Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.
Se ha generalizado la idea de que la marihuana está relacionada con cambios en la memoria y que, cuanto más la consumas, mayores son las probabilidades de que tu capacidad para recordar se vea afectada.
Sin embargo, la “memoria” no es una sola cosa o un solo proceso. Algunos estudios han analizado cómo afecta la marihuana a la capacidad para recordar palabras o información y, además, un nuevo estudio de la revista científica Journal of Psychopharmacology ha analizado los efectos de la marihuana en una especie de “memoria del futuro” llamada previsión episódica.
“La previsión episódica es la capacidad de viajar al futuro mentalmente y experimentar un nuevo acontecimiento que aún no ha ocurrido”, explica Kim Mercuri, psicóloga clínica en la Universidad Católica Australiana.
Puede que sea un poco raro utilizar el término “memoria” para describir los pensamientos del futuro, pero los investigadores de la memoria lo hacen porque el objetivo de esta no se basa únicamente en recordar con nostalgia campamentos y graduaciones, sino también en crear una base de datos de experiencias con el fin de poder prepararnos para eventos futuros. Moshe Bar, profesor de Neurociencia Cognitiva y director del Centro de Investigación Gonda sobre el Cerebro Multidisciplinar, que no participó en el nuevo estudio, afirma que el cerebro es un órgano muy predictivo que utiliza el pasado para anticiparse a los hechos futuros.
Para que exista la previsión episódica (los “viajes en el tiempo” con la mente), primero tiene que existir la memoria episódica, cuyo nombre se debe a la capacidad para recordar episodios. “Es personal y autobiográfica. Con ella, puedes acordarte de lo que has desayunado esta mañana o de la conversación que tuviste anoche”, comenta Bar.
Es diferente de la memoria semántica, ya que esta entraría en juego cuando me pidieran que describiera un desayuno cualquiera. Basándome en mis recuerdos, mi respuesta sería “huevos revueltos y pan tostado”. Sin embargo, si me preguntaran qué desayuné esta misma mañana, mi respuesta cambiaría completamente, ya que tomé un licuado de frutas con granola. Esta experiencia es mía y se convierte en mi propio episodio.
Bar menciona que ha habido casos en los que un tipo de memoria, la semántica o la episódica, se ha visto dañado, mientras que el otro no, lo que implica que, así como puede haber similitudes en algunos aspectos, hay al menos una parte en la que se diferencian. Bar cree que la memoria episódica tiene una mayor carga de significado. “Forma parte de tu identidad. Cuando doy conferencias, suelo decir que, por mucho que sea un concepto muy trillado, tu memoria es tu identidad. Tu propia historia, tus propios deseos y tus propios miedos”, añade.
Mercuri recuerda que otra investigación demostró que el consumo de marihuana puede ser perjudicial para la previsión episódica, por lo que es lógico preguntarse si pasará lo mismo con el consumo de cannabis.
Algunos estudios han demostrado que entran en acción partes del cerebro parecidas cuando la gente recuerda experiencias propias del pasado o imagina escenarios que pueden ocurrir en el futuro. Además, la gente con amnesia no es capaz de imaginarse en el futuro. Con esta relación en mente, Kim y sus compañeros decidieron analizar el impacto que tiene la marihuana en la previsión episódica.
Participaron 57 consumidores de cannabis, de los cuales 23 consumían de vez en cuando por placer y 34 de manera regular, y los compararon con un grupo de control de 57 personas. Los usuarios recreativos declararon que consumían marihuana “una vez a la semana o menos”, mientras que los habituales fumaban al menos tres veces a la semana.
Se pidió a todos los participantes del estudio que describieran eventos reales del pasado y posibles del futuro estableciendo una relación con una mezcla de palabras positivas, negativas y neutras: cumpleaños, vacaciones, pesadilla, taxi y banco. Después, se contó el número de detalles personales que fue capaz de proporcionar cada participante y se descubrió que los usuarios habituales de cannabis recordaban menos detalles sobre su propia vida cuando imaginaban escenarios futuros.
Según Mercuri, los resultados demuestran que el consumo de marihuana es perjudicial para la memoria episódica y la previsión episódica.
“Se considera que la memoria episódica es un bloque o un andamio con el que se construye un evento futuro y te hace viajar en el tiempo con la mente”, indica Mercuri. “Para poder avanzar, necesitas retroceder”.
Mercuri cree que sus descubrimientos aportan todavía más pruebas de que existe una conexión entre el consumo de cannabis y la memoria. “El argumento de que el cannabis ataca a nuestra memoria sale reforzado”, aclara.
Anteriormente, los investigadores observaron que la materia gris se reducía en los fumadores habituales de cannabis y que se daban otro tipo de cambios en áreas del cerebro como el hipocampo y la amígdala cerebral. Curiosamente, muchas de las investigaciones sobre el cannabis no son consistentes, ya que, aunque en algunos estudios se han encontrado cambios en el cerebro relacionados con su consumo, en unos no se ha observado ningún déficit de comportamiento y en otros no se ha observado directamente ningún tipo de cambio.
La continuación de estos estudios puede ayudar a develar el lugar en el que se producen los diferentes procesos relacionados con la memoria. En 2014, Mercuri y sus compañeros descubrieron que los consumidores de opiáceos también eran peores en la previsión episódica, pero actuaron igual que los controles a la hora de recordar eventos del pasado. Su nuevo estudio nos ofrece una nueva hipótesis. “Hay muchísimos receptores cannabinoides en las áreas que se encargan de los recuerdos y pueden hacer que los consumidores habituales de cannabis se vuelvan particularmente vulnerables a la alteración de la memoria episódica”.
Si esta droga puede mermar nuestra capacidad para mirar hacia el futuro, ¿podría hacer lo mismo otra diferente? En el mismo número de la revista, otro estudio se hizo la misma pregunta sobre la cocaína. Nadia Hatten, neuropsicóloga de la Universidad de Maastricht, sostiene que el hecho de que los estudiantes universitarios utilicen los estimulantes como potenciadores cognitivos fue una de las razones por las que se pusieron a analizar este tema. Tenían curiosidad por saber si era verdad que pudiera potenciar la memoria y descubrieron que una sola dosis de cocaína puede mejorar la llamada “memoria prospectiva”, otro tipo de memoria relacionada con el futuro.
Hay diferencias mínimas entre la previsión episódica y la memoria prospectiva. Hutten apunta que la memoria prospectiva consiste en recordar actividades y acciones futuras en el momento preciso y en el contexto adecuado. Por ejemplo, acordarte de que tienes cita con el médico por la mañana o de los productos que tienes que comprar cuando estás en el supermercado. Mientras que la previsión episódica consiste en imaginar un evento futuro, la memoria prospectiva consiste en acordarte de hacer algo.
“Lo mejor de la memoria prospectiva es que es uno de los modos de pensamiento futuro que tienen consecuencias inmediatas reales”, dice Karl Szpunar, profesor adjunto y jefe del laboratorio de memoria en la Universidad de Illinois (Chicago). “Normalmente, concebimos el futuro como un concepto distante, mientras que, con la memoria prospectiva, si me olvido de contar algo importante a un amigo, puedo sufrir las consecuencias”.
En el estudio de Hutten, a la gente se le daba placebo, marihuana o cocaína y se les pedía que hicieran un ejercicio de memoria prospectiva, que consistía en realizar una tarea mientras pensaban en otra que sólo debían llevar a cabo cuando se les solicitara, tiempo después. Se llegó a la conclusión de que la gente que había tomado cocaína lo hacía mejor que los otros dos grupos.
Szpunar, que no participó en el estudio, indica que no está seguro de que esa actividad estuviera muy relacionada con la memoria prospectiva, ya que piensa que se centraban en que la gente recordara demasiado rápido y no en analizar su capacidad de observación y atención. “La memoria prospectiva suele funcionar así: cuando tienes que recordar una idea, dejas de pensar en ella y después, en un momento dado, vuelve a aparecer en tu mente”, explica.
Bar admite que no tuvo ningún problema a la hora de realizar la tarea y Hutten señala que se midieron la atención y el estado de agitación de manera independiente, por lo que el grado de atención de la gente no podía explicar del todo la mejora producida. Según ella, algo o gran parte de la mejora debe estar relacionada con un efecto directo de la cocaína en la memoria prospectiva.
Lo que es importante destacar del estudio de Hutten es que se analizaba a la gente mientras estaba bajo los efectos de la cocaína. Muchos estudios demuestran que la gente que consume cocaína y otros estimulantes muestran déficits en varias áreas de la memoria, incluida la memoria prospectiva. “Puede que los consumidores habituales de cocaína sufran las consecuencias a largo plazo”, comenta Hutten. “Además, puede que el consumo de cocaína no sea el mismo entre todos los participantes. Sería interesante identificar el momento en el que el aumento de los efectos de la cocaína se convierte en un perjuicio para la salud”.
Hutten espera poder analizar cómo mejora la memoria una sola dosis exacta de cocaína: ¿incide en la creación del recuerdo en sí?, ¿en la recuperación de ese recuerdo? Todavía son preguntas sin respuesta, pero sus descubrimientos pueden generalizarse y abarcar también las interacciones de las drogas con otros tipos de memoria.
Mercuri piensa que conocer los efectos de las drogas en los tipos de memoria futura es importante más allá de la ciencia más básica. La memoria prospectiva garantiza que no olvides ninguna de las tareas que tengas que realizar, pero hay razones para creer que la previsión episódica tiene un valor de supervivencia incluso superior, ya que se elige mejor cuando puedes prever las situaciones antes de que ocurran.
Mercuri trabaja en el campo de las adicciones y sostiene que gran parte del tratamiento se centra en la planificación del futuro: cómo una persona rechazada por la sociedad puede renunciar a las drogas o proponerse metas para el futuro. Para ella, conocer los efectos de la marihuana en la capacidad para planificar el futuro puede ayudar al tratamiento.
“Podemos situar el objetivo muy a corto plazo”, comenta. “¿Qué puedes hacer ahora para mejorar el después? Por ejemplo, fijarse un objetivo para más tarde. Este tipo de información nos ayuda a los médicos clínicos a la hora de preparar a los clientes para que trabajen en sus objetivos con la esperanza de mejorar los resultados posteriores”.
Esto le recuerda a Szpunar un campo de investigación relacionado que se conoce con el nombre de “descuento temporal”, que consiste en preferir una recompensa más inmediata que una mejor pero en el futuro. Por ejemplo, si te digo que puedes elegir entre recibir 10 dólares ahora o 100 dólares la semana que viene, te quedarías con la segunda opción. Sin embargo, si te digo que puedes elegir entre recibir 10 dólares ahora o 100 dólares dentro de tres meses, Szpunar revela que hay gente que tomaría los 10 dólares en lugar de esperar.
La vida está llena de ejemplos de este tipo. ¿Te vas a comer dos trozos de pizza a las dos de la mañana o te vas a contener porque tienes como objetivo perder peso en el futuro? ¿Vas a fumar o no lo vas a hacer porque quieres estar sano dentro de 30 años? Pensar en el futuro puede conllevar éxitos laborales y matrimoniales. Además, Szpunar puntualiza que “en la vida, parece que a la gente que piensa en el futuro le va mejor”.
Hay mucha gente que no piensa en el futuro a largo plazo, pero se ha demostrado que imaginarse cómo será el futuro distante ayuda a las personas a comportarse de manera más orientada hacia un mejor futuro. De esta manera, los descubrimientos de los estudios sobre el cannabis entran en juego porque “si hay ciertas drogas perjudiciales para nuestra capacidad de imaginar el futuro, pueden estar impidiendo que haya gente que piense a largo plazo”, sugiere. “Sabemos que el pensamiento futuro puede hacernos actuar de manera que tomemos en cuenta el mañana, pero, si consumimos drogas que no nos dejen imaginar el futuro con detalle, este tipo de pensamiento podría no funcionar igual de bien para unas personas como para otras”.
El cannabis también se ha explorado desde un punto de vista médico por varios trastornos. Mercuri informa que es importante conocer todos los efectos secundarios cognitivos para que la gente sepa cómo puede afectar su capacidad para decidir o recordar. “Hay muchas ventajas potenciales debido a la estructura molecular del cannabis, pero también tiene partes que no son muy buenas”, destaca. “Hay que diferenciar el aspecto benéfico sin un potencial costo cognitivo. Creo que todavía queda mucho camino por recorrer”.
Para Bar, es un asunto importante porque la previsión episódica es una parte fundamental en la vida diaria. “No es un suceso extraño que el cerebro haga de vez en cuando. Cada decisión (y tomamos cientos o miles de decisiones al día) requiere algún tipo de previsión o simulación sobre el futuro, incluso las más simples, como qué vamos a comer ese mismo día”.
Es posible que estudiar los efectos nocivos de las drogas en los tipos de memoria pueda ayudarnos a descubrir exactamente cómo funciona el cerebro, ya que tenemos una idea de dónde interactúan las drogas. Al escuchar lo benéfico que es este tipo de memoria, me pregunto, en caso de que podamos descubrir la previsión episódica o el sistema de la memoria, ¿podríamos o deberíamos (hipotéticamente) fortalecerlo y ganar capacidad en el proceso que nos ayuda a imaginar el futuro?
Como en la mayoría de los casos, pasarse puede ser tan perjudicial como quedarse corto. “Piensa en cómo sería imaginarte a ti mismo en el futuro constantemente. En ese caso, pasaría de ser un hecho positivo a provocar trastornos relacionados con la ansiedad”, según Szpunar. “Creo que una de las cosas en la que la gente está muy interesada es ese término medio. ¿Por qué hay gente que lo puede utilizar con moderación y otra para la que parece un obstáculo que le impide llevar una vida normal?”.
Me recuerda a la fijación actual en los ejercicios de concienciación, en los que tenemos que centrarnos en el presente y no tener en cuenta lo que va a pasar a continuación. Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo y puedo asegurar que me vendría bien dejar de verme en situaciones futuras constantemente.
“La respuesta a todo lo que investigamos probablemente es ‘depende’, y eso es lo que estamos tratando de resolver, las contingencias que surgen en el día a día que hacen que eso "dependa". ¿Cuándo es bueno estar en el presente y cuándo en el futuro? ¿Y qué tan importante es para tu capacidad de cambiar de una perspectiva a la otra y viceversa?”.
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