al parecer tenía que protagonizar Street Fighter. En ese momento, Van Damme estaba luchando contra su adicción a la cocaína, ya que se inhalaba un valor estimado de 10,000 dólares al día, y supuestamente hizo que el rodaje fuera una pesadilla.
"En ese momento, no podía hablar sobre eso, pero ahora puedo: Jean-Claude se la pasaba en coca", le dijo de Souza al The Guardian. "El estudio le había contratado a un cuidador para que se encargara de él, pero lamentablemente el mismo cuidador era una mala influencia. Jean-Claude se reportaba enfermo con tanta frecuencia que yo tenía que revisar el guión para buscar otra cosa que filmar; no podía sentarme a esperarlo durante horas. En dos ocasiones, los productores lo dejaron ir a Hong Kong, y en ambas ocasiones se tardó en regresar, los lunes simplemente no llegaba".
De acuerdo con De Souza y algunas otras personas del elenco de la película, el hábito de JCVD no fue lo único que hizo que Street Fighter fuera un verdadero desastre. Para empezar, estaban filmando en Tailandia cuando uno de los subdirectores habló sobre un "posible golpe de Estado". También se habían gastado una gran parte del presupuesto de la película al contratar a Van Damme y Raúl Juliá, que honestamente sobresalió como villano, el general Bison, lo que significaba que no tenían tiempo ni dinero para entrenar adecuadamente a todos antes de sus escenas de pelea. Y todo se filmó fuera de secuencia, lo que dificultaba que mucha gente en el set supiera lo que estaba pasando.
"No conocía al personaje, no conocía el videojuego, no sabía qué demonios estaba haciendo", le dijo el actor Roshan Seth al The Guardian. "Se suponía que yo era un científico loco. Pensé: ¿Qué clase de ciencia se supone que debo hacer y por qué estoy enojado?"
A pesar del caos, la agitación geopolítica y la adicción de JCVD, las cosas finalmente se lograron: la película recibió críticas horribles, pero terminó recaudando 105 millones de dólares y lo más importante, fue un éxito.
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