Artículo publicado originalmente por VICE Sports Estados Unidos. Leer en inglés.
Ayer México fue derrotado por Suecia 3-0 en el juego final del grupo F. México sólo necesitaba ganar o empatar contra Suecia para avanzar, pero como acabamos de decir, eso no sucedió. Por lo tanto, dependían del partido aún sin goles entre Alemania y Corea del Sur que se estaba llevando a cabo al mismo tiempo. Todavía podían calificar, pero para ello necesitaban la gran ayuda de Corea del Sur. Y la consiguieron en el último momento: un gol en el segundo minuto del tiempo de compensación, y luego un segundo gol minutos después selló la calificación del equipo mexicano.
Los fanáticos en el juego de México estallaron en aplausos cuando la noticia del primer gol de Corea del Sur se extendió y comenzaron a lanzar cerveza y cualquier cosa que tuvieran en sus manos. Y luego, afuera del estadio, en las calles de la Ciudad de México e incluso en las oficinas, los fanáticos mexicanos al encontrarse con los fans coreanos los alzaron y llevaron en hombros como héroes conquistadores.
La ciudad de México se puso eufórica, y finalmente la fiesta llegó hasta la Embajada de Corea del Sur, donde encontraron al embajador Byoung-Jin Han y sí, adivinaste, lo cargaron en hombros.
Ésta es verdaderamente la belleza del juego.
Sean Newell https://ift.tt/eA8V8J
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