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jueves, 4 de julio de 2019

Hace tanto calor que los mejillones se cocinan en sus propias conchas

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Cada vez que la temperatura de la tarde comienza a elevarse más allá de los 27 grados centígrados, uno piensa en el viejo adagio acerca de que hace tanto calor afuera que puedes freír un huevo. Aunque puedes sentir que te sofocas en un día de verano, de acuerdo con la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, un huevo no comienza a cocinarse hasta que alcanza una temperatura de 70 grados centígrados; la acera promedio puede alcanzar los 62 grados.

Pero Jackie Sones, coordinadora de investigación en la Reserva Marina Bodega en el condado de Sonoma, California, notó recientemente que una cantidad significativa de mejillones californianos habían muerto dentro de sus propias conchas, probablemente debido a que las temperaturas fueron lo suficientemente altas como para cocinarlos en las rocas a las que estaban unidos.

A mediados de junio, Sones estaba realizando un trabajo de campo cerca de Bodega Bay, cuando se dio cuenta de que una gran cantidad de mejillones que habían quedado expuestos durante la marea baja estaban abiertos, porque esencialmente habían muerto cocinados en sus propias conchas. Ella documentó las muertes de los mejillones en su blog, La historia natural de Bodega Head.

Sones cree que esta es la muerte de mejillones más masiva que ha visto en 15 años.

"En encuestas recientes realizadas en Bodega Bay el fin de semana pasado, en promedio, ha muerto cerca del 30 por ciento de los mejillones de la superficie", contó a VICE en un correo electrónico. “Algunos sitios sufrieron un 5 por ciento de mortalidad, mientras que otros experimentaron [más del] 70 por ciento de mortalidad. Durante un evento de 2004, la tasa de mortalidad promedio fue de alrededor del 10 por ciento, así que el evento de junio de 2019 ha sido más grave".

De acuerdo con Bay Nature, a mediados de junio, cuando Sones notó por primera vez la muerte de los mejillones, la temperatura del aire en Bodega Bay era de 24 grados centígrados —más cálido de lo habitual—, no había brisa y había marea baja al mediodía. Los mejillones no podían enfriarse sin la brisa, y la temperatura dentro de sus conchas podría haber alcanzado unos incómodos (y mortales) 40 grados centígrados. "Estaban literalmente cocinándose allí", aclaró Brian Helmuth, ecologista marino de la Universidad del Nordeste.

Sones dice que estas muertes de mejillones afectarán otras partes del ecosistema de la región. "Los mejillones de California son especies 'fundamentales', que proporcionan un hábitat para una gran diversidad de animales", explicó. "Aunque no todos los mejillones han muerto, perder la capa superior de mejillones probablemente tendrá un impacto negativo en los animales que viven cerca del lecho de mejillones".

Cuando los mejillones fueron víctimas de un evento parecido en 2004, los investigadores creen que fue causado por una combinación similar de temperaturas diurnas inusualmente altas y mareas bajas durante el día, que dejaron a los mejillones expuestos al calor. (Bay Nature señala que normalmente los días más calurosos del año en el norte de California corresponden con las mareas bajas de la mañana o de la noche). Pero, como hemos aprendido recientemente —en la naturaleza y en la vida— lo que solía ser normal ya no lo es.

"Los científicos del clima creen que aumentará la frecuencia y la duración de las olas de calor", escribió Sones. "Con esa perspectiva en mente, aunque es difícil predecir el futuro, es importante documentar estos eventos climáticos extremos y sus impactos".

Tal vez puedan cocinar huevos en la acera, después de todo. Probablemente no sea algo bueno.

Jelisa Castrodale https://ift.tt/eA8V8J

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