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miércoles, 26 de septiembre de 2018

“Marihuana, Uber y moteles”: ¿En qué gastan el dinero los millennials?

Artículo publicado por VICE México.

Los millennials estamos angustiados por nuestro retiro. No tenemos ahorros y muchos prefieren vivir con sus padres para no tener que costear alguna renta. Estamos jodidos y hay muchísimos estudios que comprueban esto. Ahora, personalmente, soy una persona con terribles hábitos económicos: como muchísimo en la calle, me encanta tomar alcohol en bares y consumo pocas cosas en mi casa. Comer y beber en restaurantes me hace feliz. La convivencia que logro en estas situaciones hace que mis días sean muchísimo más llevaderos y siento que es algo necesario para mi bienestar emocional.

Hay ocasiones que no llego a fin de mes como esperaría o debería. Los últimos días siempre ando checando mi cuenta o usando todas mis tarjetas de crédito de una forma no muy inteligente. Hace un par de meses, tratando de ver el por qué de esta situación, me di cuenta que el mayor golpe a mi economía venía de Uber, ya que si lo usamos todos los días dañará nuestras finanzas. Y bueno, cada fin de semana gasto una cantidad absurda de dinero en alcohol y alguna que otra sustancia.

Luego de leer todos estos estudios que dicen que los millennials estamos bastante jodidos, le pregunté a algunas personas en qué gastan su dinero para entender un poco más nuestra terrible situación económica.

MARIHUANA Y COMIDA CALLEJERA

Diría que la mitad de mi salario se va en marihuana y eso que vivo con mi novia. Fumamos todos los días. En mi casa puede faltar comida pero jamás mota. Fumamos cuando nos despertamos, antes de comer, coger o lo que sea. Además trabajo desde casa y no podría soportar estar tanto tiempo encerrado si no estoy puesto [marihuano]. Como consecuencia natural, cuando estoy puesto me da muchísima hambre y otro gran gasto se va en munchies. Hamburguesas a la parrilla, tacos, o compras bastante raras en el supermercado 24 horas que tenemos cerca. Es común ir a deshoras a buscar Paketaxos o pingüinitos, casi no compramos comida para cocinar en casa. Así gastamos menos en luz y gas para invertirlo en munchies. Al menos así nos gusta pensarlo. Lo que nos queda de dinero lo pagamos en renta, así que básicamente esos son nuestros tres gastos más grandes: mota, comida callejera y la renta. En ese orden.

—Fabiana, 25 años.

BITCOINS Y RENTA

Actualmente estoy en una etapa bastante rara de mi vida. Llevo casi un año entero dedicándome a invertir en criptomonedas. Al comienzo fue un desastre, ya que entré en el momento más crítico del Bitcoin porque estaba empezando a bajar muchísimo. Con el tiempo me he recuperado y ya he ganado algo de dinero, pero con el salario que tengo no me da para invertir mucho más. Estoy haciendo una especie de estrategia para combatir los bajos salarios que están ofreciendo las empresas de medios de comunicación, entonces mi día se divide entre Bitcoins y mi chamba real. De igual manera es bastante riesgoso, porque por andar pendiente de las criptomonedas a veces he dejado atrás mi chamba real. Pero con esta economía no hay otra manera de protegerme. Es eso o quedarme tranquilo con los 12,000 pesos que gano al mes en mi trabajo. Si no fuera por los bitcoins solo podría pagar mi renta y comer comida culera.

—Carlos, 27 años.

MOTELES, RENTA Y TENIS

Soy una víctima total del tipo de vida “aspiracional”, que le llaman. Colecciono tenis y cada que veo que existen unos nuevos o de una colección difícil de conseguir, hago lo que sea para comprarlos. A veces lo hago para revenderlos, ya que es un gran negocio, pero la mayoría de las veces me los quedo yo. Vivo en una habitación en una de las colonias más gentrificadas de México: la Roma. Y cada vez las habitaciones están más caras por esta zona y pareciera que tuviesen el mismo precio que un departamento. Pero me queda bastante cerca de mi chamba y me encanta vivir por estos lados. Vivo con un par de roomies más, así que no es muy cómodo a veces cuando invito a alguna persona a quedarse en mi casa. Prefiero pagar moteles y así no tenemos ni que dormir juntos. Cogemos y nos vamos.

—Adrián, 25 años.

ALCOHOL Y PLAYERAS DE FUTBOL

Quizás tenga un problema con el alcohol. No lo sé a ciencia cierta. Pero lo que sí sé —porque mi cuenta bancaria me lo recuerda a diario— es que la gran parte de mi salario se va en alcohol. Es mi primer trabajo, así que no gano mucho, pero me gusta mucho empedar en distintos bares y luego matar la peda con un chingo de tacos. También me gusta mucho la comida del mar, y es algo costosa. Aunque mi gran afición son las playeras de futbol. Trato de comprarme mínimo una al mes, en general dos. El futbol es algo muy importante en mi vida. Aún vivo con mis padres, así que la renta no es problema alguno.

—Ángel, 24 años.

HIJO, RENTA Y JUEGOS DE PLAY STATION

Nunca pensé tener un hijo a tan temprana edad, pero son cosas que suceden y no planeas. Tener una criatura de seis años es igual a gastos incontrolables: comida, ropa (la cual pierde mientras va creciendo) escuela y juguetes. Cada vez más entiendo el sacrificio que hicieron mis padres para poder darme una infancia tan chida. Tengo 30 años, un trabajo estable pero no tan bien pagado como quisiera. Antes, si quería salir de peda con mis amigos o comprarme lo que me diera la gana podía hacerlo. No había pedo: cada quincena esa plata entraba de nuevo. Hoy todo el dinero que entra tiene una misión: servir a mi hijo. Los gustos y gastos innecesarios que hacía en los comienzos y mediados de mis veintes, ya no existen. Antes vivía al límite, no importaba quedarme sin dinero al final del mes. Pero hoy en día, soy el sostén de mi hijo y no puedo darme esos lujos. Más bien tengo que tener siempre un fondo de emergencia para mi hijo. Lo que me sobra es para la renta y, cuando se puede, alguno que otro juego de Play Station.

—Ricardo, 31 años.

UN FONDO DE AHORROS, MARIHUANA Y RENTA

Desde pequeño mi padre me enseñó a ahorrar. Desde que tengo uso de razón me inculcó siempre tener ahorros. “Ahorrar es una cultura y tienes que ser parte de ella”, me decía. Él es economista, así que apenas empecé a ganar dinero me dio un chingo de opciones para que un porcentaje de mi salario siempre fuera para este fondo, y que cuando me retirara tuviera una cantidad importante de dinero y así no llegar a vieja sin un “colchón salvavidas”, como él mismo lo llamó. Por otro lado, no soy alguien que derrocha mis ganancias. Mi familia se encargó de darme una buena educación económica y la verdad estoy bien con este tema. Compro marihuana (de la mejor), hago mercado y pago mi renta. Creo que el secreto de todo este drama de nosotros los millennials y el dinero, es la planificación económica. Sí, estamos en una terrible economía y los salarios son malos, pero si además de eso gastamos nuestro dinero sin pensar en las consecuencias y no tenemos una cultura de ahorro, es como una fórmula para el fracaso económico y nunca ser independientes 100 por ciento.

—Karla, 28 años.

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Diego Urdaneta https://ift.tt/eA8V8J

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