Aunque cada vez hay mayor apertura a la diversidad sexual, todavía hay lugares donde tener una orientación o preferencia distinta a la mayoría es motivo de discriminación, violencia y privación de los derechos humanos. En algunas zonas de Centroamérica la transición ha sido lenta, pero con el empuje de asociaciones, colectivos y activistas, este cambio comienza a suceder.
A través de Diversoamérica, serie documental coproducida con el periódico El Faro, buscamos acercarnos a los retos a los que se ha enfrentado la comunidad LGBTQ+ para abrirse camino en una sociedad donde el machismo, la religión y la violencia han moldeado un prejuicio hacia cualquier manifestación de la sexualidad que sea distinta a lo dictado por la tradición conservadora.
En El Salvador nos acercamos a la lucha de la comunidad trans para tener una Ley de Identidad de Género, las cual les permita cambiar nombre y sexo en documentos oficiales. Sin este derecho, la comunidad trans tiene dificultades para acceder a servicios y derechos básicos como votar, obtener un seguro o acceso a la educación. Aunque la iniciativa de ley, redactada por miembros de organizaciones y defensores de derechos LGBTQ+, se entregó a la Asamblea Legislativa de El Salvador en marzo de 2018, la propuesta no ha sido revisada porque existen prejuicios y presiones por parte de grupos conservadores, especialmente religiosos.
Viajamos a Guatemala, un país machista donde salir del clóset se ha convertido en un acto político ante la violencia de género que se vive. Ahí conocimos a algunas mujeres que forman parte de la lucha del movimiento lésbico del país. A través del performance, la música y la poesía, Mandy Joha busca darle valor a las miles de chicas que no pueden expresar libremente su orientación sexual. También nos acercamos a Sandra Morán, la primera diputada abiertamente lesbiana que ha ocupado una silla en el Congreso de la República; y conocimos la historia de Abarú, una chica que decidió participar en un concurso de drag kings, sin embargo, se topó con la gran sorpresa de que era la única concursante, así que después de su presentación ganó por default.
También visitamos Honduras, donde el dominio de las pandillas, la pobreza y la corrupción, hacen que este lugar sea uno de los países más violentos del mundo. Además de estas características, la sociedad catracha es en su mayoría cristiana, y aunque las diversas doctrinas tienen sus diferencias, tienen algo en común: ver la homosexualidad como un pecado y una enfermedad que se debe erradicar. Basándose en este principio, sus discursos y postura anti homosexual es cada vez más agresiva, lo que incentiva a que la violencia hacia la comunidad LGBTQ+ aumente.
Diversoamérica es un vistazo breve pero incisivo a la realidad que vive la comunidad LGBTQ+ en una zona dónde la religión y los prejuicios de la sociedad han estado por encima de los derechos humanos durante mucho tiempo. Aún así, hay gente que no está dispuesta a que esto continúe y han encontrado el valor para comenzar un camino hacia la tolerancia, el respeto y la equidad.
Leonardo García http://bit.ly/2Y0W9oV
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