Artículo publicado originalmente por Noisey Estados Unidos.
Hay algo que sucede en los lugares fríos, especialmente para las personas de climas cálidos. Cuando llega el invierno, tu esperanza se desvanece, y te cuestionas las decisiones que te han llevado a pasar de enclaves tropicales a tierras desérticas, amargas y congeladas. Pero con el tiempo, podrías hacer una conexión con un pequeño grupo de personas de ideas afines, y forjar una comunidad. Y ahí es cuando todo comienza a tener sentido. "Los inviernos de Chicago son brutales, especialmente si tu cuerpo está acostumbrado a un clima tropical", dice Camilo Medina, cantante y guitarrista de la banda Divino Niño.
Divino Niño se creó por casualidad cuando Medina y el bajista Javier Forero, quienes se conocieron de niños en Bogotá, se reconectaron por pura coincidencia cuando sus familias se mudaron a Miami. Desde entonces se han hecho un nombre por sí mismos después de lanzar Pool Jealousy de 2014 y The Shady Sexifornia Tapes de 2016 pero para ellos, Foam se siente como su primer álbum. "Lanzamos un EP, y The Native Sound se acercó y nos ofreció un acuerdo para lanzar un álbum en vinilo si agregábamos tres canciones", dijo Medina. "Grabamos tres canciones más, y luego lanzamos un álbum compuesto de todas nuestros demos mientras trabajábamos en Foam".
En Foam, que se estrenó el 21 de junio, Divino Niño continúa la racha de bandas latinoamericanas como Inner Wave y Boogarins que actualmente son dueños de la escena psicopop. Y son parte de un fascinante movimiento de artistas en el pop estadounidense que está filtrando lentamente los sonidos del lugar de nacimiento de sus padres a través de nuevas tomas en paisajes sonoros más comunes. Esta nueva generación de músicos y artistas está definiendo la música de esta era a través de la lente de la primera y segunda generación de Americanhood.
Y mientras que el sonido de Divino Niño está ciertamente en deuda con bandas inglesas como los Beatles o SIlver Apples, fue hasta hace poco que descubrieron esas bandas. "Ni siquiera había escuchado a los Beatles hasta que me mudé a Chicago", dijo Medina. "Una canción como 'Maria' está más influenciada por la banda [colombiana] Aterciopelados", agrega.
Pero justo eso es lo que hace que Divino Niño parezca tan fresco. En su esencia, Foam es un álbum pop cuidadosamente elaborado, fundamentado en gran medida por cantantes pop de los 70s como Sandro de America, José José y otros que formaron parte de esa onda latinoamericana mientras los miembros de la banda crecían.
En "Plastic Love", frases sencillas pero efectivas como "Yeah, baby, I'm on this everlasting lucid dream / of plastic love when you're with me", acompañan a melodías juguetonas y ritmos derivados del bolero, haciendo de esta una de las canciones más transculturales del álbum. Pero incluso con su incursión en el bolero, lo que Foam nos deja ver, más allá de la psicodelia, es un influjo de sonidos pop latinoamericanos de los 70s. En canciones como la antes mencionada "María" y "Melty Caramelo", podemos escuchar la influencia de cantantes como Roberto Carlos y Piruli.
Con Foam, la banda nos ha regalado un conjunto de canciones que puede ser escuchado en una sola sentada, algo que su naturaleza, a menudo transitoria, había evitado en los últimos años. "La pieza más grande del rompecabezas para que pudiéramos hacer este disco, era que nos hiciéramos parte de la escena musical: la comunidad de Chicago", dice Medina. "Todos filtramos las ideas de todos. [Así que] todo lo que logró salir ha sido significativo para nosotros. Sentimos que teníamos algo que decir".
Escucha el disco completo aquí abajo.
Eduardo Cepeda https://ift.tt/eA8V8J
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