Artículo publicado originalmente por VICE Asia.
El Hong Lim Park de Singapur se vistió de color rosa brillante el sábado pasado para el Pink Dot, la única reunión del Orgullo LGBTQ de la isla. Pink Dot es diferente de otras manifestaciones del Orgullo que se ven en todo el mundo, donde la gente recorre las calles y lleva la celebración a toda la ciudad.
Pink Dot se lleva a cabo en el Rincón de los Oradores, ya que es el único lugar de la isla donde los grupos pueden reunirse sin un permiso. Sin embargo, las personas o entidades que quieran usar el espacio deben registrarse. El evento está limitado únicamente al Parque Hong Lim y solo está abierto a los ciudadanos de Singapur y residentes permanentes. Este ha sido el caso desde una ley de 2017 que prohíbe a los extranjeros reunirse en el Rincón de los Oradores, ya que "los extranjeros y las entidades extranjeras no deben... interferir en nuestros asuntos locales, particularmente los de naturaleza política o controvertida", dijo el ministro K Shanmugam.
Aunque los singapurenses y los extranjeros no pueden reunirse conjuntamente para apoyar los derechos LGBTQ, muchísimos residentes llegaron a la celebración para expresar su solidaridad. Miles se reunieron a pesar de la lluvia para unirse a la derogación de la sección 377A, una ley que penaliza el sexo gay en Singapur. La Sección 377A del Código Penal se implementó durante el gobierno colonial británico, y establece que el sexo entre hombres adultos con consentimiento mutuo es ilegal y puede castigarse con hasta dos años de prisión. La misma ley existe sin cambios en otros países de Asia, como Malasia y Myanmar. En la India también estaba en vigor, pero fue derogada el año pasado.
Las celebraciones fueron extensas. El artista local queer Joshua Simon subió al escenario, al igual que los artistas aliados Preetipls y Subhas. Las drag queens se llevaron la noche, los jóvenes bailaron al compás de la música en el parque, y los patrocinadores repartieron helado rosado y agua de coco rosada como parte de las golosinas temáticas del Orgullo.
En un punto de la celebración, los organizadores de Pink Dot les pidieron a los miembros de la comunidad LGBTQ que escribieran los términos despectivos que han sido usados en su contra y los mostraran en un papel, lo cual destacó cómo las personas queer aún se sienten excluidas en Singapur.
Este sentimiento subyacente culminó durante la iluminación del festival, que fue dirigida por Paerin Choa, portavoz y abogado de Pink Dot.
"Ha pasado una década. Sin embargo, nuestros líderes parecen ser selectivos en la atención que prestan cuando se trata de la discriminación que las personas LGBTQ enfrentan cada día", dijo Choa. "Seguimos siendo invisibles y marginados en Singapur, donde las leyes y las políticas de este país nos niegan el respeto y la dignidad".
"Acaben con esta ley", gritó Choa repetidamente, con el respaldo de la multitud. Los asistentes encendieron entonces las luces color rosa mientras los voluntarios deletreaban las palabras "Deroguen la 377A'' con sombrillas blancas.
Así es como se vio el espectáculo desde una vista aérea:
Así es como se vio al ras del suelo:
A continuación les presentamos algunas fotos del evento:
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