El escritor Juan Rulfo dijo en una entrevista que: “Casi todos los niños son malvados, hasta la época en que recobran la razón”. Tal vez el escritor mexicano tenía razón y la práctica escolar del bullying sea una prueba de ello. Pero si por una parte fuimos gozosos victimarios, al crecer y recordar esa etapa nos damos cuenta de que también estamos llenos de recuerdos que nos muestran como víctimas de las circunstancias.
Por el Día del niño le pedí a algunas personas mayores de edad que me dijeran lo que interpretan como sus peores recuerdos de la niñez. Aquellos que dejaron un huella imborrable y que de vez en cuando, al pasarle la aspiradora a la alfombra del pasado, los hace reír, entristecerse y llorar. Este es el resultado:
“Lloré en un concurso de rap”. —Javier, 34 años.
“El perro decidió masticar mi Nintendo”. —Leonardo, 30 años.
“Borrachos me encerraron en un horno”. —Alán, 30 años.
“Clásico tío drogadicto vendió mi bicicleta”. —Fernando, 33 años.
“Metí mi pollito al microondas. Murió”. —Francisco, 27 años.
“Me desmayé disfrazado de Michael Jackson”. —Rommel, 32 años.
“Imité a Thalía en un carnaval”. —Nicté, 30 años.
“Cachado mirando pornografía en VHS”. —Gilberto, 38 años.
“Por borracho, papá lloraba cada Navidad”. —Bárbara, 32 años.
“Mi gato huyó con unos albañiles”. —Gregorio, 23 años.
“Desayunando cereal supe que era adoptada”. —Clara, 28 años.
“Cagué sangre y pensé que moriría”. —Damián, 33 años.
“Una vagabunda me secuestró tres días”. —Leslie, 36 años.
“Incendié el sillón y mamá lloró”. —Alicia, 27 años.
“Un anciano atropelló a mi perro”. —César, 28 años.
“Vomité sobre la profesora de guitarra”. —Ernesto, 30 años.
“Desperté y otro pasajero me manoseaba”. —Hugo, 36 años.
“Papá orinó mis juguetes de Disney”. —Jorge, 35 años.
“Jugando, mi primo adolescente me manoseaba”. —Nadia, 25 años.
“Llevé serenata con una flauta dulce”. —Adrián, 18 años.
“Me comí medio pañal, hay fotografías”. —Misael, 32 años.
“Se gastaron mi alcancía en whisky”. —Tania, 26 años.
“Se me paró el pito exponiendo”. —Pablo, 25 años.
“Ebria, mamá danzó en mi fiesta”. —Martha, 28 años.
“Me masturbaba viendo la revista TVyNovelas”. —Enrique, 34 años.
“A papá lo madreó mi padrastro”. —Alejandra, 27 años.
“Caldo de pollo, frío, de lonche”. —Antonio, 33 años.
“Me autoregalé globos en San Valentín”. —Ramiro, 27 años.
“Teniendo diarrea me cagué en clase”. —Alán. 29 años.
“De castigo mamá pisoteó mi pastel”. —Karla, 25 años.
“Hallé a papá colgado y muerto”. —Bianca, 22 años.
“Un payaso me escupió por molestarlo”. —Salvador, 27 años.
“En sexto ya estaba muy chichona”. —Lisa, 34 años.
“Canté como Laura León en festival”. —María, 30 años.
“Un chango me arrancó un dedo”. —Carlos, 29 años.
“Último lugar en concurso de lambada”. —José Luis, 35 años.
“Un ratón entró en mi boca”. —Erandi, 32 años.
“Tantos que trato de no recordarlos”. —Melisa, 30 años
Jorge Damián Méndez Lozano https://ift.tt/eA8V8J
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