Artículo publicado originalmente por i-D de VICE Reino Unido.
"El hecho de que los personajes que representamos al hacer cosplay no se vean exactamente como nosotras, no significa que no podamos reinventarlos o retratarlos de una manera distinta, total es un personaje animado", dice la cosplayer de California Kiera Please. La joven de 23 años ha decidido levantar la voz, pues está cansada de la persecución y la misoginia de la que son objeto ella y muchas otras mujeres negras cosplayers en las redes sociales. "A veces, el abuso en línea es demasiado", explica. "Lo más difícil es tener que leer los comentarios de las personas que me denigran por mis elecciones de personaje debido a que no soy del mismo color de piel que el personaje o no tengo el mismo tipo de cuerpo o el mismo tipo de facciones".
Originario de Japón, el cosplay, un acrónimo formado por las palabras 'costume' [disfraz] y 'play' [juego], permite a los participantes explorar su creatividad y transformarse en el héroe a su elección. Una vez que este pasatiempo evolucionó para convertirse en una subcultura, la popularidad del cosplay empezó a crecer exponencialmente y ahora es una industria multimillonaria. En teoría, el cosplay no tiene limitaciones de raza, género, imagen corporal o discapacidad. Sin embargo, en la realidad muchas cosplayers de color se ven obligadas a enfrentar prejuicios de sexismo, racismo y vergüenza corporal.
Las cosplayers de color enfrentan reacciones violentas, que van desde confusiones hasta insultos, por formar parte en este pasatiempo. "Cuando hacía el cosplay de Sailor Moon, la gente publicaba comentarios donde se referían a mí como 'n*gger moon' o me llamaban 'la versión negra' de dicho personaje", me dice Mimi la Nerd. “No permito que el racismo me impida caracterizarme como cualquier personaje que yo quiera y no solo como los que son visiblemente negros. Los guardianes de la precisión al parecer no entienden que el cosplay se aplica a todos y todas y no solo a unos cuantos ".
En comparación con las cosplayers que no son de color, el nivel esperado de precisión que enfrentan las mujeres negras de la comunidad es notorio. Para algunas cosplayers, las reacciones negativas son tan intensas que las pueden hacer sentirse rechazadas dentro de su propia comunidad: Shellanin, una joven de 25 años que vive en Atlanta, es una de ellas. Durante los últimos ocho años, sus experiencias con el abuso, específicamente en torno al colorismo, han impactado la forma en la que aborda este pasatiempo. "Hasta el día de hoy, sigo recibiendo abusos al caracterizarme como algún personaje de piel clara", dice. "Estoy consciente de que no me parezco a la mayoría de los personajes de los que me caracterizo, pero esa es la parte más empoderadora de todo esto". Es como si esperaran que nos viéramos como Canary de Hunter X Hunter, Kofi de Cowboy Bebop o Rei Hououmaru de Kill la Kill. Es insultante".
Este tipo de abuso no es algo nuevo. En 2017, la cosplayer Kay Bear compartió una emotiva publicación en Facebook donde revelaba los mensajes de odio que recibió en línea mientras se encontraba caracterizada como Mavis de Hotel Transylvania . "Me han llamado 'n*gger, falsa, fea, etc.' solo por el color de mi piel", escribió. "El cosplay es para todos. Si alguien te dice 'este personaje no es de color', dile 'ahora ya lo es'". Su publicación se volvió viral, y esto provocó que varias cosplayers de color en todo el mundo adoptaran la misma postura y hablaran públicamente del abuso que han experimentado.
Cabe señalar que en el mundo de la animación japonesa hay en sí una falta de representación de gente de color. Debido a que fue creado principalmente para el mercado interno, tiende a tener personajes de color escasos o a excluirlos por completo. En otras ocasiones, sus representaciones son activamente dañinas: como la hermana Krone en The Promised Neverland, cuyos rasgos faciales exagerados, cuerpo descomunal y estética como de empleada doméstica nos recuerdan al estereotipo racista del siglo XIX , conocido como 'Black Mammy'. En este contexto, no es una sorpresa que muchas cosplayers de color elijan caracterizarse como personajes que originalmente fueron creados con piel clara.
Cada año, las convenciones de cosplay como la Comic-Con en los EE. UU., Armageddon Expo en Nueva Zelanda y World Cosplay Summit en Japón dan la bienvenida a miles de fanáticos entusiastas listos para vivir sus fantasías de cosplay en la vida real. A pesar de que estos eventos supuestamente son un espacio inclusivo y seguro, muchas mujeres cosplayers que asisten a ellos han experimentado su lado oscuro: ser fotografiadas y tocadas sin permiso e, incluso, sufrir abuso sexual. "Mi experiencia en las convenciones ha sido increíblemente positiva, pero conozco a algunas cosplayers que no han tenido la misma suerte que yo", me dice desde Atlanta Cutiepiesensei, de 25 años. "Cuando hacemos cosplay, tenemos que abrirnos paso a través de un arraigado grado de sexismo y racismo. Por desafortunado que sea, y casi estamos acostumbradas y tratamos de ignorarlo".
Ahora, algunas personas dentro de la comunidad están empezando a dar pelea. Dado que febrero es el Mes de la Historia Negra, muchos cosplayers de color en todo el mundo han utilizado las redes sociales para celebrar su contribución a la subcultura con el hashtag #29DaysofBlackCosplay. Este hashtag actúa como un espacio seguro para muchos cosplayers de color y es una invitación abierta a que interactúen en línea, exhiban su arte y celebren a sus héroes. "Esto ayuda al movimiento", dice Sachi de Brooklyn, NY. “Es un espacio neurálgico donde podemos vernos, conocernos y tener presencia en línea y en la vida real. Usamos hashtags como #BlackCosplayerHere y #supportblackcosplayers para ayudar a cambiar los prejuicios raciales".
Con #29DaysofBlackCosplay cobrando cada vez más fuerza, algunas ven al 2020 como un año prometedor para las mujeres de color dentro de la comunidad. "La gente se está volviendo más socialmente consciente de las cosplayers de color, y hemos hecho grandes avances para dar a conocer nuestros nombres y rostros", dice cutiepiesensei. “Veo cada vez a más mujeres negras sentirse confiadas en su propia piel y haciendo cosplay fuera de su zona de confort. Esto no habría sucedido hace algunos años atrás. Vamos en la dirección correcta. El amor por este pasatiempo y sus aspectos positivos en general superan a la parte negativa".
El cosplay requiere mucho tiempo, es costoso e incomprendido. Es, en última instancia, una labor de amor. Desafortunadamente, por lo regular es una labor de amor para una comunidad que se niega a corresponder el sentimiento. Para los y las cosplayers de color, ese sentimiento es especialmente fuerte. Pero esa parte negativa no los va a excluir de la práctica. "Ser una mujer de color que hace cosplay en 2020 definitivamente tiene muchos pros y contras", dice Mimi. "Ya no nos limitamos. Hay muchas oportunidades que los cosplayers no-negros nos arrebatan y espero que sigamos demostrándoles que estamos aquí y que no nos iremos a ninguna parte. Aprovechamos cada oportunidad que se nos presenta y damos nuestro 200 por ciento".
Shakeena Johnson https://ift.tt/387hIIO
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