Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.
Muchas aplicaciones de citas intentan relacionar personas de acuerdo a la similitud de sus personalidades. Operan bajo el supuesto de que una relación, entre personas que son más parecidas, tiene más probabilidades de tener éxito. Intuitivamente, eso tiene sentido, ¿no? Si tienen mucho en común, probablemente se la pasarán mejor juntos.
También hay muchas investigaciones que parecen respaldar esta idea. Hace más de medio siglo, algunos psicólogos sociales documentaron que una de las características clave de la atracción era la similitud. Las personas que más nos gustan son las que consideramos más parecidas a nosotros.
Sin embargo, la historia no es tan simple como se creía. Si bien las semejanzas son importantes cuando nos atrae a alguien, no son garantía de tener una relación feliz.
En un nuevo estudio publicado en el Journal of Research in Personality, los investigadores de la Universidad del Estado de Michigan observaron a 2,578 parejas. Para este estudio, los investigadores se enfocaron específicamente en un subconjunto de personas en relaciones heterosexuales que tenían, en promedio, 51 años de edad y llevaban casados 22 años. Observaron la satisfacción de la relación y diversas medidas de bienestar psicológico (incluido el estado de ánimo positivo frente al negativo y la satisfacción con la vida en general) y consideraron cómo se relacionaban con la similitud de pareja en el Modelo de los cinco grandes.
El Modelo de los cinco grandes incluyen la apertura a la experiencia (estar abierto a probar cosas nuevas), la conciencia (estar organizado y orientado a los detalles), la extroversión (ser extrovertido y sociable), la amabilidad (tener mucho cuidado y preocupación por los demás) y la neurosis (no lidiar bien con el estrés y tener más cambios de humor).
Entonces, ¿qué fue lo que encontraron? Primero, las personas que eran más consientes, extrovertidas y agradables y menos neuróticas, tendían a ser más felices en general y con su relación. Del mismo modo, las personas cuyas parejas eran más conscientes y menos neuróticas también eran más felices.
En otras palabras, cuando se los considera de manera aislada, los rasgos de personalidad de las personas (y los de sus parejas) tuvieron importancia en cuanto a cómo se sentían con respecto a sus relaciones y vidas en general, pero ¿qué hay de tener personalidades similares?. Los efectos de la similitud fueron pequeños e inconsistentes. También vale la pena señalar que tienden a ser menores que los efectos de la propia personalidad.
Estos hallazgos se respaldan con otras investigaciones sobre similitudes y satisfacción en las relaciones. Por ejemplo, un estudio anterior descubrió que al predecir la relación y la satisfacción con la vida, lo que más importa son los rasgos de tu propia personalidad, seguidos de los de tu pareja, y luego las similitudes entre tú y tu pareja. Nuevamente, los efectos de la similitud fueron muy débiles en este estudio.
Del mismo modo, un metaanálisis de más de 300 estudios realizado en 2008 que analiza la similitud y la atracción llegó a la conclusión de que, si bien la similitud está realmente vinculada a la atracción inicial, su efecto sobre la atracción y la satisfacción en las relaciones en curso es "no detectable".
Sin embargo, hay un giro importante en esta historia: aunque la similitud real no parece ser un predictor importante del éxito de una relación, la similitud percibida puede ser. En otras palabras, cuando las personas piensan que su personalidad es similar a la de su pareja (independientemente de si eso es realmente cierto), tienden a ser más felices.
Otra cosa: también hay algunas investigaciones que encuentran que la disimilitud de la personalidad (o lo que los psicólogos sociales denominan "complementariedad") a veces predice la calidad de la relación. Específicamente, tiene que ver con el dominio y la sumisión, donde las personas tienden a ser más felices cuando coinciden con un compañero que posee un rasgo opuesto en lugar del mismo rasgo. En otras palabras, hay algo de verdad en la idea de que “los opuestos se atraen”.
Lo que todo esto nos dice es que hay una buena razón para ser escéptico con las aplicaciones de citas que utilizan algoritmos informáticos para encontrar a tu pareja "ideal" basándose únicamente en su parecido. La verdad es que ser similar no parece importar mucho y que tener ciertos rasgos de personalidad parece ser más importante.
Además, no solo es probable que el enfoque de crear vínculos de acuerdo a la personalidad sea ineficaz, sino que si estas aplicaciones solo intentan unir a personas similares en todos los rasgos, incluidos los rasgos en los que generalmente se prefiere la complementariedad (como dominación-sumisión), incluso podría ser contraproducente. Tampoco es que la citas por medio de aplicaciones nunca funcionen. Muchas personas se conocen por internet y terminan juntos.
Sin embargo, si decides ir por ese camino, ten cuidado con las afirmaciones generalizadas que algunos sitios de citas hacen acerca de la importancia de la similitud y la compatibilidad. Es mejor reconocer que las relaciones no son perfectas y que predecir con quién vamos a ser felices a largo plazo no es fácil.
Justin Lehmiller, PhD es investigador en The Kinsey Institute y autor del blog Sex and Psychology.
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