Artículo publicado originalmente por VICE Canadá.
Durante años, Francia ha tenido un problema que involucra al perezoso gato Garfield.
Cientos de teléfonos hechos a semejanza del gato favorito de todos y amante de la lasaña han invadido las costas de Bretaña, una región en el noroeste de Francia. Año tras año, cuando la gente sale a limpiar las gloriosas playas francesas, nuestro felino naranja favorito ha hecho su aparición, burlándose con sus fríos ojos sin vida.
Desde la década de 1980, cuando la garfieldmania estaba en todo su apogeo, los teléfonos han estado llegando constantemente a las costas francesas. Y no han llegado solo unos cuantos. De acuerdo con FranceInfo, tan solo el año pasado fueron encontrados 200 teléfonos en las playas.
Es como si el océano quisiera darle un regalo a los encantadores ciudadanos franceses, y como si Poseidon tuviera una fascinación kitsch por la objetos de los 80.
Los teléfonos son probablemente justo lo que imaginas cuando piensas en un novedoso 'teléfono de Garfield'. Representan a nuestro encantador gato naranja descansando en el suelo y el auricular está justo en su lomo. Para hacerlos aún más divertidos, los diseñadores les incorporaron la famosa pereza de Garfield, pues sus ojos solo se abren cuando descuelgas el teléfono, posiblemente debido al horror y dolor causado por retirar una parte del lomo de una criatura. Ahora, los teléfonos no siempre llegan completos, a veces solo aparece la cabeza de Garfield, a veces solo su cuerpo o el auricular de su lomo, o a veces incluso solo aparece el cable, pero todas esas partes vienen siempre en el familiar color naranja del gato.
La basura de Garfield era tan ubicua en esta zona de Francia que algunos grupos ecologistas comenzaron a utilizarla casi como una mascota para mostrar qué tan contaminados están nuestros océanos.
En cuanto al origen de esta contaminación, bueno, había muchas teorías de calidad variable; debo suponer que al menos una persona pensó que los extraterrestres lanzaron estos teléfonos para molestar a los residentes. La teoría predominante era que los teléfonos debían de provenir de un contenedor en un barco que se había hundido, y con el paso de los años iba liberando su carga poco a poco. Claire Simonin-Le Meur, presidenta del grupo ambientalista Ar Viltansoù, le dijo al Washington Post que, de ser así, a su grupo le preocupaba que el plástico de los teléfonos contaminara el océano. Por lo tanto, su grupo hizo todo lo que pudo por encontrarlo, utilizando incluso submarinos.
"Lo estuvimos buscando, pero no teníamos una idea precisa de dónde podría estar", dijo Simonin-Le Meur. "Pensamos que debía estar bajo el mar. Le pedimos a las personas que eran buzos que lo buscaran. También conseguimos que varios submarinos registraran el área, la cual es un área militar. Pero dijeron que no era posible que el contenedor estuviera ahí y nadie lo viera".
Luego, la semana pasada, después de que hubiera un poco de publicidad en torno al misterio, un granjero local con una historia que contar encontró a Simonin-Le Meur mientras limpiaba una playa. El granjero le preguntó si estaba buscando a Garfield, y cuando ella le respondió que sí, él le dijo, según el Washington Post: "Ven conmigo. Puedo mostrarte dónde está".
El hombre le contó a Simonin-Le Meur sobre una gran tormenta en la década de 1980 que arrasó el área y, entonces, de la inmensidad del mar azul empezaron a surgir por primera vez los teléfonos de Garfield. El granjero y su hermano comprensiblemente tenían mucha curiosidad ante el fenómeno y fueron a explorar la costa. Mientras lo hacían, se encontraron con una cueva entre las rocas. Los dos se aventuraron a entrar en ella y, he ahí que, en las peligrosas entrañas de la cueva, los hermanos encontraron un contenedor lleno de objetos diversos, incluida una gran cantidad de teléfonos de Garfield. Aunque a veces es posible acceder a ella, la cueva suele quedar sumergida por la marea alta, que es cuando los teléfonos de Garfield terminan en la playa. El hombre le mostró a Simonin-Le Meur la cueva, pero lamentablemente la marea era alta y no pudieron entrar.
Esto no disuadió a Simonin-Le Meur, quien reunió a un equipo, invitó a algunos periodistas y, cuando la marea bajó, juntos fueron a buscar el contenedor. No pasó mucho tiempo antes de que lo encontraran. Lamentablemente, a pesar de haber ganado la batalla, parece que perdieron la guerra, ya que los teléfonos de Garfield habían desaparecido casi por completo, arrastrados por el mar.
"Vi piezas de Garfield y del contenedor por toda la cueva", le dijo Simonin-Le Meur a Le Monde. "Pero la mayor parte de los teléfonos ya no estaban ahí, el mar ha hecho su trabajo durante treinta años".
Así que, allá afuera, en el mar, hay teléfonos de Garfield flotando y esperando su turno para llegar a la costa. Si bien ahora sabemos de dónde provienen, no nos es posible detener la invasión de Garfield a Francia.
Todo esto solo sirve para demostrar que nunca puedes mantener quieto a un gato.
Sigue a Mack Lamoureux en Twitter.
Mack Lamoureux https://ift.tt/2YF4vDP
No hay comentarios:
Publicar un comentario