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martes, 25 de septiembre de 2018

El gran muro

El 4 de julio me encontraba en el desierto de Sonora con Prisciliano Peraza, un párroco que asiste a migrantes en su tránsito de México hacia Estados Unidos por una de las rutas más peligrosas de esta frontera. Ahí entregó algunos víveres a personas que estaban a punto cruzar a pie hacia Arizona. En este trayecto, muchos pierden la vida y cada año los cadáveres de cientos de migrantes son encontrados por autoridades y grupos de voluntarios.

Mientras Prisciliano bendecía a los migrantes, dos aviones de combate cruzaron razos sobre la línea fronteriza. Nunca antes escuché tan violentamente el ruido que producen y que me hizo evidente el propósito de muerte, miedo y disuasión con el que están creados. Una base aérea cercana y la conmemoración de la independencia de Estados Unidos pueden explicar fácilmente el evento, pero también estaban ahí para mostrar indiscretamente la fuerza militar y supremacía tecnológica que poseen en esta frontera.

De pie junto a algunas personas que habían decidido caminar durante días con el riesgo de morir, tuve la oportunidad de compartir una pequeña fracción del miedo y los duros motivos que los llevan a intentarlo. Cruzarán el desierto a pesar de estos aviones, drones, cámaras, miles de agentes de la patrulla fronteriza y, sobre todo, a pesar del mismo desierto. Lo hacen porque no ven una mejor alternativa.

Ellos son parte de la población a la que está dirigida la nueva política migratoria de Cero Tolerancia del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Una política que concreta las agresivas promesas de campaña en contra de inmigrantes indocumentados y que ya tiene consecuencias visibles.

Hoy, miles de niños son separados de sus padres cuando las familias se presentan en la frontera para pedir refugio o intentan cruzar clandestinamente. Quienes son detenidos en este cruce ahora se les imputan cargos criminales ante juicios multitudinarios que han llevado el número de procesos a un número histórico. Son 155 mil juicios, sólo en caso de los mexicanos. Ante la dificultad del gobierno para continuar con estos procesos, personas indocumentadas que residen permanentemente son removidos en deportaciones sumarias sin derechos a juicio y en menos de un día. Es un escenario agresivo que afecta a una población siempre vulnerable, muchas veces separando a familias.

Bajo este panorama decidimos conocer cuáles son las consecuencias en las que las familias sobreviven a la separación y cuál es el costo para quienes deciden volver a entrar a Estados Unidos con oportunidades cada vez más reducidas.

Así conocimos al Padre Prisciliano Peraza en su parroquia de Altar y lo acompañamos hacia Sásabe, la última parada en México para estos migrantes. También nos unimos al grupo de Águilas del Desierto durante una jornada de búsqueda para migrantes desaparecidos en el Desierto de Arizona, muchos de ellos quienes vuelven con sus familias después de ser deportados. En este caso, se encuentran Ernesto y Francisco, dos trabajadores de construcción a quienes conocimos en las ciudades de Nogales y Tijuana y quienes evalúan sus posibilidades para regresar con su familia.

“El Gran Muro” es la tercera entrega de Explorer Investigation de National Geographic, producido por VICE.

El show se estrena en Latinoamérica cada martes durante las próximas semanas.

10PM ARG/CHI
9:30PM COL
9PM MEX

Espera pronto los siguientes episodios y sigue a NatGeo en Facebook, Twitter e Instagram.

Staff de VICE https://ift.tt/eA8V8J

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