“Imagínate que un explosivo detonara aquí mismo”, me dijo Yolanda cuando la saludé en un evento de tecnología. “¿Cuánta gente inocente no perdería la vida?”
En medio de la vorágine de asistentes que acuden año con año a Jalisco Talent Land —evento de cinco días que este 2019 recibió a más de 60 mil personas—, Yolanda estaba sentada frente a una mesa con diferentes explosivos: algunos se veían caseros, mientras otros eran claramente profesionales, y mientras algunos tenían instrucciones en diferentes idiomas, había otros camuflados como objetos cotidianos.
Yolanda Alcarar tiene más de cinco años trabajando como policía. Pero desde hace un par de años forma parte del equipo especializado en desactivar explosivos. Vino a Talent Land como parte de los expositores y lleva dos días respondiendo las preguntas de todos aquellos curiosos que se acercan a preguntar por las bombas. En un momento de relativa tranquilidad, le pedí a Yolanda que me contara cómo es trabajar desactivando bombas en Jalisco.
***
Mi trabajo consiste en manejar explosivos y saber como lidiar con estas situaciones de riesgo. Tenemos un traje especial, pero también usamos drones, y camiones y ollas especiales para detonar las bombas.
Cuando no hay amenaza de bomba, mi día consiste en ir a la comisaría general del estado, que es donde hacemos nuestras prácticas. Ahí nos imparten uno o dos cursos, practicamos con los perros, utilizamos los robots. Tratamos de estarnos actualizando porque también se va actualizando todo esto de los explosivos.
Y luego están los días con amenaza de bomba.
Por lo general nos hablan para avisarnos que encontraron un paquete sospechoso. A veces puede ser un bulto, una mochila. Otras veces hay paquetes extraños que le llegan al gobernador o a alguna celebridad. En estas ocasiones, los paquetes no traen remitente ni dicen de dónde vienen. O puede que estén un poco abultados. Entonces es cuando prefieren llamarnos para verificar.
Cuando nos llega la notificación de un paquete sospechoso nos trasladamos rápidamente al lugar. Nos llevamos los robots y el traje especial. Lo primero que hacemos es colocar al robot y por medio de las cámaras que tiene integradas vamos monitoreando. Así nos damos cuenta si realmente es un explosivo. El robot ya abre la mochila, el paquete o lo que sea. Cuando se trata de explosivos se puede ver algún detonador digital, alguna mecha… El robot maneja un pequeño cañón para hacer disparos, ya sea de granadas o de balas. Entonces, cuando lo más probable es que se trate de una bomba, lo que hacemos es que se desaloja el lugar y hacemos que el robot detone el arma. Una vez detonada, el robot recoge los restos y nos podemos acercar.
Antes me ponía más nerviosa, pero te acostumbras. Cuando empiezas sí te da miedito, pero se hace la costumbre.
Yo empecé porque un día nos hablaron de los explosivos en la comandancia y me llamó mucho la atención. Quería saber cómo desconectarlas, porque imagínate, si una explota a cuánta gente se llevaría. Tanto terrorismo y tantas cosas sin sentido que gente inocente acaba pagando. Entonces hablé con mis superiores y comencé a tomar los cursos. Hay cursos para los que nos mandan al extranjero, y otros para los que traen profesores del extranjero. Nos tenemos que ir actualizando porque esto se actualiza; cada vez hay más y más cosas.
Lo que más disfruto de mi trabajo es ayudar a las personas. Es una satisfacción muy chida. Se siente increíble porque salvas a cientos de personas al evitar que explote un aparato que hubiera podido volar una casa o una cuadra. O en los casos en que no son explosivos, tener la certeza de que se hizo bien el trabajo para poder dar tranquilidad a las personas.
Yolanda Alcarar http://bit.ly/2H6UqIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario