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martes, 14 de mayo de 2019

Estamos viviendo en la era postsexo

Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.

En el cambio de milenio, sucedió algo muy desagradable. Hasta ese momento, la vida sin sexo estaba reservada para las parejas casadas y los eunucos. Una vida libre de sexo para los jóvenes era algo imposible: tomarte tu primera píldora del día siguiente y tener miedo de contraer una ETS eran prácticamente un rito de iniciación para los adolescentes.

Mientras esperábamos que el error Y2K o error del milenio arruinara nuestras computadoras y hundiera al mundo occidental en el caos y el pánico, no sospechamos que algo más podría fallar. A medida que el reloj se acercaba más al año 2000, ingresábamos al calendario Postsexo.

El cambio en las actitudes sociales, como el feminismo al estilo de las Spice Girls, que nos decía que podíamos tenerlo todo, y el ascenso de las denominadas ladettes, chicas que adoptaron una actitud masculina descarada y hasta vulgar, sugería que podíamos dar rienda suelta a nuestros deseos con quien quisiéramos. Si embargo, nuestros impulsos sexuales parecían ir justo en la dirección contraria. Doce años después, la tercera Encuesta Nacional de Actitudes Sexuales y Estilos de Vida del Reino Unido descubrió que la frecuencia de las relaciones sexuales había disminuido un 20 por ciento desde la encuesta anterior en el 2000. El periódico The Guardian señaló un hecho aún más impactante: que la población de 25 a 35 años de edad era el grupo que practicaba menos sexo mensualmente, y agregó: "Todos ignoramos a nuestras parejas o buscamos desesperadamente una". Otros se fueron por el titular de que las mujeres tenían menos relaciones sexuales con más parejas.

Esta semana, una vez más escuchamos que estamos teniendo menos sexo. No son datos nuevos: los investigadores analizaron tres encuestas al respecto de los años 1991, 2001 y 2012, con las cuales nos recuerdan que los millennials tienen relaciones sexuales en promedio 4.9 veces al mes en el caso de los hombres y 4.8 veces, en el de las mujeres, en comparación con las 6.2 y 6.3 veces al mes, respectivamente, de hace una década. La investigadora principal, la profesora Kaye Wellings, dijo que el "ritmo acelerado de la vida moderna" puede ser una de las razones por las que muchas personas tienen menos relaciones sexuales. Entonces: ¡tus padres tenían más sexo que tú en la década de 1980 y todavía tienen más sexo que tú!

Podemos plantearnos la hipótesis de qué es exactamente lo que causó nuestra vida sexual estéril: los altos niveles de ansiedad, la cultura pop hipersexualizada, la pornografía, las expectativas poco realistas sobre el sexo, las citas en línea, el miedo a perder el control, el uso de antidepresivos; pero la verdad es que son todas esas cosas juntas, agrupadas bajo el paraguas del capitalismo tardío. No es nuestra culpa, y a la vez sí lo es, pero solo es un problema si valoras el sexo y todo lo que viene con él. Estamos adentrados en la era postsexo, una época en la que el sexo y el amor se han convertido en productos ampliamente mercantilizados; han sido despojados de su papel como prioridad, quedando por detrás de la obsesión con un estatus profesional, convertirte en alguien de éxito y trabajar hasta tener insuficiencia suprarrenal; son deficiencias en nuestra productividad. ¿El sexo en sí? Un extra, no una necesidad. No puedes capitalizar profesionalmente el sexo; ni siquiera sirve para convertirte en una influencia social.

¿Te acuerdas de tu ex y entonces, furiosamente, te masturbas con el peor porno que puedes encontrar a la edad de 30 años? Eso es algo muy postsexo.

Terminas con "esta pareja" porque dejaron de tener sexo hace años, pensando que podrías incursionar en el BDSM, para luego tener un encuentro casual con alguien de Tinder antes de meterte en otra relación larga sin sexo. Eso también es muy postsexo.

Eres incapaz de decidirte por una de todas las personas con las que dormiste un total de tres veces y que todavía te escriben mensajes directos. Sigue siendo algo muy postsexo.

Que le preguntes a tu novia por qué se estiró para tomar su teléfono y abrir Instagram mientras tu calmabas tu trastorno de ansiedad lo suficiente como para iniciar el sexo entre ustedes, y que ella te responda, aturdida, "no estoy segura". Es un comportamiento bastante postsexo.

Que esperes "al indicado" mientras construyes tu carrera y aprendes un sin fin de cosas de libros feministas de autoayuda y de tu terapeuta, ésta es la cúspide de lo postsexo.

Para los solteros, la cultura del sexo ha perdido su encanto: lo que antes se consideraba atrevido y divertido, ahora se percibe básicamente como un esfuerzo sin valor alguno. En el mejor de los casos, es posible que experimentes brevemente la falsa emoción de un estilo de vida con gran actividad sexual, pero el sexo casual que puedes tener con una personas que conociste mediante una aplicación, por general, es en sí mismo de mala calidad, lo cual es inevitable cuando en lugar de basarse en el deseo genuino, se basa en el hecho de que escogiste a alguien después de observar su rostro durante medio segundo.

En estos días, la superación personal es una prioridad para todos; todos queremos conocernos a nosotros mismos y convertirnos en nuestra "mejor versión". En los viejos tiempos, las personas aprendían sobre sí mismas a través de sus relaciones con otras personas. ¡Que desastre!

Si no estamos teniendo mucho sexo casual porque estamos solos por elección, la situación es solo un poco mejor estando en una relación. Pocas personas que están en pareja llegan a casa después del trabajo y desean tener una discusión profunda o relajarse lúdicamente con un poco de sexo; prefieren desconectarse del mundo viendo Netflix juntos hasta que alguno se queda dormido.

Por supuesto, algunos han rechazado estos tiempos postsexo. Entre los millennials y los de la Generación Z todavía encontrarás a una buena cantidad de personas que disfrutan los encuentros casuales, las fiestas sexuales, la seducción, o que son devotas de las aplicaciones de citas; pero es justo decir que cuando se trata de sexo, la mayoría de nosotros hablamos y pensamos más en él de lo que lo practicamos.

La gente todavía se confunde cuando ve titulares que dicen "los millennials no tienen sexo", porque el sexo en sí, probablemente, está más presente que nunca en nuestra vida pública y en línea. Pero tal situación no debería representar un shock: esta recesión sexual ha estado en proceso, por lo menos, desde hace 19 años. Después de todo, tan pronto como algo se vuelve masivamente común, la gente deja de quererlo.

@hannahrosewens

Hannah Ewens https://ift.tt/eA8V8J

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