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jueves, 13 de junio de 2019

¿Por qué cientos de miles de mujeres abortaron después de Chernóbil?

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Esta publicación contiene spoilers de 'Chernobyl' de HBO.

Mientras las madres primerizas miran con cariño a sus bebés, la cámara se desplaza hacia una cuna vacía.

Al lado, detrás de una cortina, una madre se lamenta en silencio. Su esposo, quien fue el primero en responder a la crisis nuclear de Chernóbil, eligió el nombre Natashenka para su bebé antes de morir a causa de una grave intoxicación por radiación.

Unos meses más tarde, nació Natashenka. Vivió durante cuatro horas, luego murió a causa de una enfermedad cardíaca congénita inducida por radiación y cirrosis porque estuvo expuesta a su padre cuando su madre lo visitó en su lecho de muerte.

La escena está basada en la historia real de Lyudmilla Ignatenko, quien perdió a su esposo y a su hija recién nacida en el desastre de Chernóbil en el lapso de unos pocos meses. Es uno de los muchos hilos narrativos entretejidos en la miniserie de HBO Chernobyl, que expone las tragedias personales tras la catastrófica explosión del reactor el 26 de abril de 1986.



"Dijeron que la radiación habría matado a la madre pero que el bebé la absorbió", dice Ulana Khomyuk, un personaje inventado para el programa, en un episodio. "Vivimos en un país donde los niños tienen que morir para salvar a sus madres".

La experiencia de Lyudmilla Ignatenko sigue siendo un ejemplo desgarrador de los inmensos sacrificios forzados sobre las víctimas de Chernobyl. Pero, afortunadamente, la mayoría de las mujeres embarazadas, incluso las que vivieron cerca de la explosión, fueron expuestas a una pequeña fracción de la dosis de radiación que Ignatenko absorbió de su esposo, Vasily, quien estaba en el reactor poco después de que explotara.

Si bien los estudios a largo plazo sugieren que los bebés expuestos a Chernóbil en el útero muestran mayores probabilidades de desarrollar cáncer de tiroides en la edad adulta, no hay pruebas sustanciales de que los defectos de nacimiento fueran mucho más frecuentes en los bebés de mujeres que estaban cerca del desastre en comparación con los que no estuvieron expuestos, según la Organización Mundial de la Salud.

"Ahora hemos tenido la oportunidad de observar a todos los niños que nacieron cerca de Chernóbil", le dijo a New York Times Robert Gale, un médico de UCLA que coordinó el rescate y las respuestas médicas al desastre, en el New York Times en febrero de 1987. "No es sorprendente que ninguno de ellos, al menos al nacer, tenga alguna anomalía detectable. No era lo que esperábamos. Ese es un ejemplo de que si no hay noticias, son buenas noticias''.

Aun así, como se muestra en la miniserie, la desinformación y la "radiofobia" se propagaron rápidamente en las semanas y meses posteriores al desastre. Muchas personas, incluidos los médicos, sintieron que no podían confiar en las autoridades para saber la verdad sobre el alcance de la contaminación.

Como resultado, decenas de miles de mujeres optaron por terminar sus embarazos, algunas por indicaciones de sus médicos y otras por decisión propia.

"Según el [Organismo Internacional de Energía Atómica], se estima que de 100,000 a 200,000 mujeres abortaron en Europa occidental porque los médicos informaron erróneamente a las pacientes que la radiación de Chernóbil representaba un riesgo significativo para la salud de los niños no nacidos", dice en un artículo de junio de 1987 publicado en The Journal of Nuclear Medicine.

Estos datos se reflejan en la tasa de natalidad de 1986 y 1987. Dentro de la Ucrania soviética, miles de mujeres más solicitaron abortos solo en el mes posterior al desastre, en comparación con la tasa de referencia. Incluso en naciones más distantes, como Hungría, Grecia, Dinamarca e Italia, hubo un aumento importante en los abortos relacionados con el desastre, causando una tasa de natalidad más baja durante el año siguiente. Vale la pena señalar que no hubo un aumento en los abortos espontáneos o inducidos después del desastre nuclear de 2011 en Fukushima en Japón.

"Lo que me asusta es que las mujeres embarazadas que corren desesperadas hacia nosotros quieren interrumpir sus embarazos", dijo el genetista húngaro Imre Feiffer en junio de 1986, según el LA Times.

Por supuesto, algunas mujeres pueden haber optado por interrumpir los embarazos por razones distintas a la radiofobia y la ansiedad sobre las anomalías prenatales.

Un estudio de 2007 considera que el costo para la salud mental del desastre de Chernóbil es "el mayor problema de salud pública desencadenado por el accidente hasta la fecha". Ese estudio encontró que las poblaciones expuestas a Chernóbil eran hasta cuatro veces más propensas a reportar estrés, depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático que los grupos de control, y que estos síntomas a menudo persistieron durante décadas después del desastre.

La miniserie de Chernobyl de HBO está impregnada de esta profunda sensación de tristeza, que se infiltró en la vida de las personas tan insidiosamente como las partículas radiactivas que penetraron en sus cuerpos. Es posible que muchas familias no hayan estado preparadas psicológicamente para continuar con los embarazos, independientemente de la probabilidad de defectos de nacimiento.

Cuando pensamos en Chernóbil, tendemos a imaginarnos la fusión del otro mundo y el paisaje misterioso y abandonado que rodea el sitio más de 30 años después.

Pero desde la perspectiva de las mujeres en la Unión Soviética y Europa, el desastre tuvo una dimensión íntima que se desarrolló en lugares más banales y familiares: consultorios médicos, mesas de cocina y patios de recreo. El aumento repentino de los abortos después del desastre es otro indicador de que Chernóbil exigió un costo humano inimaginable y que jamás podrá ser contado.

Becky Ferreira https://ift.tt/eA8V8J

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