"Me chingué la rodilla" es una frase que usamos como excusa en México todos los que no llegamos a debutar en primera división. En esta columna semanal, titulada así, hablaré de la liga mexicana, lo más importante del futbol a nivel mundial y algunas curiosidades que nos regale el deporte más popular del planeta.
Rafa:
Hay ciudades de México que ubico gracias a mi cultura por el futbol y no por mis conocimientos geográficos. Una de ellas es Zamora, Michoacán, que descubrí el 19 de octubre de 1996, cuando debutaste en primera división con el Atlas.
La afición rojinegra quizás no pueda presumir de tener muchos títulos en su vitrina, pero sí puede hacerlo de tu aparición. Y es que tú eres uno de los mayores trofeos que ha dado el futbol nacional en su historia y hoy tu nombre está escrito con letras de oro.
Recuerdo tu traspaso al Mónaco, luego volaste a Barcelona, donde fuiste tan indispensable como Xavi Hernández, Iniesta y el mismo Ronaldinho, en uno de los clubes que mejor ha jugado a la pelota desde que se inventó este deporte.
Fuiste el villano en muchas batallas que lideraste. Puede ser que hoy te arrepientas por tu personalidad y calentura en esos momentos, pero tal vez fue porque te sentiste con la misma sed de victoria con la que comenzaste a patear tus primeros balones en Zamora.
A tus 39 años has dejado una estela imborrable. Creo que estamos en el tiempo de compensación del partido de tu vida, y como en un juego perfecto, como ha sido la mayor parte de tu carrera, no queremos que el árbitro lo dé por terminado. Al sonido de ese silbatazo vendrán a nuestra memoria algunos de los tantos pasajes que nos hiciste vivir a quienes estuvimos atentos a una de las piernas derechas más privilegiadas que hemos visto desfilar en una cancha de futbol.
La primera vez que te entrevisté fue en un hotel de Polanco, en la Ciudad de México, durante la presentación de tu loción, algo que sólo hacen los personajes que alcanzan grados de inmortalidad. Ahí estaba yo, con mi balón, un micrófono, Tania Rincón y nuestras ganas de conocerte. Todavía guardo el balón que firmaste y debo admitir que en algunas ocasiones me he puesto la RM, tu loción.
Jugaste cuatro copas del mundo y existe la posibilidad de asistir a una quinta. En todas fuiste como capitán, algo que nadie más ha logrado en la historia. En caso de que aterrices en Rusia, estarás sentado en la misma mesa con La Tota Carbajal, Gianluigi Buffon y Lothar Matheus como los únicos futbolistas que han asistido a cinco mundiales, es decir, 20 años consecutivos manteniéndote en el máximo nivel posible.
La segunda vez que platiqué contigo ante una cámara fue hace poco, durante la presentación de tus nuevos botines. Me acerqué a saludarte y a pedirte dos minutos, y aunque tenías que irte porque perderías tu vuelo, platicamos de tu retiro, de la Selección Nacional y de tu sueño de jugar otra Copa del Mundo. Intenté formular una pregunta sobre tu tema legal sin que fuera incómodo y, como siempre, respondiste a la altura. Reímos, nos despedimos y tomaste un avión hacia Guadalajara.
Has anotado gol en tres mundiales distintos y has festejado con el puño hacia arriba, tal vez con dedicatoria a tu padre. Fuiste siempre eficaz, además de elegante y exquisito.
No podemos permitirnos un mundial sin ti. Queremos que vayas, que juegues, que te despidas y cuelgues los tachones en lo más alto, en el cielo junto a tu padre, porque si hay alguien que lo merece, eres tú, Rafa.
Oh, capitán, nuestro eterno capitán.
Fer Gay https://ift.tt/eA8V8J
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