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martes, 21 de agosto de 2018

Uno de cada cinco hombres sienten tristeza después del sexo

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.

Si alguna vez has tenido relaciones sexuales, lo más probable es que después te hayas sentido muy bien: el sexo muchas veces crea una sensación persistente de satisfacción. De hecho, la investigación ha encontrado que estos sentimientos positivos pueden durar hasta dos días enteros.

Sin embargo, no todas las experiencias después del sexo son tan buenas. Algunas personas experimentan una variedad de emociones negativas, que incluyen el llanto, la tristeza y la irritabilidad. Esto ocurre de manera inexplicable después de tener relaciones sexuales satisfactorias. Este fenómeno, conocido como disforia postcoital, se ha discutido cada vez más entre investigadores y terapeutas en la última década.

Las investigaciones han descubierto que casi la mitad de las mujeres lo ha experimentado al menos una vez. Además, el diez por ciento dice que lo ha experimentado en los últimos meses, mientras que el dos por ciento dice que es algo que les sucede con regularidad. Las mujeres que experimentan disforia poscoital tienden a tener más angustia psicológica y disfunciones sexuales; además, estadísticamente es más probable que hayan sido victimas de abuso sexual.


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Durante mucho tiempo se ha pensado que los hombres también experimentan disforia poscoital; pero hasta ahora, ninguna investigación había analizado este fenómeno en los hombres. Un nuevo estudio encontró que no solo existe disforia poscoital en los hombres, sino que los hombres pueden ser más propensos a experimentarla con más frecuencia que las mujeres.

En el estudio, 1,208 hombres completaron una encuesta en línea sobre sus experiencias postsexuales. Los participantes provenían de todo el mundo, tenían edades comprendidas entre los 18 y los 81 años (la edad promedio era de 37 años), y la gran mayoría (el 84 por ciento) dijo que actualmente estaban involucrados en algún tipo de relación sexual.

Para determinar si los participantes habían experimentado disforia poscoital, se les preguntó si habían "experimentado llanto inexplicable, tristeza o irritabilidad después de la actividad sexual consensual" en algún momento de sus vidas, así como durante las últimas cuatro semanas específicamente. También se les hicieron preguntas sobre angustia psicológica previa y actual, experiencias de abuso sexual, así como cualquier problema sexual actual que enfrentaran.

Resultó que el 41 por ciento de los hombres informaron haber experimentado disforia poscoital en algún momento. Esto concuerda con estudios previos que encontraron que el 46 por ciento de las mujeres también lo han experimentado.

En cuanto a las experiencias recientes con la disforia poscoital, el 20 por ciento de los hombres dijeron que les sucedió en el último mes. Además, casi el 4.5 por ciento de los hombres dijeron que lo habían experimentado la mayoría o todas las veces que habían tenido relaciones sexuales durante toda su vida. En comparación con los números antes mencionados entre las mujeres, estos hallazgos sugieren que es más probable que los hombres tengan experiencias recientes y recurrentes con la disforia poscoital.

De acuerdo con investigaciones previas en mujeres, los hombres eran más propensos a informar disforia poscoital cuando tenían niveles elevados de angustia psicológica, dificultades sexuales (especialmente problemas relacionados con un nivel bajo de apetito sexual y orgasmos), así como experiencias de abuso sexual durante la infancia. Los hombres homosexuales informaron experiencias más frecuentes con la disforia poscoital que los hombres heterosexuales.

Es importante observar que este estudio no se basó en una muestra representativa de hombres; por lo tanto, no podemos decir con certeza cuál es la prevalencia de la disforia poscoital entre los hombres o sacar conclusiones firmes acerca de cómo se compara con las mujeres. Lo que estos hallazgos sí nos dicen, sin embargo, es que la disforia poscoital es real y parece afectar a muchos hombres.

Se necesita investigar más para comprender las posibles causas de la disforia poscoital; sin embargo, este estudio sugiere que es probable que un factor contribuyente sea nuestro estado psicológico, que puede afectar la respuesta emocional que tengamos después del sexo. Experimentar abuso sexual en la infancia también puede afectar la forma en que experimentamos el sexo más adelante en la vida, pero es importante notar que la relación observada en este estudio fue muy pequeña. El abuso sexual durante la infancia puede, por lo tanto, desempeñar algún papel en la disforia poscoital, pero realmente no parece ser el factor determinante.

Los autores de este estudio sugieren que debido a la disforia poscoital es algo que la mayoría de los hombres experimentarán con poca frecuencia, no es algo que deba ser patologizado y, en la mayoría de los casos, probablemente no sea motivo de preocupación; en realidad, solo representa un problema cuando ocurre con frecuencia y se convierte en una fuente de angustia o contribuye a problemas de pareja.

Más que nada, los resultados de esta investigación se suman a un creciente cuerpo de literatura que sugiere que las experiencias de los hombres con el sexo y el orgasmo son mucho más diversas y complejas de lo que se suponía anteriormente.

Justin Lehmiller, PhD, es investigador en The Kinsey Institute y autor del blog Sex and Psychology. Su último libro es Tell Me What You Want: The Science of Sexual Desire and How It Can Help You Improve Your Sex Life. Síguelo en Twitter @JustinLehmiller.

Justin Lehmiller, PhD https://ift.tt/eA8V8J

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