Artículo publicado originalmente en Noisey en Español.
Puente Tienditas, en la frontera entre Colombia y Venezuela—.
Sábado, aunque el día de publicación de esta nota sea el domingo.
La frustración y el sentimiento de impotencia crean un nudo en la garganta, sobre todo después de escuchar a un grupo de personas confrontar pacíficamente a tres líneas de uniformados venezolanos que sirven de muro para impedir el paso de la ayuda humanitaria.
Luego de eso, el nudo se desata con un sentimiento de profundo odio al ver incendiados los camiones cargados de alimento y medicina con los que se esperaba salvar, según el presidente encargado Juan Guaidó, a 3,2 millones de venezolanos.
Al final, en medio de gases lacrimógenos, piedras y botellas que volaban de lado a lado, la fecha marcada en el calendario como un intento (que a estas alturas ya es controvertido) de solidaridad con el pueblo bolivariano, dejó un saldo de al menos 14 muertos en la frontera con Brasil y 300 heridos. Eso, y el desatado nudo en la garganta, la frustración y el sentimiento de impotencia. Eso, y la imagen consolidada de un gobierno represor que viola los derechos humanos.
Un día antes de esta barbarie, el Puente de Tienditas convocó a cientos de miles de personas en un concierto que buscaba hermanar a dos pueblos y enviar un mensaje de solidaridad a través de la música. Esto fue lo que vimos y lo que escuchamos de los asistentes al Venezuela Aid Live.
* * *
Alrededor de las cuatro de la mañana comenzó a llegar la gente a la tarima del Puente Tienditas. El motivo: la música como principal vínculo entre dos territorios fronterizos que se han turnado para escapar del terror múltiples veces. Para unirse y protegerse, para cantar juntos en contra la opresión.
Ya para el mediodía no quedaba nadie en la ciudad, todos los vendedores ambulantes estaban concentrados en la avenida que antecede al concierto, generando un embudo de personas amotinadas siempre a punto de entrarse a puños por una mala mirada. El hambre, la sed y los 36 grados a la sombra, con 25% de humedad, es algo que deja a cualquiera con ganas de matar y comer del muerto.
Dos cervezas, un tampico, tres aguas y un salpicón después, terminé en mitad de un mar de gente que deseaba con toda su alma tumbar el régimen de Nicolás Maduro.
No había pimpinero, tránsfuga, ilegal, prostituta, hermana redentora, refugiado, voluntario o alemán hippie setentero que no quisiera estar allí. Amenazas de bomba, francotiradores y el bastón de Maluma eran los temas de los más preocupados. Dónde aspirar perico sin que fuera tan evidente, el de los más boletas.
Con ese calor hicieron faltan unos bomberos que rociaran agua sobre la multitud embutida en un campo trillado donde no se movía ni una hoja. En casa, al otro lado de la frontera, en territorio venezolano, bloquearon todos los canales donde se podía ver el concierto, porque a Maduro no le interesaba que la gente viera lo que ocurría. Con razón: lo que vino al día siguiente fue la prueba de que a un gobierno no le interesa que se sepan ciertos hechos.
La zona VIP estaba repleta de enormes señores colombianos, con sus mozas gochas, y algunos con sus esposas que tenían miradas de planchar la ropa con la mano.
Los locos bailaban para darte la bienvenida y, si te descuidabas, los carteristas te podían enseñar un par de trucos de magia. Richard Branson hizo todo perfecto, excepto tener un buen wifi para la prensa. Un loco me dijo que estaba desnudo porque él había sido el que tumbó a las torres gemelas, que así la CIA que protegía al presidente colombiano Iván Duque no lo reconocería.
Dos tragos de ron, una bolsa de agua caliente y dos arepas después, terminé zandungeando entre 300 mil personas la tarde en la que Cúcuta fue el centro del mundo.
Acá reproducimos unos testimonios de algunos asistentes, un día antes de que todo se tornara muy oscuro.
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Vendedor ambulante con la cara destruida y llena de cicatrices: Aquí pasándola bien bacán, original. Venga métase por aquí por el monte que si son prensa pasan más directo. Yo tengo las ventas de agua al otro lado y la mujer se pone terca si no me ve. ¿Fuman bareto? Les puedo conseguir a ustedes que son turistas sin que los vayan a clavar. Aunque ustedes no lo crean en esta cara hay unas 27 operaciones. Me la destruí en una accidente de moto, manejando en DT gracias a dios y María santísima estoy aquí, por no matar a unos niños. A la nariz todavía le falta, igual Paulina Rubio cuando me vea se va a enamorar, porque lo que importa parcero es la personalidad, ¿me entiende?
Familia de venezolanos: Mano, ya parte de nosotros estábamos acá radicados en cúcuta pero otros hicimos un viaje de 16 horas para para llegar y ver a Juanes. La alcabala del puerto no nos quería dejar pasar. Nos vinimos con los niños por una trocha y estamos desde la madrugada apartando puesto. Vamos a ver que pasa. Promete la rumba, chamo.
Maracuchos: Ojalá ya explote el verguero para sacar esta cuerda de malditos, trimarditos narcotraficantes que tienen secuestrado en el país, mira ve, en el zulia no hay luz, no hay agua, no hay un cebillo, deberian morirse todos para que el diablo los coja y les escupa el culo. Que se los carguen mil demonios y les caigan todas las pestes por siete mil generaciones a esos malditos.
Prostituta Venezolana: Yo sí me vine a ver a Maluma Baby porque ¿cuando más lo iba a poder ver si esos nunca vienen para acá?, es demasiado bello ese hombre así. Cojo y todo, yo le meto y se lo mamo, pero así sin mojarlo. Usted es paisano, usted sabe cómo es (risa) pero yo creo que ese man juega es para el otro equipo, no importa, yo me cambió el nombre a José o a Pedro si eso es lo que le gusta. He conocido demasiados manes que les gusta esa vaina. Yo lo respeto, con tal que paguen. Si no me pagan, ahi si les sale la que tose, la nueve por diecinueve.
Voluntario: A nosotros nos han mantenido informados de todo por mensajes y así fue que nos organizamos. Conmigo se inscribieron 200 y aquí estamos trabajando es por Venezuela. Yo no soy de acá pero apoyo la causa, bastante que han sufrido nuestros hermanos venezolanos a manos de estos delincuentes. No, hermano, no tenemos más hidratación, vaya cerca de la primera consola a ver que allí estaban regalando agua. Estos no van reponer más, esos son muy tacaños.
Robo de Celular: ¡Qué bolas esta jeva que me quería arrancar el celular! ¡Ladrona! le voy a reventar esa cara por intentar joderme. A mi no me roban en Catia de noche, menos me van a robar aquí en Cúcuta a las once de la mañana.
Caraqueñas: Esto es así igualito como en Venezuela, como las marchas y las concentraciones por la paz. Ojalá hoy venga Guaidó con los otros presidentes y que el mundo vea lo que está pasando. Estas iniciativas son preciosas. Triste que ahora somos la África del siglo XXI.
Vendedor de franelas: Vengan, lleven las únicas y originales Maduro Coñoetumadre, maduro coñoetumadre, maburro, maburro, asesino dictador, lleve la de Oscar Perez, la del rebelde que mató Diosdado Cabello, la de Oscar Perez, la de Maduro coñoetumadre ¡MADURO!
Venezolano hablando por minutos gratis: ¿Mamá? aló si, ¿mamá? Mire, estamos aquí, unos amigos y yo terminamos aquí entrando por San Antonio para el concierto. Yo sé que le dije que iba solo a salir, pero es que ajá ¿cómo hacemos si venía Maluma Maná, Fonseca y Luis Fonsi? Yo regreso para mañana, esto se ve super tranquilo, no se preocupe, bendición.
Merideños: Lo mejor de cúcuta es la comida y las cucuteñas aunque estas sean las mujeres más bravas de toda Colombia. Vamos a ver si nos llevamos alguna pa’ Mérida, más que sea para el teleférico. Pero con esta pelazón tan brava es mejor quedarse aquí, yo me caso, mire esa catirita de allá, lo bella que es, divina. Yo tan feo y tan gordo, pero todavía tengo el estilo. Apártese Maluma que soy es yo.
Taxista: Ojalá regresen los tiempos donde Venezuela era Venezuela y uno iba hasta allá de vacaciones, conseguía novia, montaba negocio y conocía todas esas playas. Ojalá ya caigan estos señores que lo único que han hecho es daño. Hay que orar mucho, que rezar mucho, hay que estar juntos en solidaridad con nuestros hermanos venezolanos. Yo siempre me he sentido más venezolano que incluso cercano a los vecinos.
Guardaespalda de Paraco: Mire, vuele de aquí, vuele de aquí, lo vi lo vi, voló.
Periodista uno: ¿Pero quién es ese tipo tan feo que yo no lo conozco?
Periodista dos: Marica, ese Luis Fonsi, por dios.
Muchacha en la multitud: BÁJATE, LELE PONS. ERES LA BURLA BURLÍSIMA DE VENEZUELA. *Justo después de que Lele Pons apagara la música con su pie*
Hombres hablando cerca del escenario: Parce, Carlos Vives parece mi tia la lesbiana.
Hombre marquita sideral: ¿Usted ha leído el salmo 93? ¿No? Yo tampoco.
Niño: Esto es pura música para viejos, no me gusta, tengo sueño. Vamos ya.
Hombre disfrazado de Jack Sparrow. *No dice nada solo se acerca y te regala billetes devaluados y se va tambaleándose entre la multitud*
Policía: No puede pasar por acá porque allí está el presidente, hay desplegado un protocolo de seguridad que impide el acceso a los baños.
Periodista amotinado en secreto a su fotógrafo: Mire, ¿me puede hacer el favor de decirle al presidente que se mueva o lo orino?
Familia con niños en hombros: Mire bien vea, que esto va ser una sola vez en la vida. La guerra de minitecas más importante de la historia.
David Parra https://ift.tt/2Xi0STw
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