Artículo publicado originalmente por VICE India.
Aún cuando las cajetillas de cigarrillos llevan frases que advierten que "Fumar mata" o "Los cigarrillos causan cáncer", resulta que las colillas ya apagadas en los ceniceros son igual de malas para nuestros cuerpos. Estas colillas no solo ensucian el medio ambiente con microplásticos tóxicos, sino que, según un nuevo estudio, los cigarrillos apagados emiten cantidades tóxicas de nicotina en el aire. Esto no solo significa que los cigarrillos son terriblemente malos para el planeta, sino que además sus vapores pueden causar daño incluso a los no fumadores.
Aún cuando sabemos que fumar pasivamente también es dañino, los investigadores del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus sigla en inglés) en los EE. UU. descubrieron que cada colilla de cigarrillo emite casi el 15 por ciento de la nicotina que emite un cigarrillo encendido. "Estaba absolutamente sorprendido", dijo el investigador Dustin Poppendieck. "Esa cantidad es significativa y podría tener un impacto importante cuando las colillas se acumulan y desechan en interiores o automóviles". Las mediciones del NIST se realizaron bajo un acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos para analizar el impacto general del consumo de cigarrillos en la vida de las personas.
Lo que es más aterrador es que los científicos descubrieron que estas emisiones podrían continuar durante por lo menos una semana después de que el cigarrillo ha sido depositado en el cenicero. "Esto significa que si no vacías los ceniceros de tu hogar durante una semana, la cantidad estimada de exposición actual a la nicotina que impacta a los no fumadores podría duplicarse", dijo Poppendieck. Este tipo de exposición de tercera mano también puede aumentar el riesgo de padecer cáncer y causar otras numerosas complicaciones de salud, especialmente en los cuerpos y cerebros en crecimiento de bebés y niños.
Para llevar a cabo esta investigación, no solo examinaron ocho de los innumerables productos químicos emitidos por los cigarrillos, sino que también midieron la triacetina, un plastificante que se usa con regularidad para darle rigidez a los filtros. Los filtros se convirtieron en una parte característica de los cigarrillos hasta la década de 1950, con el fin de que recolectaran parte de lo que emite un cigarrillo encendido. Aun así, no anulan por completo la exposición al inhalar humo de tabaco; más bien, proporcionan una especie de extensión para los consumidores de cigarrillos que desean evitar desperdiciar tabaco, tener que quitarse partículas sueltas de tabaco de la lengua o quemarse los labios y los dedos. La triacetina puede constituir hasta un 10 por ciento del filtro, y tiene baja volatilidad, lo que significa que no se evapora de manera eficiente a temperaturas normales. Lo cual también llevó a los investigadores a la conclusión de que las colillas de cigarrillos son más dañinas en climas más cálidos.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron una "máquina fumadora", un dispositivo que usa movimientos robóticos para simular la experiencia de fumar, con ella probaron más de 2,000 cigarrillos para llegar a esta inferencia. Para combatir estos efectos, el equipo sugiere que, en lugar de apagar los cigarrillos y tirarlos al aire libre o en recipientes abiertos, debemos depositarlos en algún recipiente de metal o vidrio que pueda sellarse y que contenga arena para así reducir el riesgo.
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