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martes, 25 de septiembre de 2018

La monogamia puede ser más difícil para las mujeres que para los hombres

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.

Es una creencia ampliamente difundida que la monogamia es más natural para las mujeres que para los hombres. Mucha gente suscribe la narrativa de que los sexos simplemente están "programados" de manera diferente, por lo que las mujeres evolucionaron para ser monógamas y los hombres para ser promiscuos.

Solo hay un problema con esta línea de pensamiento: no es cierto, según el más reciente libro de la autora Wednesday Martin. En UNTRUE: por qué casi todo lo que creemos sobre las mujeres, la lujuria y la infidelidad está equivocado y cómo la nueva ciencia nos puede liberar, Martin ofrece una lectura provocadora basada en los últimos estudios de investigación y las entrevistas con expertos en sexualidad humana que nos desafía a pensar diferente sobre las mujeres y el sexo. En el libro ella pone las cosas en claro sobre una serie de creencias falsas sobre la sexualidad femenina en particular, incluyendo cuándo y por qué las mujeres son infieles.

Recientemente hablé con Martin sobre lo que la inspiró a escribir este libro y las cosas más sorprendentes que aprendió en el proceso.

UNTRUE se trata principalmente de la infidelidad femenina. ¿Por qué decidiste escribir un libro sobre este tema?
Me he descrito a mí misma como un desastre en la monogamia durante la década de mis 20. Una vez que estuve casada, muy felizmente casada, he de agregar, me pregunté: ¿la monogamia será adecuada para mí y mi esposo por siempre? ¿Cómo manejan esto otras parejas? ¿Cuál es la prehistoria evolutiva de la vinculación de las parejas, y específicamente de la sexualidad femenina, y qué puede decirme ahora sobre las dudas que tengo? Entonces, había un elemento personal en esto. Además, en mi trabajo, siempre me he sentido atraída por las mujeres que a nuestra cultura le encanta odiar. "La adúltera" es una de ellas, sin duda.

¿Qué tan común es la infidelidad entre las mujeres? ¿Y cómo se compara con la tasa de infidelidad entre los hombres?
Las tasas varían mucho, dependiendo de cómo se plantee la pregunta y cuán cómoda se sienta la mujer al responder. Sabemos que debido a que aún existe un estigma desigual sobre la infidelidad femenina, es decir, como todavía hay un doble estándar en el que consideramos que es más "natural" que los hombres sean infieles: es probable que las mujeres acepten en menor medida haber sido infieles y que reporten preferencias y comportamientos que se ajusten a las expectativas sociales

Me sorprendió saber que, entre las personas de 20 años, las mujeres casadas superan a los hombres casados en lo que respecta a la infidelidad. Además, en varios estudios las tasas de infidelidad de hombres y mujeres son mucho más cercanas de lo que imaginamos.

En tu libro, sugieres que muchas de nuestras creencias acerca de por qué las mujeres son infieles están completamente equivocadas. Una de ellas es la idea de que, mientras los hombres son infieles a causa del sexo, las mujeres lo son por una conexión emocional. ¿Cuál es la historia real en todo esto?
En nuestra cultura, nos aferramos a la idea de que las mujeres buscan "intimidad emocional". Pero las investigaciones de numerosos expertos, incluida Alicia Walker, sugieren que muchas mujeres son infieles por la misma razón que los hombres: quieren buen sexo. Las mujeres que observé y con las que hablé en diferentes fiestas sexuales ciertamente no buscaban una conexión emocional. Me dijeron: "Estoy aquí en busca de sexo sin ataduras". Necesitamos tomar en cuenta esta realidad al pensar en la sexualidad femenina y seguir aprendiendo más sobre ello.

Sin embargo, lo que las mujeres reportan que las motiva a ser infieles no es muy confiable, me explicaron los expertos. Las mujeres a las que se les dice que las mujeres son infieles debido a que buscan una conexión emocional tienden a informar que buscan una conexión emocional en sus relaciones de infidelidad. Del mismo modo, a los hombres que se les dice que los hombres son infieles porque buscan excitación sexual dirán que eso es justamente lo que buscan. Al eliminar ese lenguaje, lo que es probable que veamos, como nos dicen la experta en infidelidad Tammy Nelson, es que las motivaciones masculinas y femeninas son más similares de lo que previamente hemos reconocido.

¿Cuáles son algunas otras creencias ampliamente aceptadas sobre la infidelidad femenina que no son ciertas?

Existe la creencia de que las mujeres no serán "infieles" si están felices con su pareja. Pero más de un tercio de las mujeres infieles que participaron en un estudio describieron sus matrimonios como "felices" o "muy felices". Creemos que las mujeres son naturalmente más íntimas y domésticas, y que necesitan de eso para sentirse sexualmente atraídas. Pero Cynthia Graham y sus colegas encontraron que el doble de mujeres, en comparación con los hombres, reportaron falta de interés en el sexo después de un año de estar en una relación. En lugar de asumir que esto se debe a que "a las mujeres les gusta menos el sexo", muchos expertos ahora empiezan a considerar que las mujeres necesitan variedad, novedad y aventuras sexuales tanto como los hombres, y posiblemente más. Y cuando no lo consiguen, se cierran sexualmente.

La psicóloga Marta Meana lo resumió muy sucintamente cuando me dijo: "Las relaciones a largo plazo son particularmente difíciles con respecto al deseo femenino". Estamos muy seguros de que son los hombres quienes están "programados para vivir sin ataduras" y de que se aburren con la monogamia más rápido que las mujeres. Pero son las mujeres las que tienen que hacer frente a la institucionalización de los roles y la domesticidad que menoscaba su deseo, tal como han descubierto expertos como Esther Perel y Meana.

Algunos científicos sociales han argumentado que la monogamia es más "natural" para las mujeres, o que la monogamia es más fácil para las mujeres que para los hombres. ¿Cuál es tu respuesta a esto?
No somos de ninguna manera específica de forma natural cuando se trata de sexo. Y no hemos evolucionado para preferir un tipo particular de sexo. Hemos evolucionado como estrategas sexuales y sociales altamente flexibles. Este es uno de los motivos por los que todavía existen los Homo sapiens.

Cuando Darwin observó que las hembras de varias especies eran naturalmente tímidas, quisquillosas y reticentes, sexualmente hablando, y los machos eran naturalmente competitivos y lujuriosos, nos puso en un camino que distorsiona la lente a través de la cual vemos el comportamiento. Lo que sabemos hoy gracias en su mayoría a primatólogas, antropólogas e investigadoras sexuales es que cuando el contexto es correcto, la sexualidad femenina es asertiva, aventurera y lo que llamamos "promiscua".

La gran antropóloga y comparativista Sarah Hrdy nos dice que, en todas las especies, incluidos los humanos, la mejor madre durante muchos eones fue la que era, en circunstancias ecológicas particulares y bastante normales, promiscua, pues así podía eludir la infertilidad masculina, aumentar sus probabilidades de tener un embarazo saludable y una descendencia fuerte, y crear una red más amplia de apoyo al tener a dos o tres hombres que pensaran que sus vástagos pudieran ser de ellos.

En las culturas contemporáneas de paternidad compartida como los Motilones-barí en América del Sur, las personas creen que un bebé es creado por el esperma de varios hombres, y las mujeres que son monógamas pueden ser consideradas madres mezquinas y malas. Y entre los Himba de Namibia, Brooke Scelza nos dice que la infidelidad femenina beneficia a las mujeres y a sus descendientes. Lo mismo ocurre con los Pimbwe de Tanzania. Cuando observamos el comportamiento sexual de las hembras de forma intercultural y entre los primates no humanos, nos vemos en la necesidad de cuestionar muchas de nuestras suposiciones cómodas y reconfortantes sobre quiénes y cómo son las mujeres.

Mientras escribías e investigabas para hacer este libro, ¿hubo algo que realmente fuera sobresaliente o que te sorprendiera?
El hotwifing ( cuando una mujer casada tiene la libertad y el deseo de estar con otros hombres con la aprobación de su pareja) me dejó perpleja. Me enteré de su existencia cuando alguien me preguntó vía mensaje directo si yo era una hotwife. Me puse en contacto con los expertos David Ley y Mireille Miller-Young, quienes han escrito extensamente sobre esta subcultura y la subcultura swinger. Los hombres que se hacen llamar cucks celebran e incluso organizan la infidelidad de sus esposas con los "bulls" (los hombres con los que estas mujeres, conocidas como "hotwives", tienen sexo, por lo regular frente a sus maridos). Miller-Young escribe sobre los aspectos raciales del hotwifing y el estilo de vida del cornudo. Ley escribe acerca de cómo estos "cucks" están desafiando el guión tradicional en que los hombres tienen que controlar a sus esposas, sexualmente o en otros aspectos. Fue muy educativo y es una de mis partes favoritas de UNTRUE.

A pesar del hecho de que hay una gran cantidad de datos que desafían la "sabiduría" convencional sobre las mujeres y el sexo, vemos que las personas continúan malinterpretando las cosas una y otra vez. ¿Por qué sigue sucediendo esto? ¿Qué podemos hacer al respecto?
Nuestras ideas preconcebidas distorsionan la forma en que vemos las cosas y limitan nuestra capacidad de percepción. Ahora hay un cambio en las ciencias sociales hacia la comprensión de que nuestra sexualidad ocurre en confluencia con nuestra biología y nuestro contexto. Una vez que realmente logremos internalizar que la sexualidad femenina ocurre en la intersección del clítoris y la cultura, seremos más capaces de percibir toda la variedad en su expresión, en lugar de asumir que la sexualidad femenina es "naturalmente" de una forma u otra. Creo que eso liberará a muchas mujeres, hombres y personas que no se identifican con ningún género de vivir siguiendo un guión que es falso.

Justin Lehmiller es investigador en The Kinsey Institute y autor del blog Sex and Psychology. Su más reciente libro es Tell Me What You Want: The Science of Sexual Desire and How It Can Help You Improve Your Sex Life. Síguelo en Twitter @JustinLehmiller.

Justin Lehmiller, PhD https://ift.tt/eA8V8J

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