Artículo publicado por VICE México.
El sismo del pasado 19 de septiembre dejó secuelas en la sociedad mexicana y especialmente entre los habitantes de la Ciudad de México, donde 228 personas perdieron la vida y 44 construcciones se vinieron abajo. Aquel día, en el cual también se conmemoraba un aniversario más del fatídico terremoto de 1985, muchos habitantes vivieron situaciones traumáticas que les causaron estragos más allá de los daños materiales.
Las personas que perdieron algún familiar en medio de los derrumbes, quienes quedaron atrapados durante horas o días, los que perdieron su hogar o las personas que vieron un edificio desplomarse frente a sus ojos. Todas las víctimas directas e indirectas, como los voluntarios que ayudaron en los rescates o especialistas que brindaron apoyo emocional, quedaron marcados de alguna forma y podrían padecer afectaciones psicológicas.
De acuerdo con un estudio sobre la calidad de vida y la salud mental de los pobladores de la CDMX luego del sismo, ocho de cada 10 personas entrevistadas de todas las edades mencionaron tener al menos uno de los malestares vinculados con trastorno de estrés postraumático, un padecimiento psicológico que se presenta entre tres y hasta un año después de haber vivido una situación traumática y suele asociarse con desastres naturales, como es el caso del movimiento telúrico que sacudió la capital mexicana.
El informe elaborado por la Asociación Mexicana de Psicología Infantil (AMPI A.C.) junto con el Colectivo Investigación y Análisis Estratégico en Ciencias Sociales y Salud (Colectivo iae), menciona que el malestar más común experimentado por los afectados, con 67 por ciento de respuestas, es “Me sobresalto fácilmente con eventos que me recuerden el sismo (por ejemplo: escuchar la alerta sísmica o ruidos que se le parezcan, entre otras)”.
Un tercio de los chilangos consultados en las 16 delegaciones también indicaron que experimentan pensamientos aterradores, se ponen tensos, sufren palpitaciones o sudoración como si estuvieran en medio de esa situación y tienen pesadillas relacionadas con el sismo.
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De acuerdo con el estudio, entre las 845 personas entrevistadas, 258 aceptaron tener pensamientos negativos relacionados con la idea de morir, 257 expresaron falta de concentración en su trabajo o escuela por pensar todo el tiempo en el sismo, e incluso hubo 254 ciudadanos que admitieron sentimiento de culpa por no haber ayudado aquellos días en que se necesitaba remover escombro y acopiar víveres.
El sismo impactó la vida de millones mexicanos al punto que un 25 por ciento evitan pensar o hablar de lo ocurrido, o han preferido alejarse de lugares, personas u objetos que les traigan recuerdos del sismo.
A pesar de que son muchas las afectaciones a la salud mental provocadas por el 19-S y no pocas las víctimas, siete de cada diez adultos declararon que no recibieron atención psicológica en aquel momento ni en los días posteriores a la tragedia, lo que muestra la grieta entre las afectaciones y la poca atención recibida, lo cual podrían desembocar en serios problemas de salud pública.
El 30 por ciento de quienes sí tomaron algún tipo de tratamiento, cubrieron los gastos en instituciones privadas por su cuenta.
Niños y jóvenes en riesgo
Aunque las afectaciones psicológicas están presentes en personas de todas las edades, los responsables del estudio mostraron su preocupación por las niñas, niños y jóvenes, quienes forman el 70 por ciento de los encuestados. Los especialistas consideran que son el grupo de mayor riesgo por las secuelas que podrían presentar en su bienestar emocional y desarrollo psíquico.
El documento “Estudio sobre Calidad de vida e impacto psicosocial de los y las habitantes de la Ciudad de México a un año del sismo del 19S”, arrojó que nueve de cada diez niñas, niños y adolescentes todavía presentan sintomatología que podría estar vinculada con el trastorno de estrés postraumático.
Entre los jóvenes consultados, siete de cada 10 adolescentes de entre 13 y 17 años dijeron que se enojan y tienen arrebatos de ira sin motivo alguno, además de que han perdido el interés por actividades que antes del sismo disfrutaban mucho.
Este grupo de jóvenes también manifestó dolores de cabeza, problemas para conciliar el sueño y dificultades para recordar situaciones que vivieron durante los días de caos. En este caso los hombres adolescentes encuestados, señalaron el doble de malestares que las mujeres como dolores de cabeza, por ejemplo.
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Fatima Moneta Arce, coordinadora de Programas y Proyectos de AMPI A.C. indicó a VICE que en el caso de los chicos con estos síntomas, es señal de una sintomatología que los hace susceptibles del abuso de sustancias como la mariguana, a fin de autorregularse.
“ Si no son atendidos correctamente, esta tristeza, esta frustración, esta ansiedad no tratada, puede desembocar en un suicidio, por ejemplo, en autolesiones, dejar la escuela o ingresar en grupos delictivos”, comentó la especialista en psicología clínica, a quien le preocupa la poca atención profesional que que hasta el momento han recibido las víctimas. De acuerdo con el estudio solo cuatro de cada diez jóvenes e infantes han acudido con algún especialista a recibir apoyo emocional o atención psicológica.
“El dato más importante es que no están siendo atendidos, la gente pudiera o no estar desarrollando este síndrome, pero no hay la suficiente atención para poder trabajar estos diferentes malestares”, comentó Javier Bautista de la Torre, director de investigación del Colectivo iae en entrevista con VICE.
Gobierno reprobado
Aquel jueves, cuando las autoridades todavía no podían publicar un pronunciamiento oficial, los mexicanos ya habían retirado toneladas de escombro, acopiado miles de víveres e incluso ya estaban otorgando apoyo emocional a las víctimas por teléfono.
“Hubo una masiva participación de la gente, pero en particular este perfil de los psicólogos aparece en un momento clave que es cuando podemos contabilizar los daños materiales, cuando sabemos cuáles son las implicaciones de perder económicamente tu patrimonio, pero no sabemos las implicaciones que va a tener en términos de salud mental”, mencionó Bautista de la Torre, quien considera que las autoridades tienen muchas deudas todavía con la población.
De acuerdo con el psicólogo social, entre los objetivos de elaborar este estudio, estaba resaltar la importancia de la salud mental entre los sobrevivientes del sismo y su atención, pero también para visibilizar la labor ciudadana, la cual de nueva cuenta fue titánica en comparación con la pasmosa reacción gubernamental.
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Ante la abrumadora ayuda de la sociedad mexicana y la poca capacidad de reacción en gobernantes, no sorprende que más del 50 por ciento de los capitalinos encuestados haya considerado la actuación de funcionarios públicos, la policía, el Ejército y la Marina como insuficiente y mal coordinada con la sociedad civil, mientras que solo 18 por ciento percibió la ayuda como inmediata.
Documentado el descontento, el estudio elaborado por especialistas en psicología infantil y social recomienda a las autoridades federales y locales que para tener una reconstrucción emocional en la CDMX, la “ Ley para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la Ciudad de México en una cada vez más resiliente”, tendría que partir de un diagnóstico psicosocial e incluyente del 19-S, el cual debe identificar las distintas necesidades de todos los sectores de la población afectada.
Urge atención
Consciente de la brecha de atención en salud mental, presente a nivel nacional, la especialista del AMPI A.C. considera fundamental que las personas afectadas se atiendan a la brevedad, pues ninguno de los síntomas desaparecerá solo.
“ Las personas se tratan entre 4 y 20 años en acudir a cualquier profesional de salud mental desde que aparecen los primeros síntomas, es muchísimo tiempo, eso permite que los malestares se cronifiquen y que disminuyan las posibilidades de la gente de vivir bien o lo mejor posible”, indicó Moneta Arce, quien hizo un llamado a las autoridades para que a un año del sismo, mejoren los servicios de salud y promuevan campañas de salud mental.
En ese sentido, Bautista alertó de la revictimización que muchos de los ciudadanos podrían vivir con el megasimulacro que las autoridades realizarán el miércoles 19 para recordar el sismo, donde prácticamente estarían reviviendo escenas del sismo. “Las personas no están siendo atendidas, no hay una política de salud emocional y psíquica que pueda atenderlos y encima de eso, lo que vamos a hacer es reproducir el evento traumático a partir del cual empiezan a desarrollar algún tipo de malestar”, puntualizó el investigador a VICE.
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