Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Es una tarde de principios de noviembre y cuatro adolescentes se sientan juntas en la parte de atrás de un salón de clases en el campamento de refugiados Za'atari en Jordania. Visten camisas con estampado de seda, jeans rotos, hijabs con estampado de leopardo y zapatos estilo TOMS. Se pueden escuchar algunos ruidos a través de la pared, provenientes de la clase de Zumba en el gimnasio de al lado. Unos cuantos muchachos pasan corriendo por la puerta, cruzando el patio soleado hasta el campo de futbol. En el interior, las chicas susurran, ríen y beben latas de Pepsi mientras esperan que empiece la clase. Están aquí para asistir a una clase de fotografía de una semana de duración dirigida por el Proyecto Lens on Life, una organización sin fines de lucro con sede en la ciudad de Nueva York que ofrece capacitación en fotografía e informática para jóvenes marginados de todo el mundo, donde se esfuerzan por involucrar a las comunidades locales, capacitar a los jóvenes y conservar entornos en los que los estudiantes puedan compartir sus historias y adquirir nuevas habilidades para ingresar al mercado de trabajo global.
Cuando terminen esta clase, regresarán a los miles de tráilers blancos que conforman el campamento, a kilómetros de las casas de las niñas en Siria, en el lado jordano de la frontera. Durante sus años de adolescencia, un período de la vida lleno de las complejidades de la identidad y el crecimiento, también abordan el concepto de redefinir su hogar y lo que significa ser etiquetado como refugiado y criado en un campo de refugiados.
Las siguientes imágenes son una selección del trabajo de los estudiantes del campamento Za'atari.
No hay comentarios:
Publicar un comentario