Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
A principios de este mes, había una tira cómica conservadora que circulaba en Twitter. En la tira sale dibujada la actriz Michelle Williams en el vestido color mandarina que llevó a los Globos de Oro, acunando su premio a la Mejor Actriz con una mirada triste en el rostro. "¡Gané!", dice la caricatura de Williams, mientras una madre junto a ella con un bebé le dice: "No, no lo hiciste", un golpe claro al discurso de la ganadora a la Mejor Actriz, donde expresó su gratitud por haber podido abortar cuando era más joven.
La tira no solo es objetivamente incorrecta –¡Williams tiene una hija, idiotas!– sino que refleja un tipo de pensamiento retrogrado sobre el aborto, que supone que muchas de las personas que lo hacen eventualmente se arrepienten de su decisión, lo cual es igualmente falso. Un nuevo estudio publicado el domingo en la revista Social Science and Medicine encontró que la gran mayoría de las personas que han tenido un aborto no se arrepiente de su elección.
El estudio encuestó a unas 1.000 mujeres, haciendo un seguimiento de 11 veces en el transcurso de cinco años, convirtiéndolo en uno de los estudios más grandes sobre las emociones de las mujeres sobre sus propios abortos, según la CNN. Elv84 por ciento de las participantes tenían emociones positivas acerca de su decisión de abortar después de cinco años, o ningún sentimiento sobre su decisión. Solo el 6 por ciento expresó principalmente emociones negativas. Esto se basa en investigaciones previas que encontraron que una abrumadora mayoría de mujeres sienten muy poco acerca de su aborto a medida que pasa el tiempo, excepto alivio.
Este tipo de datos es necesario, ya que contrarresta una narrativa prevaleciente de que las mujeres no sabrán cómo se sentirán al abortar hasta que realmente lo hagan. Ese es un argumento infantil, basado en la idea de que las mujeres no son capaces de tomar decisiones médicas importantes por sí mismas. La idea de que alguien se arrepentirá de no tener un hijo que no quiere o sabe que no puede mantener no es más que una táctica de miedo impulsada por las clínicas antielección basadas en la fe y financiadas con fondos federales que han surgido en todo Estados Unidos, en un intento por convencer a las personas para que no aborten y son en gran parte responsables de difundir esta idea de que muchas mujeres se arrepienten de abortar. Varias leyes estatales también fomentan esta línea de pensamiento; 18 estados requieren que las personas que buscan un aborto reciban asesoramiento, mientras que 27 estados tienen un período de espera obligatorio, generalmente de aproximadamente 24 horas.
Pero como muestra este nuevo estudio (y los estudios anteriores), el arrepentimiento es poco común. Entonces, ¿por qué molestarse en hacer la pregunta en primer lugar?
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