Artículo publicado originalmente por VICE España.
El siguiente muro al que nos tenemos que enfrentar y derribar después de la cuarentena es la crisis económica que ya se ha instalado en nuestro país. En el último mes de abril tal como informa el Ministerio de Empleo y Seguridad Social un total de 3.831.203 personas, lo que supone un 7.97% respecto al mes anterior.
Además, al menos cuatro millones de personas se han visto afectados por una regulación temporal de empleo, en otras palabras, los salarios se han visto reducidos en un 50-80%. Por si no fuera poco, ayer Nissan anunció que cerraba su planta de Barcelona.
Por si no fuera poco con estas dificultades, algunas empresas y particulares han decidido convertir el haber pasado el coronavirus y poder demostrarlo en un requisito para la contratación. En el último informe de UGT, se señala que la ocupación ha disminuido en 285.600 puestos de trabajo, y concretamente en el sector de servicios, un sector especialmente feminizado, indicando que más de 275.900 personas han perdido su trabajo y que de estas un 48,42% han sido mujeres.
De hecho, al inicio de la elaboración de este reportaje, en portales en los que se suelen ofrecer y demandar trabajos relacionados con los cuidados y el sector servicios, muchos de ellos se trataban de mujeres en busca de trabajos precarios en la economía sumergida.
"Varias madres me han contactado para cuidar de sus hijos y me han preguntado si he tenido coronavirus o si estoy cerca de alguien con el virus", me cuenta Nadia, cuidadora de niños. Contacte con ella tras encontrar su anuncio ofreciéndose como cuidadora o limpiadora en Wallapop, a lo que me añade cuando la pregunto si le han pedido un justificante que demostrara que está libre de contagios que ¨no me solicitaron que fuera de una clínica privada, pero que lo demostrara. No puse mucho interés, ya que encontré otras ofertas de empleo de trabajo, donde solo tenía que tomar las medidas necesarias de higiene cuando entrará en las casas".
"Llevaba 10 días sin síntomas y estando bien, pero sin la PCR no me daban de alta en el trabajo"
Rosa Mora Díaz, abogada, argumenta que estas prácticas que se están haciendo, en relación a pedir una prueba de estar libre de COVID-19 "son totalmente ilegales, tanto preguntando como pidiendo la documentación al respecto. No solo ataca a los trabajadores por discriminación por motivos de salud, sino que además, podrían haber sanciones por la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social".
La Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social establece una regulación de las infracciones laborales por acciones u omisiones de las empresas contra la ley, reglamentos, convenios colectivos o prevención de riesgos laborales. "Yo entiendo un poco el temor de las madres, yo lo soy y también pedirá pruebas aún sabiendo que no son legales.
Cada uno creo que puede decidir cómo prevenir la enfermedad en su hogar y efectivamente esta es la manera más segura para estar tranquila", defiende Nadia y añade que "los demandantes de este tipo de empleos precarios, somos los que tenemos que tomar la decisión final. Sería necesario que tanto las Comunidades Autónomas o los Ayuntamientos empezarán hacer las pruebas a los ciudadanos, así tendríamos una protección".
Erika, planchadora, me dice que es "técnica en atención sociosanitaria y como trabajo para empresas me hicieron la PCR en el hospital, porque sino no puedo trabajar". Ella puso en su oferta de empleo que dio negativo en COVID-19 y me describe que "llevaba 10 días sin síntomas y estando bien, pero sin la PCR no me daban de alta en el trabajo".
Los precios que están pagando, trabajadores con sueldos precarios por un test en un clínica privada, oscilan entre 100 y 140 euros cuando se trata de PCR y si son tests serológicos, el precio ronda los 60 euros en los laboratorios privados. Rosa apunta que ¨las personas que añaden estos datos en su CV no están cometiendo una ilegalidad, pero son datos muy susceptibles en cuanto a temas de protección de datos, como es la salud".
"Es injusto, yo demuestro que no tengo virus, pero a saber si en la casa que voy a limpiar hay alguna persona que está contagiada"
Encarni ofrece sus servicios como limpiadora de hogar en la app de Wallapop, en su escribe que está libre de COVID-19. "He tenido que pagar la prueba en un clínica privada, porque no me querían contratar en casas o en empresas para limpiar las oficinas. Tenía que demostrar que estaba libre de contagio", señala Encarni y continúa explicando que para ella fue un gran gasto de dinero y además ¨injusto porque yo demuestro que no tengo virus, pero a saber si en la casa que voy a limpiar hay alguna persona que está contagiada. Yo también tendría que pedir a la familia o la empresa que me demostraran que están libres de virus. La salud es igual para todos".
La cuestión ha llegado incluso a las ruedas de prensa de Fernando Simón, quien fue preguntado por esto el pasado 16 de mayo. "Se puede llegar a discriminar a las personas que no tengan la información. Creo que eso puede ser incluso ilegal y si no lo es, no me parece muy moral", dijo el Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.
"No te contratamos porque has trabajado en un hospital en plena pandemia" fue la respuesta que recibió en una entrevista de trabajo una auxiliar de Murcia que prefiere permanecer en el anonimato. Esta trabajadora estuvo en el Hospital Santa Lucía de Cartagena durante el primer mes del COVID-19 y me explica que "después de estar horas y horas trabajando con un traje que no sabía con certeza si era seguro, lo que menos me esperaría por parte de la sociedad es este tipo rechazo". De hecho, fue el orgullo por haber trabajado en un hospital durante la pandemia lo que le llevó a señalarlo en su currículum que había trabajado durante un tiempo en el hospital.
"En los últimos años se ha hecho patente el riesgo de que las cuestiones relacionadas con la salud, se vuelvan una excusa de discriminación laboral y el COVID-19 no es ajeno a ello", señala José Miguel Carrasco, investigador en APLICA. En relación con el caso de la auxiliar de Murcia la persona que la entrevistó le dijo que "no se fiaban de que estuviera contagiada por haber trabajado en una planta COVID". La auxiliar me trasmite con tristeza que "fueron palabras que me hicieron sentir por primera vez, discriminada. No entiendo el por qué a día de hoy".
"El estigma tanto social y laboral a una enfermedad está asociado con miedos o riesgos, como ocurrió con la lepra, pasando por la visibilidad de enfermedades mentales y como ocurrió con el VIH"
José Miguel considera que habrá muchos trabajadores que "tendrán que ocultar los síntomas de la enfermedad para evitar consecuencias negativas como no ser contratado o ser despedidos. Esta discriminación juega un papel muy importante, porque estamos en un momento clave, en el que la identificación de casos es esencial para el control de la epidemia, por lo que juega en contra de la salud de toda la población".
"El estigma tanto social y laboral a una enfermedad está asociado con miedos o riesgos, como ocurrió con la lepra, pasando por la visibilidad de enfermedades mentales y como ocurrió con el VIH", explica José Miguel, y subraya que "hay que potenciar la empatía y las actitudes compasivas".
Rubén Serrano periodista y experto en temas relacionado con LGTBI+ y de género, escribió en Twitter un resumen de cómo es la situación actual: "Las personas con VIH eran expulsadas del trabajo y se les impedía acceder a un empleo. Eran discriminadas abiertamente. Eso aún sucede hoy. Poner en el CV que has pasado el COVID-19 demuestra lo miserables que nos hace el privilegio y el clasismo. La opresión para los de siempre".
Miriam Martínez https://ift.tt/eA8V8J
No hay comentarios:
Publicar un comentario