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viernes, 12 de abril de 2019

Tap, swipe, tweet, (Corazón), Like: códigos de evolución

Presentando por Samsung S10

Respira…
Inhala y después exhala profundamente.

Jugando un poco a ser Carl Sagan y este artículo un fragmento de Cosmos, esa última fracción, ese infinitesimal instante final de la exhalación que usted acaba de realizar es el equivalente, quizás, al tiempo que llevamos vivos y conectados a esta nueva era de tecnologías inteligentes, World Wide Web y social media.

En 1440 Gutenberg, un alemán ingenioso y desparchado creó la imprenta y con ella se gestó una revolución alrededor del conocimiento, la información y sobre todo el acceso. A la humanidad le tomó un par de siglos poder entender y decantar el descubrimiento hasta que finalmente lo comprendió completamente.

Sin embargo, el tiempo y sobre todo el paso han cambiado.

En una entrevista de VOX a Michael Bess, un académico y estudioso de la historia de la ciencia se advierte: “El paso, es, significativamente diferente. Pasamos de no tener World Wide Web (internet) a una explosión absolutamente desbordante de dicha tecnología en 20 o 25 años”.

El paso, el tiempo, el espacio y posiblemente nuestros cuerpos y percepciones han cambiado, han mutado, sin duda, aquello de ser hombres y mujeres X, ya no es tanto un relato fantasioso como una realidad. Asistimos a un nuevo estado evolutivo, estamos en el borde del trampolín a punto de dar un salto cuántico hacia un nuevo humano.

Un salto evolutivo del que han sido testigos y actores co-protagónicos nuestras pantallas, apéndices visuales y transicionales de nuestros cuerpos en esta época de transformación en el que se instaura en nosotros, a pesar de todo, un nuevo estado de conciencia.

A continuación les queremos presentar seis nociones, seis estados de realidad diversa y evolutiva que le han marcado el tempo a nuestro tiempo, cada una de ellas transmitida y hecha colectiva entre tweets, links, swipes y taps.

Bienestar

Búsqueda del bienestar
El wellness y la búsqueda de bienestar ya no son una tendencia, sino un mantra de nuestro tiempo. Ser feliz, sentirse saludable, reconectarse con propósitos que se sienten más reales y significativos se ha hecho una necesidad de nuestro tiempo. Lanzarse en su búsqueda, si bien ha generado un poco de confusión, ha cambiado el foco de la atención. Usted, como ser equilibrado y en sincronía con el entorno es y debe ser el centro de la conversación y su bienestar, no por se especial, sino simplemente por ser, debe convertirse en una social. Para ello, un mercado infinito de apps y conversaciones se han presentado al servicio y en su variedad han hecho de esas búsquedas un acto de auto edición.

Conectados desde lo etéreo.
Estar en la nube durante mucho tiempo significó el no tener sustento o simplemente ser un despistado, ahora, en cambio, estar en la nube es sinónimo de otras ideas tales como cooperación, conexión y conectividad.
En sus textos Bauman decía “lo que se ha separado no se puede volver a pegar. Abandonen toda esperanza de totalidad, de futuro y pasado, ustedes que entraron en la modernidad líquida”, palabras que dejaban claro que estamos de hecho en otro tiempo, en una modernidad fluida que a pesar de ser voluble y poco sólida nos permitió maneras de conectar desde esa misma fluidez.
Sin importar que tan lejos, que distantes ideológica o físicamente nos encontremos entre nubes pudimos reencontrarnos, cooperar y trabajar juntos

Nubes

Reconocimiento de una nueva conciencia
Todo es un tema de accountability (responsabilidad). ¿De dónde viene lo que me gusta comer? ¿Quién lo hizo? ¿Se hizo en las condiciones justas? ¿Cuál es su impacto ambiental? ¿Por qué cuesta lo que cuesta? La nuestra, la de la humanidad, es una edad en la que el cuestionamiento se asume como un rasgo evolutivo. No un cuestionamiento como posición ideológica, sino precisamente como posición evolutiva. Porque de preguntarnos el porqué de las cosas, de las condiciones sociales, de la huella e impacto que tenemos sobre otros se desprende una necesidad vital: la del equilibrio. Han sido nuestras pantallas, nuestros smartphones y las tres W, las que se han presentado como herramientas para que el acto de preguntar y cuestionar volviera a tener sentido, no con el sentido de romper, sino de construir a partir de los mismos.

Entendimiento de que podemos influenciar.
En miles, en millones, bajo esas cifras de varios ceros se cuenta hoy en día la recepción que tienen entre otras personas el contenido que alguien hace.
Derrumbamos muchos ídolos, creamos unos nuevos, pero en el proceso quedó claro que cualquiera pueda movilizar a muchos con 140 caracteres, con una foto. Hoy, en ese proceso de evolución, como personas hemos accedido a una idea que tiene un poder impresionante: el de la influencia. Podemos ser capaces de tomar el micrófono por nosotros mismos y hacer que nuestra voz resuene en todo el mundo, que salga a la calle y se haga relevante. La reflexión, sin embargo, es la misma que le hicieron un día a Peter Parker: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Amor-igualitario

Igualdad, un archivo en transferencia continua.
Ser iguales, una idea tan sencilla que nos ha costado tanto trabajo como humanidad. En un artículo de The Nation, un importante diario de pensamiento americano un columnista escribe sobre la idea de derechos “hay algo seguro, las lecciones de la historia actual de la humanidad es que los derechos no son una herencia antigua y atemporal que se debe preservar, sino una reciente invención que debe ser recompuesta”. Una idea que pareciera el mantra de una generación que ha decidido a través de grupos de Facebook y Hashtags poner a prueba nociones preconcebidas, para crear y exigir desde diversas fronteras otros derechos, unos más amplios y convocantes.

Sostenibilidad más que un tema taquillero
Cuando hablamos de un nuevo estado de conciencia hablamos de que hace 10 años la gente arrojaba basura al suelo y ni quien la arrojaba ni quien veía que eso sucedía, se inmutaban. Hoy evitar el consumo de plástico, ese espejo que nos devuelven cientos de posteos sobre mares llenos de residuos, la necesidad o al menos la intención de llevar una bolsa reutilizable al mercado, la idea de que consumamos productos nos testeados en animales o que tuvieron menos impacto ambiental dejan en claro que es otra la marcha en la que nos encontramos. El contenido sostenible se ha hecho una tendencia y circula poderosamente a través de nuestros dispositivos y en eso hay que reconocer una batalla que se gana, la de al menos poner en evidencia y darle vitrina a un tema de absoluta relevancia, el round pendiente, sin embargo, es el de pasar de formas más vehementes y reales del dicho al hecho.

Nuestras pantallas fueron testigos de un sinnúmero de evoluciones y para ser testigos fidedignos de estas transformaciones tuvieron que evolucionar también. Estando siempre al frente de esos cambios, las pantallas de la familia de Samsung S10, se han convertido en las vitrinas perfectas por las cuales serán transmitidos y presentados algunos de los acontecimientos más relevantes de nuestra historia. Con una intensidad de color (16M) y una resolución (3040 x 1440 (Quad HD+) muy superior, las pantallas en estos Samsung se convertirán en las herramientas adecuadas para ser, no solo los espectadores de este momento de cambio, sino también sus narradores.

VICE Staff http://bit.ly/2P98X9A

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