Artículo publicado por VICE México.
Nunca he sabido de cuánto debe ser mi siesta por las tardes. Para mí, ese momento en el que llego de trabajar y tengo un par de horas antes de ir a emborracharme o hacer ejercicio, es vital. Sin él, probablemente sería una persona muchísimo más obstinada de lo que soy y no funcionaría bien en mi entorno, y nadie quiere eso. Tengo amistades que mantener y deudas que pagar.
Históricamente, siento que la siesta ha sido asociada con ser "vago" o "perezoso". Pero en esta época dominada por tuits, historias de Instagram y chats de Facebook, la siesta ha tenido un segundo auge: ahora es vista con respeto y es muy popular. Además, existe evidencia académica de que tomar una siesta al mediodía es benéfico. Un estudio de 2008 en Düsseldorf demostró que el inicio del sueño puede desencadenar procesos de memoria activa que siguen siendo efectivos incluso si el sueño se limita a solo unos minutos.
Una siesta de 60 minutos mejora el "estado de alerta" hasta por 10 horas, además, la siesta reduce el estrés y el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y/o accidentes cerebrovasculares, diabetes y aumento de peso.
Según el Dr. Michael Breus, Ph.D., estos son siete tips para maximizar tus siestas. Desde consumir cafeína, hasta dar una caminata luego de la comida. La mayoría de los mamíferos duermen por períodos cortos a lo largo del día, pero los seres humanos lo hacemos en un período largo, pero nuestros cuerpos están programados para dos períodos de somnolencia intensa: temprano en la mañana, desde las 2 a.m. hasta las 4 a.m., y por la tarde, entre la 1 p.m. y las 3 p.m. Esta ola de somnolencia del mediodía no se debe al calor ni a un almuerzo pesado —se produce incluso si no comemos—, sino a una tarde de inactividad en nuestra fisiología que disminuye el tiempo de reacción, la memoria, la coordinación, el estado de ánimo y el estado de alerta.
Según sleep.org, sitio de la National Sleep Foundation, "tomar una siesta de entre 30 y 60 minutos hará que lleguemos a las etapas más profundas del sueño, donde las ondas cerebrales se vuelven más lentas. Esto hace sentirnos aturdidos, como con una resaca de sueño. Este es el período inmediatamente después de despertarse cuando una persona se siente "confusa" o sufre una disminución de la función cognitiva. Si tienes la suerte de poder tomar una siesta durante 90 minutos, tu cuerpo debe tener tiempo para pasar por un ciclo completo de sueño en el que pasa de la etapa más liviana a la etapa más profunda del sueño y regresa de nuevo, por lo que podrás despertarte sintiéndote renovado. Está demostrado que dormir durante tanto tiempo aumenta la memoria y la creatividad".
Ahora ya tienes un pretexto para justificar tus siestas apoyándote en la ciencia.
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