Páginas

viernes, 26 de junio de 2020

Cómo manejar tu amistad con un amigo demandante y solitario

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Aunque, ahora, las reuniones pequeñas al aire libre y algunos lugares de trabajo en interiores ya están permitidos para más personas, muchos aún libran una batalla con la soledad y el intento de mantener sus conexiones sociales regulares. En teoría, tratándose de la pandemia de COVID-19, todos estamos juntos en esto. Pero es posible que dos (¡o más!) de nuestros amigos tengan prioridades, necesidades y factores estresantes completamente diferentes en su vida diaria durante este tiempo, eso sin mencionar nuestras diferencias en cuanto a los aspectos prácticos de mantener el contacto con los demás, como las preocupaciones de seguridad, los acuerdos de convivencia y las limitaciones de tiempo.

Algunas personas han estado verdaderamente solas durante el confinamiento, mientras que otras se sienten solas, a pesar de haber estado viviendo todo este tiempo en lugares abarrotados de gente. Es probable que muchos de nuestros amigos estén pasando por momentos difíciles o dolorosos, dado el alcance del virus y el desastre económico que causó. Esas personas pueden necesitar mucho compromiso por parte de sus redes de apoyo en este momento, o tal vez, necesiten que se demande mucho menos de ellos, en relación con su amistad.

Cuando tenemos enfoques incompatibles con nuestros amigos cercanos sobre cómo (o con qué frecuencia) debemos comunicarnos o contactarnos, las cosas pueden complicarse rápidamente: puede ser especialmente difícil lograr el equilibrio entre atender nuestras propias necesidades y apoyar a nuestros amigos con las suyas, especialmente si nos presionan constantemente para que nos reunamos en persona, esperan que dejemos todo para responder a un mensaje de texto porque "en este momento tenemos mucho tiempo libre", o demandan más de nosotros de lo que les podemos dar.

Aquí hay algunos pasos para proteger al mismo tiempo las amistades que tenemos y nuestro bienestar en un terreno social en constante cambio, especialmente cuando algunos de nuestros amigos llevan meses solos y encerrados, y por ello pudieran estar demandado demasiada atención de nuestra parte.

Define tus límites y apégate a ellos

Los límites son una manera crucial de proteger nuestra salud emocional. Podemos verlos como una barrera que establecemos y respetamos, la cual nos ayuda a crear expectativas de lo que funciona para nosotros dentro de las relaciones. Hay que definir qué límites son más útiles para cada uno de nosotros en particular: si no podemos pasar tiempo con nuestros amigos en persona, pensemos en cómo asignarles un tiempo a nuestros amigos en casa, sin desgastarnos demasiado en el proceso. Quizás intercambiar mensajes de texto está bien, pero no podemos dedicar tiempo a una llamada telefónica sin planificarlo antes. Tal vez algunos de nosotros necesitamos tener los fines de semana libres para dedicarlos a nuestra familia (o a nosotros mismos), o necesitamos estar concentrados durante la jornada laboral, o, tal vez, simplemente ya no podemos lidiar con los mensajes que llegan de madrugada.

Es importante que tengamos presente nuestro razonamiento y la imagen completa de por qué elegimos determinados límites. Probablemente, tengamos valores, creencias o necesidades diferentes a las de nuestros amigos, lo que significa que tenemos todo el derecho a tomar decisiones diferentes a las de ellos. Cuanto más firmes nos sintamos al decidir qué es lo mejor para nosotros, menos vacilaremos al expresar nuestros límites, y nuestros amigos estarán menos tentados a presionarnos para traspasarlos.

No permitas que la culpa te invada

Muy a menudo, cuando una persona en nuestra vida está sufriendo, nos sentimos culpables por decirle lo que necesitamos para estar bien con ella y con nosotros mismos. Sentimos que algo como establecer límites nos vuelve malos amigos o personas egoístas. Pero supongamos que nos permitimos tener un desgaste excesivo una y otra vez, al perder el sueño por las llamadas telefónicas nocturnas para las que no teníamos energía o al decir "sí" a las reuniones en persona que no nos parecía que fueran un ambiente seguro. Es probable que esto nos cause resentimiento y desapego, lo cual terminará afectando nuestras relaciones con nuestros amigos. Además, si constantemente cambiamos nuestros límites, nuestros amigos no sabrán qué esperar, lo cual es frustrante y estresante.

Sé directo sobre cuándo y cómo puedes estar allí para tus amigos

Si uno de nuestros amigos necesita cada vez más de nosotros y no podemos darle tanto como espera, es útil ser sincero. Tal vez debamos planear el tiempo que podemos dedicarles a nuestros amigos y la manera en que podemos dedicárselos. Podemos planearlo con anticipación, diciendo algo como, "Lo siento, voy a estar demasiado ocupado en el trabajo esta semana como para intercambiar mensajes de texto durante el día, pero ¿podemos planear una llamada telefónica el miércoles?". Entre más claridad tengan nuestros amigos con respecto a qué pueden o no esperar de nosotros, menos decepcionados se sentirán, nos presionarán menos y disfrutaran más cuando ese esperado contacto se dé. Sin embargo, habrá veces que nuestros amigos nos presionen y con ello nos hagan sentir culpables. En este caso, debemos mantener en mente: ser amables pero firmes. "Lo siento mucho, todavía tengo mucho trabajo, como ya te había mencionado, así que no puedo hablar ahora, pero el miércoles sigue en pie, ¿no? Realmente espero ese día con ansia”.

Cuanto más claras sean las cosas para nosotros mismos, mejor podremos expresar nuestros límites y hacerlos respetar de una manera amable. Por supuesto, a medida que las regulaciones y las medidas cambien, en términos de seguridad sanitaria en nuestras interacciones, podemos reservarnos el derecho de ajustar nuestros límites de acuerdo con la nueva información. Pero es importante asegurarnos de que si reajustamos alguno de nuestros límites, es porque hemos elegido hacerlo y no porque nos sintiéramos presionados. Podemos facilitar este proceso para todos al ser honestos con nosotros mismos acerca de nuestras motivaciones para cambiar nuestros comportamientos, y al seguir comunicando claramente cuáles son nuestros limites a medida que los reajustamos.

Deja que la empatía sea tu guía

Las ideas sobre cómo debería ser la interacción social varían ampliamente en este momento, por lo que las diferencias de opinión son prácticamente inevitables. Superar esas diferencias siempre será más fácil si expresamos empatía.

Si un amigo planea una reunión presencial a la que preferiríamos no asistir, lo mejor es comenzar por validar lo que ese amigo busca en primer lugar, aunque estemos declinando su invitación: "Sé que debes estar completamente harto de estar encerrado y aislado. Realmente lo entiendo. Pero yo, personalmente, todavía no estoy listo para esto".

Es posible que nunca sepamos con certeza qué motiva o afecta a nuestros amigos, y eso está bien. Incluso cuando solo escuchemos el desahogo de nuestros amigos, la empatía contribuye en gran medida a fortalecer el vínculo que tenemos con ellos. Decir: "Me imagino que es realmente frustrante" o "Eso suena muy difícil. Lamento mucho lo que estás pasando", puede ayudar a que nuestros amigos se sientan comprendidos, incluso cuando no sepamos cómo mejorar las cosas.

Si hay un conflicto entre nosotros y un amigo, evitemos apresurarnos a buscar un culpable. Ninguno de nosotros puede ser completamente objetivo sobre el rol que desempeña dentro de ciertas interacciones y relaciones, porque todos tenemos sesgos sutiles en términos de cómo justificamos ciertas acciones, o cuánto nos molestan ciertas conductas. Si, por ejemplo, un amigo nos reclama cuando no respondemos a uno de sus mensajes, hay que recordar que su dolor o estrés afecta la forma en que ve las cosas y, por lo tanto, es importante ser compasivos con él y con nosotros mismos.

No podemos saber exactamente lo que enfrentan nuestros amigos, pero cuanto más intentemos comprender sus experiencias emocionales, más amables y consideradas serán nuestras respuestas, y eso nos ayudará mantener nuestra conexión con ellos.

Implementa este truco de la terapia de pareja

En este momento, las conversaciones con nuestros amigos pueden parecer difíciles; es natural sentirnos incómodo cuando las emociones son confusas y complicadas. Se necesita cierto grado de vulnerabilidad para expresar que no estamos de acuerdo con alguien, o que alguien nos está haciendo enojar, especialmente cuando nos preocupamos por esa persona. Pero eso hace que esas conversaciones sean aún más importantes. En estas situaciones, es útil pasar directo a las declaraciones que comienzan con un "yo", en las que expresamos nuestros propios sentimientos, abiertamente y con calma.

Por ejemplo, decir: "Me sentí herido cuando sugeriste que no estuve allí para ti" o "A veces me preocupa que te enojes conmigo si no respondo de inmediato, y eso me estresa", puede ser una excelente manera de iniciar una conversación respetuosa. Mientras que decir: "Me atacas demasiado" o "Debes controlarte", son locuciones que rompen la disposición comunicativa desde el primer momento, y hacen que ambas partes sintamos la necesidad de defender nuestro propio comportamiento, en lugar de centrar nuestra atención en entender nuestras motivaciones y detonantes.

Ponte creativo

Los factores estresantes en las amistades pueden ser muy similares a los de las relaciones románticas: sentir que estamos atrapados en una rutina, donde ninguno de los dos está muy interesado en lo que el otro tiene que decir porque nuestras interacciones se han vuelto demasiado predecibles. Si nuestros amigos se sienten solos o alejados de nosotros, es probable que agradezcan que sugiramos una actividad que traiga un poco de novedad y que también ayude a restablecer el sentido de positividad y aprecio dentro de la amistad. ¿Por qué no enviarles algo divertido por correo? ¿Sorprenderlos con una foto vieja mediante un mensaje de texto? ¿Iniciar un mini club de lectura juntos? Podemos sugerir ver juntos un tutorial sobre el pasatiempo más extraño del mundo en YouTube (hacer figura con barras de jabón, por ejemplo) o cualquier cosa divertida.

Nuestros amigos se convirtieron en nuestros amigos por una razón; el hecho de que uno de nosotros se sienta solo no cambia eso. Es probable que conozcamos a nuestros amigos lo bastante bien como para pensar específicamente en lo que puede brindarles algo de alegría, y ofrecer cierta estabilidad y cercanía en un momento en que las cosas parecen ser completamente impredecibles y vertiginosas. Mantenernos al día con estas circunstancias sociales sin precedentes, tanto en nuestras propias vidas como con nuestras amistades, es emocional y activamente muy extenuante, pero podemos encontrar formas nuevas y sólidas de estar ahí, mutuamente, para el otro, sin menoscabar nuestro propio bienestar, siendo empáticos y directos.

Sigue a Andrea Bonior en Twitter.

Andrea Bonior https://ift.tt/eA8V8J

No hay comentarios:

Publicar un comentario