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sábado, 18 de mayo de 2019

Surrealismo bajo el volcán

Artículo publicado originalmente por Garage de VICE Estados Unidos.

Más de 80 años antes de que la clase creativa de hoy comenzara a proclamar que la Ciudad de México es la siguiente tierra prometida, una comunidad de surrealistas se vio cautivada por el misticismo del país. No hay una sola respuesta que explique por qué tantos artistas extranjeros viajaron o se mudaron a México en los años 1930 y 40. Los horrores del fascismo en Europa fueron uno de los principales motivos, al igual que las hospitalarias políticas de inmigración mexicanas, pero como explica el galerista Emmanuel di Donna, los artistas quedaron fascinados por la belleza natural y los matices míticos del país.

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Remedios Varo. Papilla estelar. 1958. Óleo sobre Masonite. Colección FEMSA. © 2019 Artists Rights Society (ARS), New York / VEGAP, Madrid.

Independientemente de cómo llegaron allí, ya fuera por los estragos de la guerra, los enredos románticos o la simple curiosidad, el grupo terminaría impulsando la narrativa del surrealismo de manera intrigante. Todos estos esfuerzos fueron y siguen siendo tan relevantes que son el tema de una exposición en la galería Di Donna en Nueva York llamada "Surrealismo en México", la cual es la segunda entrega de una serie en curso que tiene como objetivo contar historias nuevas sobre un movimiento cuya historia pareciera ser ya del conocimiento de todos.

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Frida Kahlo. Yo y mis pericos. 1941. Óleo sobre lienzo. Colección privada. © 2019 Banco de México Diego Rivera Frida Kahlo Museums Trust, Mexico, D.F. / Artists Rights Society (ARS), New York.

En el catálogo intensamente minucioso de la exposición, Salomon Grimberg describe cómo Antonin Artaud "fue pionero en la peregrinación surrealista a México" a mediados de los años treinta. Los viajes con peyote jugaron un papel muy importante en sus experiencias. Unos años más tarde, el fundador casi dictatorial del surrealismo André Breton llegaría también al país. "Breton tenía la intención de introducir el surrealismo en México, pero sucedió algo inesperado", escribe Grimberg. "El surrealismo estaba en dondequiera que mirara... En México, el surrealismo era un estado mental; existía sin tener un nombre definido, sin autoreflexión ni autoconciencia". La fascinación por los momentos surrealistas accidentales de México alcanzaría niveles absurdos. Grimberg recuerda que Benjamin Peret "encontró una mano envuelta en periódico en la calle", ante lo cual el pintor Gunther Gerzso comentó: "¿Por qué te quejas? ¡Eso es surrealismo!".

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Matta. Centro del agua. 1941. Óleo sobre lienzo. © 2019 Artists Rights Society (ARS), New York / ADAGP, París.

El exposición "Surrealismo en México" destaca la presencia de varias artistas mujeres, que posiblemente estaban haciendo un trabajo mucho más interesante que sus homólogos masculinos. La principal de ellas era Frida Kahlo, por supuesto, tan famosa ahora que básicamente se ha convertido en un meme. (En cualquier caso, sigue siendo emocionante ver en persona la excelente y sutilmente extraña pintura Yo y mis pericos (1941)). Mientras que en Europa, nos dice Di Donna, las mujeres "eran vistas regularmente como la esposa o la novia del artista", en México tenían la oportunidad de destacarse por ellas mismas. Muchas, como la pintora británica Leonora Carrington y la artista española Remedios Varo, quienes llegaron a México a principios de la década de 1940, aún están por encontrar cuál es su verdadero y justo lugar en la historia. Sus escenas densas, y a menudo inquietantes, le agregan un toque de fantasía a la obsesión surrealista con las imágenes y los simbolismos de ensueño.

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Wolfgang Paalen. Tropical Night. 1948. Óleo sobre lienzo. Rowland Weinstein. The Wolfgang Paalen Society, Succession Paalen.

Mientras que los lienzos de Varo, Carrington y Bridget Bate Tichenor están poblados por figuras fantásticas —mujeres montando máquinas aéreas con alas, o dándole cucharadas de polvo de estrellas a lunas melancólicas—, otros artistas trabajaban de manera más abstracta. La actividad volcánica fue un tema popular para Gordon Onslow Ford, Matta y Gerzso, y fue un tema adecuadamente machista. Estos artistas "estaban más interesados en lo cósmico, en la violencia de la naturaleza", explica Di Donna. "Realmente sientes esa fascinación por los poderes ocultos del universo". México era, dice, un paisaje en el que un volcán completamente nuevo podía brotar de la tierra, como por arte de magia. No es de extrañar que los surrealistas se sintieran como en casa en un país cuyas realidades cotidianas podían competir con su propia imaginación salvaje y desbocada.

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Frida Kahlo. La Venadita. 1946. Óleo sobre Masonite. Colección privada. © 2019 Banco de México Diego Rivera Frida Kahlo Museums Trust, Mexico, D.F. / Artists Rights Society (ARS), New York.
Scott Indrisek http://bit.ly/2VBKXgB

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