Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Esta temporada ha sido particularmente peligrosa en el Monte Everest. Once personas han perdido la vida en el pico más alto del mundo, y el lunes, el estadounidense Christopher John Kulish, de 62 años, se convirtió en la última víctima.
La última vez que se registraron tantas muertes fue en 2015, cuando una avalancha golpeó la montaña. Pero este año esa no es la razón. Los expertos dicen que el tumulto de personas intentando subir ha aumentando el riesgo en la ya peligrosa cuesta.
Los informes detallan que cada vez son más los escaladores sin experiencia que hacen cola para llegar a la cima de 8,850 metros, provocando retrasos en la llamada "zona de muerte" –el área entre el campamento más alto y la cima– donde hay muy poco oxígeno y los suministros son escasos.
"No puedo creer lo que vi allí", escribió en Instagram el escalador y cineasta Elia Saikaly. "Muerte. Masacre. Caos. Filas para subir. Hay cadáveres en el camino y en tiendas de campaña en el campamento 4. Gente a la que intenté regresar y terminó muriendo. Gente siendo arrastrada. Caminando sobre cuerpos".
Si bien el tráfico puede parecer una preocupación mundana, la parte superior del Everest deja muy poco espacio para errores o demoras: cuando estás tan arriba, cada momento cuenta. Los escaladores suelen llevar los suministros y el oxígeno suficientes para subir y regresar, y la inexperiencia y el exceso de personas le pueden causar problemas a todos.
"No puedo creer lo que vi allí. Muerte. Masacre. Caos. Filas para subir. Gente a la que intenté regresar y terminó muriendo".
El New York Times informó durante el fin de semana que algunas de las muertes de este año podrían atribuirse a los retrasos, que impiden que los escaladores se levanten y bajen lo suficientemente rápido como para reponer su oxígeno, mientras que las de otros podrían deberse a la inexperiencia. El gobierno de Nepal este año emitió un récord de 381 permisos para escalar, cada uno con un costo de 11,000 dólares. El Times describió la escena cerca de la cumbre como "El señor de las moscas" a 8,850 metros, mientras que los escaladores se empujan para llegar a la cima y tomarse una foto.
Incluso con oxígeno adicional, el cuerpo está bajo un estrés extremo cuando está tan arriba. El mal de altura puede permanecer en tu cuerpo y resultar mortal, y ha cobrado vidas incluso cuando los escaladores van de regreso. Cuando tienes poco oxígeno, se vuelve difícil pensar con claridad, y cualquier momento que pares o que compartas oxígeno, aumenta tu propio riesgo de muerte.
"Es una cuestión de ética", le dijo al Times Fatima Deryan, una alpinista libanesa. "Todos tenemos oxígeno adicional. Te das cuenta de que si ayudas, vas a morir".
"Los humanos no están hechos para sobrevivir ahí", le dijo el guía de montaña Adrian Ballinger a CNN. "Incluso cuando llevas oxígeno adicional, solo tienes unas horas para sobrevivir allí antes de que el cuerpo deje de funcionar".
Kulish, el escalador estadounidense de 62 años, llegó a la cima pero murió repentinamente al momento de regresar. Aún no se conoce la causa de su muerte.
"Vio su último amanecer desde el pico más alto de la Tierra", dijo su familia en un comunicado. "En ese instante, se convirtió en miembro del '7 Summit Club', tras haber escalado el pico más alto de cada continente".
Los funcionarios nepalíes han dicho que revisarán los datos después de este año, pero podrían dudar en reducir el número de permisos. "El gobierno no puede simplemente decirle no a los turistas que vienen a pedir permisos", dijo Meera Acharya, directora del Departamento de Turismo, al Washington Post. "En lo personal, siento que no se trata tanto de la cantidad de permisos como del tipo de escaladores a los que estamos otorgando los permisos".
Portada: Foto de este lunes, 27 de mayo de 2019, las aves vuelan sobre el Monte Everest desde Namche Bajar, distrito de Solukhumbu, Nepal. (Foto AP/Niranjan Shrestha)
Tim Marcin https://ift.tt/eA8V8J
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