Artículo publicado por VICE México.
No me gustan los programas de cocina porque se me antoja todo lo que veo. Siendo honesto, sería muy complicado para mí preparar algún platillo de la talla de series como Chef's Table o Top Chef, con mucha producción detrás y con recetas que, para un mortal promedio como yo, me tomaría horas cocinar. Quizás por esta razón llegué a Toño Méndez, un chef que hace platillos para que cualquiera pueda rehacerlos sin mayor complicación, y con la impronta personal que cada uno quiera añadirle a su creación.
Conocí a Toño Méndez a través de dos videos que se hicieron virales: “Cuando Don Vergas es chef” y “Yo si fuera Chef”. Eran dos videos recopilatorios con los rasgos más característicos, exagerados y graciosos de Toño; una fiesta de insultos, maltratos y órdenes dirigidas a sus compañeros de trabajo, entre ellos, el Capitán Mileche, una pieza clave dentro del universo culinario de este chef.
Decidí buscarlo para conocer qué hay detrás de un personaje como él, tan desenfadado, cercano, vale madres y, de una forma u otra, igual de familiar que burlón, pero siempre con humor y buena intención, nunca con las ganas de ofender a quien lo apoya o mira en internet.
Me puse en contacto con él a través de un correo que encontré en su sitio y ahí comenzó una de las entrevistas más divertidas que he realizado. Nuestro intercambio de mensajes se convirtió en una conversación cotidiana entre amigos, con groserías, albures y cábula en buena onda. Casualmente Toño tenía planeado un viaje a la CDMX en esos días —vive en Puebla—, y decidimos vernos en persona para conversar y carcajearnos juntos durante una hora.
La personalidad de Toño es fresca, ácida, sin tapujos y poco mesurada, lleno de seguridad y autosuficiencia, siempre con bromas o enunciados provocadores en medio de cada interacción. Tomar personal lo que dice Toño sería un grave error, porque todo es broma y risas cuando se trata de pasarla bien, y este chef se dedica al único y sutil arte de divertirse.
Llegué a un hotel sobre Reforma, en la Ciudad de México, y lo vi al fondo del restaurante. Ya sabíamos quiénes éramos. Él sabía que iba para entrevistarlo, y yo sabía mucho menos de él que ahora. El chef me platicó sobre sus inicios, su vida cotidiana, los haters, la fiesta y su educación, entre muchísimas cosas más, todas siempre en medio de alboroto y carcajadas.
“¿Ya grabó esa mamada?”, así comenzó nuestra conversación en una mesa donde el Chef Toño Méndez, el Capitán Mileche y yo, tomábamos ginebra con agua quina.
VICE: ¿Quién graba y edita?
Toño Méndez: El Capitán Mileche hace todo. Mandamos a la chingada a unos vatos, eran ocho y según ellos nos iban a hacer unos videos bien chingones, pero al final nos quedaron muy mal. En el video que grabaron se veían tres de ellos en una toma y se tardaban mucho en entregar. El Capitán se tarda un día en editar, lo hace en la madrugada para que nadie lo esté chingando y termina como a las cinco de la mañana, no como esos cabrones.
¿Cómo deciden qué cocinar?
Le pregunto al Capitán dónde y qué vamos a grabar y ese mismo día vamos al supermercado por las cosas, por eso todo se siente tan natural y a veces se notan ciertos errores, porque estamos en chinga y hay muchas cosas detrás.
¿Cómo qué?
Pues mira, nos reunimos para agarrar el pedo y grabar. Así empezaron los videos. Nunca baja de 15 cabrones, son pedas masivas con un chingo de pomos [botellas de alcohol]. En ninguno de los videos estamos sobrios. Siempre estamos agarrando el pedo. Mucha gente nos pregunta, “¿por qué no hacen más de un video al día?” No los hacemos porque sería imposible, me muero a la verga. A veces no llegamos ni a los saludos, por eso grabar más de un video en una tarde sería una locura.
Los días que grabamos seguimos la peda hasta las dos, cuatro o seis de la mañana, y a esa hora ya no vamos a grabar por razones obvias. No hay luz, ya aventamos el micrófono, hay un güey hasta el culo, etcétera.
¿Son delicados para comer?
No, pero yo cocino para mí siempre. Grabe o no grabe, me hago de comer dos o tres veces al día. Pero como de todo, yo me trago hasta mapaches. Me como hasta un cabrón, nomás que esté bien hecho.
¿Cuál es el platillo que más trabajo les ha costado?
La barbacoa. Estaba lloviendo y empezamos como a las cinco de la mañana, y por culpa de la lluvia no podíamos mantener la temperatura constante en el hoyo. Se mete el agua por los lados y vale verga. Pero aun así es el tercer video más popular.
¿Dónde los ven más?
Nos ven mucho en la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Puebla y Michoacán. Tampico está en el lugar 12, y eso que somos de allá. De las personas que nos ven, el 30 por ciento llega de las suscripciones y el otro 70 por ciento de gente de fuera de México. En Estados Unidos también nos ven mucho, a veces nos reconocen más que en Puebla, que es donde vivimos. Nos escriben de Atlanta, Arizona, Texas, de varios lados.
¿Cómo es un día tuyo?
Hoy desperté, me rasqué los huevos, me bañé, me eché un lodo [jugar golf], terminé y me vine para la Ciudad de México. Ahorita voy a ver qué pedo a mi oficina de acá y ya.
¿Qué haces en esa oficina?
Tengo una institución de integración de extranjeros, apoyamos migrantes para poner en regla sus documentos y que puedan encontrar un trabajo y no sea sólo al chinguesumadre, sino que estén bien contratados. La oficina está en la Ciudad de México, pero casi no vengo, mi socio se encarga de ver eso, pero sí me mantengo enterado de lo que está sucediendo.
¿Tienen haters?
No mames, ¡un chingo! Todos. Tiran mucha mierda. En esta madre —los videos— critican lo que haces y lo que no haces, para ellos todo está de la verga. Te critican la mesa, los que no salieron, la locación, las tomas, el cuchillo, y pues no, ahí vamos a tragar y a la verga. Los que nos defienden son los norteños porque les vale verga si estás chupando o fumando mientras cocinas. Y nunca borramos comentarios, aunque si nos dicen chingaderas los mandamos a la verga.
Es muy fácil tirar mierda detrás de una pantalla, mejor que vengan directo y nos partimos el hocico y a la verga, los aviento a chingar a su madre. De hecho, por eso salió la sección de saludos, porque queríamos mentarle la madre a la gente, ya después pidieron que les mentáramos la madre con cariño y así fue que surgió el espacio de los saludos y los besos en el culo.
¿Cómo empezaste a cocinar?
Desde que empecé a caminar, por eso todos los chefs me la pelan, ellos empezaron a los 22 años. Yo sé cómo debe de saber la comida porque desde niño se hacían comidas en mi casa todos los fines de semana, íbamos a pescar, a cazar, si íbamos de vacaciones era lo mismo. Mi proceso para aprender a cocinar fue meramente empírico. Lo digo de broma, pero estos güeyes —los chefs— se enojan porque muchos de ellos aprendieron a cocinar como profesión y yo aprendí porque me gusta.
¿Quién les caga?
A mí me caga todo el mundo, a la verga. No es cierto. Me caga la gente pedante que abre el hocico nomás para decir pendejadas sin saber. Si me preguntan, respondo, si no sé, pregunto. Hay gente que no sé por qué se la vive hablando y juzgando sin saber nada. Sobre todo, en la forma en la que hacemos nuestros videos, en los que tenemos que contemplar muchísimas cosas a la hora de grabarlos, como el clima, la peda, los micrófonos y la cámara. Lo que no entienden es que se graba en una peda. Yo quisiera que alguien grabara algo en su peda para que vieran el pinche descontrol que es. Hay muchos factores externos.
¿Cómo es la fiesta perfecta para ti?
Paso por el Capitán Mileche con otros compas en dos camionetas y ahí se abre la barra. Nosotros no manejamos, siempre se rifa alguien. Llegamos a la locación, prendemos el carbón, hacemos todo el pinche pedo, y a veces nos quedamos ahí hasta las cinco o seis de la mañana, tengo una planta de luz para cuando se hace de noche. Los jueves, que es cuando grabamos regularmente, nos dejamos caer. Ese es nuestro día fuerte de fiesta, o los domingos cuando está el futbol americano. Nos cierran los restaurantes hasta las cinco de la mañana porque somos fiesteros, pero no hacemos desastres.
¿Has cocinado con marihuana?
Sí. Paso mis vacaciones en Aspen y Colorado es motafriendly. Ahí venden el aceite para cocinar y sólo debes ponerlo a la temperatura necesaria para activar el THC y a chingar a tu madre. Ahí hay una variedad muy amplia, hay hasta restaurantes donde puedes elegir la variedad de marihuana que mejor te acomode, índica, sativa, híbrida.
Ahí sí he cocinado con mota, no es mi hit, pero allá tengo un cuate que es muy pacheco y todos los años le he cocinado, le he hecho hasta papas.
¿Qué música te gusta?
El house y el deep-house, es lo que siempre escuchó. Cuando me despierto, cuando juego golf, en la peda y para leer, de verdad, para cualquier cosa. No escucho más que house.
Danos unos consejos para cocinar igual de verga que tú
1.- Que no te de miedo cagarla, y si la cagas acuérdate que puedes repetirlo otra vez.
2.- No le hagas caso a pendejos que vienen a decirte cómo hacer las cosas.
3.- Pónganle sal a lo que cocinan, si no por eso sabe a mierda al final.
4.- No uses mierda para cocinar.
5.- Disfruta lo que haces.
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