Artículo publicado por VICE Argentina
Federico Cimatti llega en bicicleta a su pequeño taller en la calle Ecuador. Se trata de una habitación atiborrada de máquinas, afiches, papeles, herramientas y cajones con tipografías móviles; más cerca de un taller mecánico que de un estudio de diseño gráfico. Ahí funciona Prensa La Libertad, el proyecto de Federico, que en esas dimensiones reducidas conglomera una propuesta inmensa condensada en una búsqueda constante con infinidad de aristas: políticas, poéticas, técnicas y performáticas, que a su vez se entrecruzan y entraman.
Cimatti se formó como diseñador gráfico, en 2008 empezó a trabajar en diversas imprentas, las malas condiciones laborales hizo que migrara de una a otra. En la última el chico del delivery y el diseñador estaban en el mismo escalafón. Ante la ausencia del primero un día tuvo que ir a buscar un trabajo tercerizado a un taller en Merlo. Ahí cayó rendido ante la imprenta. "Cuando entré al taller tipográfico conecté con algo, y cosas que estaban rondando se unieron", comenta.
Con Prensa La Libertad, Cimatti lleva el antiguo trabajo de la imprenta manual en una nueva dirección, situando al oficio en la actualidad, sin nostalgia pero con respeto por el pasado. En VICE nos acercamos al oficio y las posibilidades artísticas y políticas que presenta:
VICE: ¿Qué encontrás en estos procedimientos?
Federico Cimatti: Encontré la técnica y con los años, al llevar tanto tiempo frente a la máquina eso te lleva a pensar muchas cosas, más entre la relación de uno y la técnica. Particularmente me seduce mucho pensar eso, ¿Por qué hacer esto hoy? Sin apelar a un romanticismo de marketing. ¿Por qué este paradigma fue dejado de lado? Son preguntas que me surgen cuando poso mi mente en la máquina, también hay algo sonoro que genera un mantra que me da esa posibilidad de pensar.
Relacionados: Conocimos al luthier que crea réplicas de guitarras imposibles
Entiendo su obsolescencia por vivir en una sociedad volcada cada vez más hacia la inmediatez
FC: Producir un impreso en esta tecnología lleva tiempo y se termina traduciendo en costos. Pero también gracias a eso, a esa aceleración, permite que muchas otras técnicas se empiecen a generar como terrenos baldíos. De pronto una herramienta que ya no responde a las necesidades o a la exigencia del mercado pasa a ser un medio. También el sumarse a una tradición, la tradición gráfica tiene una fuerza en sí misma, de la comunicación y la comunicación en el ámbito político. Genera autonomía, me acuerdo el día que terminé de imprimir un libro de Clara España, volví a mi casa y lo leí y sentí una sensación de libertad. La libertad de haber generado algo y que eso puede circular, imprimir es autonomía.
¿Cómo te fuiste equipando? Asumo que debe haber habido búsqueda.
FC: Obviamente mi primera máquina fue muy manual. Al margen de que mi pasión esta en imprimir, en ese proceso, me interesa mucho el capital cultural y simbólico que implica esta técnica. Eso me lleva a ponerme a investigar la tipografía y recuperar tipografías. Son cosas que ya no se fabrican, todo lo que se pueda recuperar se recupera, ese es mi concepto. Es lindo ver como envejecen esos objetos y dejan una huella.
Básicamente fue ir y visitar imprentas que estaban cerrando, estar atento a lo que iba apareciendo. Muchos conocidos me iban avisando. Así fue como llegó la máquina de la bici, es una máquina de 1920. El momento en el que imprimí la primera pieza conecta con lo que no sabés que imprimió. Hay un misterio que la persona que reciba esta máquina quizás también se haga ¿Qué habrá impreso? Me interesa esa incógnita que hay ahí.
Mientras explica el funcionamiento de las máquinas y muestra cajones llenos de diversas tipografías, cuenta la anécdota de una imprenta en Quilmes que cerraba, de la que rescato un domingo de lluvia dos bolsas llenas de tipografías, llenas de mugre y tierra, que tuvo que limpiar una por una. Otro gesto de lo manual en lo artesanal.
¿Qué pasa con la manipulación constante de plomo? ¿No es peligroso?
FC: El problema más que nada eran las tintas, tenían mucha concentración de plomo. Yo tomo muchos cuidados, es importante tener aireado, si me voy a sentar a componer durante cierto tiempo uso guantes. También hay otros mitos alrededor de las tipografías de plomo, como su utilización para la confección de balas. Una historia con la que tuve contacto es que durante la Segunda Guerra Mundial expropiaban imprentas con ese fin. También me han contado que durante la guerra civil española se utilizaban tipografías de madera para calefaccionar, eran recursos de guerra.
Simbólicamente es muy oscuro
FC: Que una tipografía pase a ser una bala, ya no hay más nada que decir. Cuando en 2016 estuve en Italia, unos vendedores de chatarra me contaron que hoy en día se sigue haciendo eso. Que se meten en medio oriente a través de Egipto, se compran imprentas que están por cerrar.
Federico utiliza la imprenta como medio de expresión, como herramienta generadora de mensajes tanto poéticos como políticos. Eso lo llevó a ciertas acciones de carácter casi situacionista.
Contame sobre algunas de las acciones que has hecho
FC: Hice una en el Vaticano que estuvo buena. Esa fue muy peligrosa, safé de pedo. Estaba trabajando pero con Visa de turista. Pegué a una cuadra de la plaza, donde se ve la cúpula de fondo, una pancarta con el mensaje “La voluntad es únicamente humana”, en una tipografía muy grande. Es producir además de un hecho público en un espacio público, una imagen.
En Londres hice una que en lo personal estuvo muy buena, mi viejo es ex combatiente de Malvinas y estuve ahí el 2 de abril de casualidad. Ahí pegué unos afiches en una estación de tren cercana a un memorial. Decían “Ni Tatcher ni Galtieri fueron a la guerra”.
¿Cómo encaja tu bicicleta imprenta en todo esto?
FC: Lo de la bici responde a ese contexto, porque empecé ir a marchas y movilizaciones. Yo sentía que ahí había una cuestión de correr el velo de la técnica y mostrar cómo se hacen las cosas. Y ahí la persona empieza a entender un poco más lo que está recibiendo de un modo más cabal. Es un texto que lee, es información, pero también está producido bajo otro concepto de producción. Ahí es cuando las cosas comienzan a cerrar.
En enero apareció la máquina y ya hice como siete u ocho salidas a diferentes lugares. Cada lugar es un contacto muy directo. Lo que pasó en la Marcha del 24 de Marzo por ejemplo fue bastante paradigmático. Llevé 500 piezas para imprimir pero en una hora ya no tenía más papel y la gente estaba tan metida en el contexto, con lo que pasaba, que empezó a sacar billetes y los empecé a imprimir. Así es como cada acción va teniendo su forma.
¿Qué texto imprimías?
FC: Imprimí “Memoria, Verdad, Justicia y Poesía”.
Es una máquina de dimensiones bastante específicas ¿Cuál era su finalidad real?
FC: Originalmente esta máquina es de los 20. Permitía a una persona ir de pueblo en pueblo imprimiendo tarjetas personales o pequeñas cosas. Permitían que alguien pudiese ir trabajando de manera golondrina. Hay en la máquina ya una voluntad de movimiento.
¿Y el otro día que estuviste en el Parque Centenario qué imprimiste?
Ahí fue un texto mío. El parque es un lugar más de lectura y no quería ir con un titular, estos panfletos dejan sentencias. Cuando hay más texto hay oportunidad de sentarse a leer un poema. Es interesante ver las reacciones.
¿Cómo es el acercamiento de la gente?
FC: Siempre pienso mucho el lugar donde ubicar el objeto porque es medio como producir una escena, pensar también el flujo de donde viene la gente, eso es fundamental. Me puse en la entrada del parque, lo que sucede ahí es que se va a buscar un espacio de relajación en el contexto urbano, y no se esperan ver un objeto así. A mi particularmente me gusta contar como se produce esa pieza, siempre hay un misterio que está bueno.
Un poco también es una reapropiación de la bicicleta, fue un objeto muy apropiado por el macrismo
FC: Si, tal cual, absolutamente. También deja ver como en este contexto como la ciudad está inundada de chicos precarizados en bicicleta, es un tema que genera muchísimas aristas. Aunque no se vea, arriba de la bicicleta hay muchísimas actividades económicas, desde el afilador, que se fue perdiendo, los cartoneros muchos van en bicicleta. Es interesante como lo podés ver desde diferentes lugares. Aparte también la mezcla de dos objetos bastante paradigmáticos y revolucionarios, como es la bici y la imprenta, son de autonomía, permiten esa libertad de movimiento y pensamiento.
Empecé a entender la relación entre las personas en el espacio público. Como gesto que descoloca al miedo al espacio público por la expresividad. El espacio público está visto como un lugar de tránsito, y cuando se lo empieza a habitar desde otro lugar, ahí eso desactiva cierto miedo que hay en el hecho de habitarlo.
¿Tenés alguna acción pronta pensada?
FC: La próxima es para el 28 de mayo, para el lanzamiento de la presentación del nuevo proyecto del aborto, donde posiblemente ahí ejecute el aprendizaje de lo del 24 de marzo y vaya a imprimir los billetes porque me pareció algo muy interesante.
Relacionados: Fuimos al Lego Fun Fest: la fiebre de ladrillos en Argentina
Y después desde ir a un recital de una banda a un acto del primero de Mayo de la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A.) en Plaza Miserere. Está buenísimo porque me acerca a lugares completamente disímiles donde te permite dialogar. Puedo dialogar tanto en un acto de la F.O.R.A. como en un show en el Matienzo, hay ahí la ruptura de ciertos círculos que me interesa mucho. Y a veces tengo ganas de hacer algo, y es agarrar la bici y salir.
¿Qué te interesa reproducir desde la tipografía?
FC: Me interesa que la tipografía sea una imagen, producir una imagen, ya sea desde lo simbólico o un plano retórico. Llega a máquina algo si me pone en conflicto o me mueve algo. No creo en la lógica de imprimir e imprimir e imprimir, es la lógica de la sobreproducción. Me interesa pensar antes de imprimir. Vivimos en un tiempo de mucha aceleración, las nuevas tecnologías están teniendo un impacto neurológicamente, también va a haber que construir una respuesta a eso. No creo que tenga que representar una involución, pero si una vuelta a una sensibilidad. Que puedas conectarte con los símbolos y objetos de la realidad de otra manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario