Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Jeff Goldblum es icónico en todos los proyectos en los que aparece, pero no hay un papel tan canónico como el Dr. Ian Malcolm en Jurassic Park y ninguna escena captura su esencia tan bien como ese breve y hermoso momento en el que aparece bastante sudoroso y sin camisa por alguna razón.
Han pasado 25 años desde que esa piedra angular de la cinematografía adornara nuestro mundo, y para conmemorarlo, NOW TV de Londres construyó uno de los mayores logros artísticos de nuestro tiempo: una estatua de 7.6 metros de Jeff Goldblum semidesnudo.
El artista fue audaz en tratar de recrear una expresión tan impecable de la forma humana, pero el riesgo valió la pena. Todos los detalles quedaron plasmados: la barba de dos días está perfectamente representada, tan sutil que no la notarías si no la observaras de cerca. Su mano pende de su muñeca con esa actitud espontánea, característica de Goldblum, que transmite paz y comodidad. Y esos ojos brillan con una mezcla de miedo y conocimiento: una imagen exacta de la mirada que Goldblum le lanzó a la cámara justo después de que el Dr. Malcolm estuviera a punto de perder la vida por un T. Rex.
Si bien hay hordas de admiradores que acuden a raudales a ver la Mona Lisa o la Capilla Sixtina, algunos fans ya han comenzado a expresar su devoción por la gigantesca y sudorosa imagen de Goldblum. Aquellos que son lo suficientemente cultos como para comprender cuán monumental es este logro han hecho una peregrinación a la estatua, tanto para disfrutar de su gloria como para honrarla de la mejor manera que conocen.
Goldblum no ha respondido a la estatua, y no está claro si ya la vio —tal vez esté ocupado haciendo una sesión de fotos con un perrito o tocando el piano o algo así—, pero esperamos que NOW TV la mantenga en exhibición el tiempo suficiente para que el verdadero Jeff Goldblum recree la escena al lado de su doble de 150 kilos.
Si la ciudad de Londres tiene un poco de sentido común, mantendrá el monumento allí por toda la eternidad; tal vez incluso lo consagre como un punto de referencia nacional. Claro, Goldblum no es británico, y no, Jurassic Park no tiene nada que ver con Inglaterra, pero sólo miren esa obra maestra: el bulbo carnoso del pezón, los surcos del vello del pecho, el pináculo de lo que puede ser un rostro humano.
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