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jueves, 26 de abril de 2018

Debemos proteger las zonas forestales aunque vivamos en ciudades

Esta es una opinión de Brittany Wienke de Rainforest Alliance.

Si vives en una ciudad, quizá lo más parecido a un bosque que puedas ver sea el árbol descuidado de la calle que sostiene un par de tenis y unas cuantas bolsas de plástico. Es probable que pases tus días frente a un escritorio de oficina o recorriendo los suburbios. Podríamos perdonarte si piensas que los bosques tienen poco que ver con tu vida cotidiana, pero necesitas las zonas forestales más de lo que crees. De hecho, no es exagerado decir que tu vida depende de ellas.

Todos saben que los bosques producen aire. ¿Pero sabías que la selva amazónica sola produce alrededor del 20 por ciento de todo el oxígeno en la atmósfera? ¿Qué hay del papel de los bosques en el ciclo del agua? Casi un tercio de las ciudades más grandes del mundo obtienen una proporción significativa de su agua potable de cuencas forestales, incluidas ciudades como Bogotá, Tokio y Nueva York.

Además de proporcionar el aire que respiramos y el agua que bebemos, los bosques también son la fuente de muchos alimentos y productos que utilizamos todos los días. ¿Aguacates? Provienen de zonas boscosas ¿Café? Se cultiva en las laderas montañosas de la selva tropical. ¿Chocolate? Hecho de cacao que se cultiva en bosques bajos.

Como consumidor, tus decisiones afectan directamente a estos bosques (aparentemente) lejanos. Tal vez nunca pisarás uno de estos paisajes neblinosos de ensueño del sudeste asiático o Sudamérica, pero estás indisolublemente conectado con los bosques y las personas que viven allí.

¿No estás convencido aún? Sigue leyendo.

Cambio Climático

Tal vez uno de los mejores regalos que nos ofrecen los bosques es su capacidad para absorber la monstruosa cantidad de emisiones de gases efecto invernadero que los humanos generamos: casi la misma cantidad de carbono se almacena en los bosques que en la atmósfera. Los bosques absorben dióxido de carbono del aire, lo almacenan y generan el oxígeno que todos respiramos.

Los bosques son vitales para el ciclo hidrológico (sistemas de lluvia y agua) y mantienen algunos de los suelos más frágiles del mundo. Además, los bosques actúan como el aire acondicionado de la tierra, estabilizan las temperaturas y ayudan a regular los patrones climáticos globales.

De hecho, los bosques son nuestra mejor defensa contra el cambio climático. Según algunas estimaciones, hemos perdido aproximadamente el 80 por ciento de nuestras zonas forestales. Esta asombrosa pérdida, combinada con la forma en que se utiliza la tierra después de la tala del bosque, contribuye a un 9 u 11 por ciento de las emisiones totales de gases efecto invernadero cada año; casi tanto como todos los trenes, aviones y automóviles del mundo juntos. Pero al detener la destrucción de bosques maduros (naturales antiguos), evitamos que una gran cantidad de carbono ingrese a la atmósfera y, al promover la plantación favorable para la Tierra y un buen manejo de los bosques jóvenes, absorbemos grandes cantidades de carbono atmosférico.

Alimentos

La fruta más popular del mundo: el plátano, proviene de la selva. Cuando los abusos ambientales se convirtieron en un asunto evidente, la industria bananera cambió sus tácticas, gracias en gran parte al trabajo pionero de Rainforest Alliance en Centroamérica. Otros alimentos básicos que provienen de las selvas tropicales son los cítricos, la yuca, las nueces de la India, las nueces de Brasil y las especias comunes como la vainilla y la canela. Pero también hay algunos alimentos que muchos consideramos necesarios: café, té y cacao. Adivinaste, también provienen de los bosques tropicales.

Sin embargo, si no tenemos cuidado, nuestro apetito por estos productos podría destruir la fuente de la que provienen. La agricultura es responsable de más del 70 por ciento de la deforestación en los trópicos, pero hay formas de cultivar que no destruyen los bosques, y Rainforest Alliance comparte estos métodos favorables para la Tierra y el clima con agricultores y silvicultores de todo el mundo.

Medicina

Muchas de las medicinas occidentales que usamos hoy en día provienen de plantas que se encuentran en los bosques tropicales. Los medicamentos para tratar o curar la inflamación, el reuma, la diabetes, la tensión muscular, las complicaciones quirúrgicas, la malaria, las afecciones cardíacas, las enfermedades de la piel, la artritis, el glaucoma y cientos de enfermedades más provienen de plantas que crecen en las zonas forestales.

Refugio

Los bosques tropicales producen los tipos de madera más bellos y valiosos del mundo, como la teca, la caoba, el palo de rosa, la balsa, el sándalo y un sinnúmero de especies menos conocidas. Estas maderas nos rodean en casa y oficinas en forma de muebles, armarios, paneles y más. Pero apenas ahora el mundo industrializado se dio cuenta de los límites para la extracción de madera. Al igual que la agricultura, la tala puede nutrir o destruir un ecosistema. Depende de nosotros respaldar la tala ambientalmente responsable y promover la producción y el consumo de madera más inteligente en todo el mundo.

Otros productos forestales constituyen tu hogar y oficina también. Las fibras forestales del trópico se encuentran en alfombras, colchones, cuerdas, hilos y telas.

Limpieza, cosméticos y más

Los aceites, las caucho y las resinas de los bosques tropicales se utilizan en insecticidas, productos de goma, combustible, pintura, barniz y productos de acabado para madera. Y los aceites tropicales son ingredientes clave en cosméticos, jabones, champús, perfumes, desinfectantes y detergentes.

¿Qué puedo hacer?

Nuestro mundo enfrenta la mayor crisis de extinción desde la caída de los dinosaurios hace unos 65 millones de años. El futuro de muchas plantas y animales de la Tierra —y de cientos de culturas humanas— se determinará en las próximas décadas. Debido a que somos tan dependientes de la gran abundancia del bosque, debemos actuar de manera responsable, ser buenos administradores de las zonas forestales de la Tierra y hacer todo lo posible para garantizar que los bosques, y sus numerosos dones, estén disponibles para las generaciones futuras.

Puedes buscar productos certificados por Rainforest Alliance, como café, plátanos y chocolate. El sello de la rana verde significa que el ingrediente provino de una granja donde la tala de árboles está prohibida y las prácticas responsables con el medio ambiente son la norma.

Puedes leer más sobre los bosques y cómo se cruzan con tu vida urbana. Da un paso más: promueve la creación de zonas forestales en la ciudad.

Finalmente, si tienes dinero extra, haz una donación a las organizaciones de conservación forestal, así sabrás que estás invirtiendo en agua, alimentos y estabilidad climática para el futuro. Algunas organizaciones buenas son: Rainforest Alliance, World Wildlife Fund o The Nature Conservancy.

Este artículo se publicó originalmente en Impact US.

Brittany Wienke https://ift.tt/eA8V8J

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