El fin de la prohibición de la marihuana en México está cada vez más cerca. La actual Secretaria de Gobernación afirmó recientemente que la iniciativa para regular y controlar el cannabis que presentó a finales del año pasado se discutirá y aprobará durante el siguiente periodo de sesiones del Congreso, es decir, entre septiembre y diciembre de este año. A pesar del avance que esto significaría para los derechos de los usuarios de marihuana, durante el proceso legislativo han sido pocas las voces de los usuarios que se han hecho escuchar.
Para contribuir a este debate, desde hace cuatro meses comenzamos a construir conocimiento de forma anónima y colaborativa sobre el mercado de la marihuana en México con ayuda de una encuesta en línea. El principal objetivo es construir una aproximación al precio de la marihuana que aporte información para considerar al momento de establecer las normas que regularán este mercado. Con esto esperamos que, cuando la marihuana se legalice, se fije un precio que sea justo, es decir, que sea competitivo con el precio al que se vende la marihuana en el mercado clandestino actualmente, para que se respeten los principios del derecho a la salud y ganemos terreno al mercado ilícito.
Para ser conscientes de los sesgos de la información que estamos reuniendo, hemos respondido algunas preguntas sobre indicadores demográficos, como edad, escolaridad y clase social. Gracias a todos los que hemos contribuido a conocer mejor el mercado de la marihuana en México, ahora sabemos, entre otras cosas, que las personas que señalan pertenecer a una clase social más alta reportan haber pagado un precio mayor por un gramo de marihuana que aquellas que dicen pertenecer a una clase social más baja.
Si bien es cierto que la distinción entre marihuana de buena y mala calidad con base en la presencia o ausencia de semillas puede parecer bastante simplista, en realidad se trata de la diferencia más fácil de reconocer, ya que para identificar otros atributos que pueden servir para distinguir entre una marihuana de buena calidad y una de mala calidad (como el tipo de sepa, por ejemplo) se necesita de un laboratorio.
Los efectos adversos que trajo consigo la política prohibicionista tocan desde lo social hasta lo cultural y económico. Y aunque el precio de la marihuana es apenas uno de los factores a considerar al momento de pensar en políticas regulatorias, es un aspecto que considera a un sector amplio de la industria: el consumidor. Por eso, un beneficio más de su eventual regulación sería el del establecimiento de un precio cuya variación no sea arbitraria. Para que el precio sea justo, respete el principio del derecho a la salud y desplace al mercado clandestino, es necesario conocer cómo funciona actualmente el mercado del cannabis. Si quieres colaborar, responde la encuesta anónima sobre el precio de la marihuana en México.
Raúl Bejarano https://ift.tt/2XCjeBv
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