El amor no existe. O bueno, existe, pero ha tenido distintas formas de vivirse durante el tiempo y el espacio. Este amor que, juras, es eterno, en realidad es un concepto bastante reciente.
Para la sociedad, el amor es quizás el ideal más grande al que podemos aspirar: ofrece sentido y propósito a nuestras vidas. Y claro, nadie puede decir que el amor sea algo malo. El problema es que las representaciones nos han mostrado casi siempre un amor heterosexual de grandes gestos, almas gemelas, roles tradicionales, vestidos blancos, príncipes azules y felices para siempre.
A esta concepción idealizada de una relación le llamamos amor romántico, y se ha convertido en la herramienta más poderosa para controlar y someter a las mujeres, especialmente en los países donde, en apariencia, tenemos pleno derecho y no somos, legalmente, propiedad de nadie.
Para que no cambies tu libertad por chocolates baratos, unas rosas mustias y un acostón horrible, dejo esta disección de lo que se celebra el 14 de febrero.
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