Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
El rascón de Cuvier, un ave no voladora que habita en el atolón de Aldabra en el Océano Índico, parece no tener nada de especial a primera vista. Pero el pequeño pájaro tiene mucho de qué presumir, porque ya ha evolucionado en dos ocasiones para volver a existir, después de haberse extinto por primera vez hace unos 136,000 años.
Según un estudio publicado el miércoles en la revista Zoological Journal de la Linnean Society, el rascón es un ejemplo de un raro fenómeno llamado evolución iterativa, en el que el mismo linaje ancestral produce especies secundarias paralelas en diferentes puntos del tiempo. Esto significa que especies casi idénticas pueden aparecer varias veces en diferentes épocas y ubicaciones, incluso si las iteraciones pasadas ya se extinguieron.
Fueron encontrados fósiles de estas aves no voladoras antes y después de que Albadra quedara sumergida por una "inundación" que ocurrió hace aproximadamente 136,000 años, dijeron los autores del estudio Julian Hume, paleontólogo aviar en el Museo de Historia Natural de Londres, y David Martill, paleobiólogo en La Universidad de Portsmouth.
El aumento del nivel del mar aniquiló a la primera iteración de los rascones, que descendía de unos antepasados voladores originarios de las islas Seychelles y Madagascar. Sorprendentemente, la misma especie parental parece haber recolonizado el atolón una vez que emergió de debajo de las olas, decenas de miles de años después.
Los fósiles indican que el nuevo rascón estaba evolucionando a ser un ave no voladora de nuevo en ese momento, ya que la ausencia de depredadores en Aldabra hizo que tal habilidad quedara obsoleta. Hace aproximadamente 100,000 años, el proceso evolutivo ya había producido efectivamente la misma ave que se extinguió decenas de miles de años antes.
La evolución iterativa se ha observado en muchos animales, como los sirenios, los ammonoideos y las tortugas marinas. Pero las dos especies de rascones, de antes y después del diluvio, representan un caso de estudio sin precedentes de evolución iterativa aviaria, concluyeron los autores.
"No conocemos ningún otro ejemplo como éste entre las aves en general, que demuestre este fenómeno de manera tan evidente", dijo Martill en una declaración. "Sólo en Aldabra, que tiene el registro paleontológico más antiguo de cualquier isla oceánica dentro de la región del Océano Índico, hay evidencias fósiles disponibles que demuestran los efectos que tiene el cambio en los niveles del mar en los eventos de extinción y recolonización”.
Ahora, los niveles del mar están subiendo de nuevo, gracias en parte al cambio climático provocado por el hombre, por lo que los rascones modernos de Aldabra podrían enfrentar el mismo destino que sus especies hermanas extintas. Incluso si ése es el futuro sombrío que les espera, tal vez una tercera encarnación del rascón reaparecerá finalmente en un atolón remoto.
Becky Ferreira https://ift.tt/eA8V8J
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