Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
En enero, un equipo de constructores trabajaba en el edificio hoy vacío que en su época era el supermercado No-Frills en Council Bluffs, Iowa. Cuando empezaron a retirar los estantes y las neveras del recinto, descubrieron algo espeluznante: el cadáver de una persona que, según las autoridades, posiblemente llevaba años ahí.
Según el diario Des Moines Register, los investigadores no pudieron determinar el sexo ni la edad del cadáver, ni si su muerte había sido provocada por un traumatismo. Se envió el cuerpo al Instituto Forense de Iowa y este lunes, tras practicarle la autopsia, fue identificado como Larry Ely Murillo-Moncada, quien había desaparecido hace casi 10 años.
Cuando desapareció, Murillo-Moncada tenía 25 años y trabajaba en el mismo supermercado No-Frills en el que lo hallaron muerto. El Departamento de Policía de Council Bluffs declaró a la prensa que los padres de Murillo-Moncada denunciaron su desaparición el 28 de noviembre de 2009. “Aquellos días hubo una tormenta de nieve”, dijo el sargento Brandon Danielson. “Se marchó sin zapatos, ni calcetines, ni llaves ni coche”.
Su madre, Ana Moncada, dijo en unas declaraciones al diario The Daily Nonpareil que dos días antes ⎯el día de Acción de Gracias⎯, su hijo había ido a trabajar y, cuando regresó a casa a la mañana siguiente, parecía “desorientado”. Lo llevó al médico, quien le recetó antidepresivos, pero la madre asegura que el joven empezó a oír voces que le decían que comiera azúcar. “Sentía que el corazón le latía demasiado rápido y pensó que, si comía azúcar, se le pasaría”, dijo la madre poco después de la desaparición. “Dijo que alguien lo estaba siguiendo y que tenía miedo”.
Varios exempleados de No-Frills aseguraron que a veces subían al espacio que quedaba sobre las neveras, que también se usaba como lugar de almacenaje. Los investigadores sostienen que, tras salir de casa de sus padres, Murillo-Moncada pudo haberse subido a una de las neveras y de algún modo cayó por la parte de detrás desde una altura de 3,5 metros y quedó atrapado en un espacio de 45 cm entre las neveras y la pared, “Las neveras hacían tanto ruido que probablemente nadie lo escuchó”, concluyó Danielson.
Murillo-Moncada fue identificado gracias al ADN de sus padres; según los resultados de la autopsia, se declaró que había muerto por causas accidentales. Después de diez años de incertidumbre, el caso se cierra de la peor forma posible para la familia Murillo-Moncada. Descansa en paz, Larry.
Jelisa Castrodale https://ift.tt/eA8V8J
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