Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
Cuando pensamos en perfume, nos vienen a la cabeza distintas ideas preconcebidas: es aromático, bonito y, por lo general, agradable. Quizá (si te atreves) puedes optar por algo más exuberante y seductor, pero normalmente se piensa en él como algo complementario, lujoso y ligeramente pretencioso, incluso un poco aburrido.
Principalmente, los anuncios de perfume nos presentan a famosos desapasionados y sin aspiraciones, y los nombres de perfumes suelen estar compuestos de características florales y agradables. No te esperas encontrar perfumes con nombres como Fat Electrician ( Electricista Gordo) o I Am Trash ( Soy basura), pero eso es exactamente lo que ha decidido hacer una marca de perfumes parisina con dos de sus creaciones.
Además, el distintivo de Etat Libre d’Orange es alejarse de los perfumistas "normales" que puedes encontrar fácilmente por ahí. A la hora de hablar de sus complicados perfumes, su creador, Etienne de Swardt, aludió en nuestra conversación a todo tipo de referentes, desde las películas de Wim Wenders hasta la poesía de Víctor Hugo, y me dijo: "nací para ser escritor, no para crear perfumes".
Quería explorar el terreno por descubrir del mundo de los perfumes y darle un enfoque radical. Por algún motivo, la idea estaba ahí y, de alguna manera, ha terminado siendo una marca de perfume. Desde que se fundó en 2006, la actividad d’Etat Libre d’Orange se desarrolla en un cruce entre dos calles del tercer distrito de París, e incluso la dirección resulta provocativa: Rue Des Archives 69. Swardt comenta: "Quería situarme en el cruce de dos calles porque me gusta situarme en los límites".
La marca recibe el nombre del Estado Libre de Orange, una república bóer independiente del sur de África en el siglo XIX (conocida como la Provincia del Estado Libre de Sudáfrica), y actualmente tiene una colección de 34 aromas y se describe como "una galería de perfumes vanguardista".
Quizá la más controvertida de las fragancias sea el perfume Secretions Magnifiques (Secreciones Magníficas), que fue diseñado para oler literalmente a sexo: sangre, sudor, semen y saliva. El perfume no huele a semen; para un vlogger especializado en el tema, la palabra "horripilante" fue suficiente para definirlo. Personalmente, no me pareció muy agradable, pero sí intrigante: corporal, cobrizo y complejo.
"Cuando era adolescente, me preocupaba la crisis del sida", me explicaba de Swardt. "[ Secretions Magnifiques] está muy conectado a los ochenta y a lo viral que fue el riesgo. Se me ocurrió que podía hacer un perfume que oliera exactamente como la situación, cuando no sabías si te lanzabas a ello, o si te estabas protegiendo de lo que querías. Te encuentras en el límite entre la pornografía y el romanticismo, perdido entre la atracción y la repulsión. Se trata de un perfume con mucha dualidad".
Las fragancias de Etat Libre d’Orange han sido creadas en los laboratorios de Givaudan y Mane, dos laboratorios internacionalmente famosos. Ambos usan ingredientes naturales y materia prima para crear los perfumes. De momento, excepto en lo que a ingredientes se refiere, Etat Libre d’Orange están rompiendo los límites convencionales de la creación de perfumes.
Uno de sus perfumes más recientes, I Am Trash, es el primer perfume que se ha hecho con elementos reciclados. Entre otros materiales, el perfume contiene manzana, "porque si estrujas una manzana para obtener zumo", dice Swardt, "todavía te quedan algunos elementos: los elementos olfativos siguen ahí, en la pulpa".
Sus métodos son igual de revolucionarios. Etat Libre d’Orange trabajó con Daniel Andrier, una perfumista que estudió Filosofía en La Sorbona antes de empezar como aprendiz en Chanel y desarrollar un nuevo método de creación de fragancias para el aroma, que se basa en una segunda extracción de los materiales primarios. Después de ello, usa una variedad de fresas, las gariguette, naranja amarga, rosas, mandarinas verdes, sándalo, madera de cedro y pachuli, además de manzana.
"El perfume se mueve en torno a la confluencia entre la belleza y la repugnancia".
I Am Trash fue presentado junto con un corto en el que aparece fruta en descomposición, gusanos retorciéndose por la abundante materia, antes de que las flores empiecen a brotar y a abrirse. De nuevo, los perfumistas se dedican a exploran las fronteras entre la belleza y la repugnancia. "Nos gusta el contraste", dice Swardt. "En Etat, no nos gusta el absolutismo".
Aunque puede que esto no sea para todos los públicos, los perfumes de Etat Libre han impresionado a los expertos. Marcello Aspira es un profesor adjunto en la Universidad de Erasmus de Róterdam interesado en el campo de la investigación del perfume y la "cultura del olor", y opina que muchos de los perfumes de Etat Libre d’Orange nacen del movimiento literario del Decadentismo.
"La descomposición y la putrefacción están conectadas al pensamiento filosófico", dice Aspira. "Por ejemplo, me viene a la cabeza Las flores del mal de Baudelaire: no todo es bonito; también hay dolor, la parte oscura de la vida, y los perfumistas se inspiran en la literatura y el arte para ello".
Aspira ve este enfoque radical de la creación de perfumes como una industria que está ganando terreno frente a otras manifestaciones artísticas, y considera que es un error que los perfumes no se alejen del lado conservador. Al mismo tiempo, opina que el arte puede moverse hacia otra dirección a escala internacional, debido a que muchos artistas usan cada vez más el olor y el olfato en sus performances o exposiciones.
Según Marcello Aspira, cada vez más gente que consume perfumes se dedica a coleccionar "un armario de perfumes", brindándoles la oportunidad de crear distintas declaraciones y distintos aromas cada día. Una declaración que "no siempre implica que ha de ser agradable". Aspira opina que, por el contrario, se mueve más hacia el pensamiento de "forma parte de mi manera de vestir, de mi personalidad, de mi identidad".
Lara Williams http://bit.ly/2XWIpMo
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