Artículo publicado por VICE México.
He tenido trabajos raros en mi vida. Si el dinero es bueno y lo necesito, quizás acepte cualquier chamba legal. Cuando Fernando Deira, creador de SexMex, la productora de porno más importante de México, me ofreció la oportunidad de trabajar como asistente de producción en una de sus películas, acepté sin dudarlo.
A lo largo de mi vida he visto una gran cantidad de porno, tanto, que ha jugado un papel importante en el descubrimiento de mi sexualidad. Incluso resolvió dudas e inquietudes que ningún profesor o profesora resolvieron en mi escuela. La pornografía tiene un espacio obligado en nuestra cultura popular: el pizzero que llega a casa y termina teniendo sexo con la dueña, las mujeres policías que regañan a los ciudadanos o la maestra que castiga a sus alumnos. Muchas fantasías sexuales tienen como origen las películas porno. La pornografía está en todos lados.
Siempre me hice las mismas preguntas con respecto al porno: ¿Qué tan difícil será ser actor o actriz? ¿Cómo se grabaran las películas? ¿El actor tiene que tener una erección inagotable? ¿Y si los actores no tienen química sexual entre ellos? Y la más importante: ¿Cómo rayos pueden coger con tantas personas alrededor? Camarógrafos, directores, asistentes, sonidistas, luces. Cada actor porno con el que he platicado o entrevistado me dice que acostumbrarse a tener sexo frente al crew es la parte complicada.
Además de haber asistido y platicado con varios actores y actrices porno en mi vida, sentí que era necesario trabajar en una película real para cerrar el ciclo de mi relación con el porno. Quería entenderlo desde adentro. Nada iba a conectar más los puntos que dejar mis manos y cerebro tatuados en una película porno.
Luego de platicar con Fernando, quedamos en que mi trabajo consistiría en los siguientes puntos:
· Fotos y preparar a la actriz.
· Grabar escenas.
· Asistir con el sonido en vivo.
· Limpiar.
· Dirigir actores y actrices.
· Ayudar con el guión.
Viajé a Guadalajara para presentarme en el set de grabación. Era un edificio con aire ochentero por fuera, pero los departamentos estaban nuevos por dentro. Justo como lo imaginé. Muebles nuevos, cuadros raros con fotos de rosas (no sé por qué) que parecen comprados en algún Walmart, cojines amarillos, azules y mesas nuevas. No había espacio para algo que tuviese un ligero look de antaño. No sé por qué pero en casi todas las películas y videos porno que he visto, los departamentos están impecables.
Entré al lugar y Fernando me esperaba junto a mis compañeros de grabación: camarógrafos y sonidistas. Me explicaron brevemente cómo iba a hacer mi chamba, pero como me dijo Fernando, “vas a ir aprendiendo a medida que lo hagas”. Después de eso comenzó mi jornada laboral. El rodaje duraría ocho horas seguidas con breaks para comer, descanso de los actores e hidratación.
FOTOS Y PREPARAR A LA ACTRIZ
Primero me tocó tomarle algunas fotos a la actriz para promocionar el video cuando salga. Lo más parecido que había hecho a esto, fue tomarle fotos a mis novias para sus benditos perfiles de Instagram. Preparé a la actriz ayudándola con su vestimenta y cosas bastante fáciles. Nada del otro mundo. Ella tenía un vestido morado, me tocó ajustárselo y ayudarla con sus tacones. Varias veces me preguntaron todos los del set si tenía novia. Fue una broma constante durante la grabación.
El GUIÓN
El porno es un lugar estrictamente fantasioso. Las cosas que suceden en las escenas no pasan en la vida real. Hay categorías de porno bien raras y por eso se queda en el lado de la fantasía. Ese día nos tocó grabar porno de hermanastros. El guion era sencillo: Janeth (la hermana) llega a su casa, donde están Ernesto (hermanastro) y Tony (amigo) viendo televisión. Tony y Ernesto platican con Janeth sobre a dónde va, ella dice que a verse con sus amigos de la escuela, pero Tony y Ernesto no le creen y terminan cogiendo para que “todo quede en familia”. Así es el porno.
GRABAR ESCENAS
Nunca había grabado nada en mi vida. No soy nada bueno con las cámaras y mucho menos profesionalmente. Por suerte, no fue tan difícil. Solo tenía que tener tomas donde se viera realmente la posición que estaban haciendo, grabar reacciones y caras. Básicamente lograr cuadros que sean interesantes para quien está viendo la película. Es raro grabar gente cogiendo, pero en cuanto el director dice “acción”, literalmente comienza el trabajo y tienes que hacer como si esto fuera normal. Si no, vas a hacer que la chamba de los demás se pierda. Y en una película porno hay algo muy importante que se puede perder ante la menor distracción: la erección del actor. Había bastantes cajas de Viagra —o cualquiera de sus parecidos—, pero aún así, la erección de los actores se iba constantemente y había que regrabar.
Realmente no me prendí. No fue como esperaba. Quizás también me sentía un asustado por ver a tanta gente con ropa mientras habían personas cogiendo o tratando de coger. Cada momento en que los actores perdían la erección tenían que masturbarse. Fernando, el director, los mandaba a la otra habitación a ver porno para que se les parara. Varias veces vi a los actores metidos en el cuarto viendo porno. Demasiado Inception todo esto: actores porno viendo porno para lograr una erección y así poder continuar actuando en una película porno.
A medida que las escenas iban pasando, el departamento olía a una mezcla de látex, fluidos, sudor y desodorante. Es el peor desodorante que he olido en mi vida. Era como una mezcla entre gotitas de miel y ropa húmeda. Uno de los actores me llamaba “director” y el otro “patrón” aún cuando sabían que yo sólo estaba asistiendo. Tony, uno de los actores, me siguió en Instagram y se tomó un selfie conmigo para sus historias. Además me dijo que lo “tuviera en cuenta para otros futuros proyectos”. Le dije que sí, sin duda.
ASISTENCIA DE SONIDO
Esto fue quizás lo más difícil. Además de que la herramienta para grabar sonido es bastante pesada, tienes que girar el micrófono al compás de lo que dicen los actores o los gemidos. Mientras todo esto sucedía, en mis audífonos tenía un concierto de gritos y de cada suspiro de los actores. Fue bien raro estar escuchando a gente tan cerca de mí cogiendo sin yo estar participando. Nunca había visto a nadie coger frente a mí, y mucho menos los había sentido tan cerca de mis oídos. Aún puedo escuchar sus gemidos falsos dentro de mis orejas. Fue bastante perturbador y cambió mi percepción acerca del porno.
Y claro, como en cualquier grabación, había que estar bastante callados mientras los actores hacían su chamba. Pensé que me iba a reír por ver a personas coger y todo el morbo detrás de una película porno, pero no sucedió. Me comporté como un profesional.
DIRIGIR ACTRICES Y ACTORES
Todos los actores tienen que bañarse antes y después de coger para tratar de estar lo más limpios posibles. De igual forma el set olía terrible. Cuando los actores perdían la erección por poco tiempo en media escena, cortaban y tenían que jalársela constantemente para lograr su erección de nuevo. Era común para mí ir al baño, volver, fumarme un cigarro y aún ver al mismo actor jalándosela. Era una constante masturbación para mantener su pene con una buena erección.
Los actores no eran muy buenos actores. Les costó mucho aprenderse los diálogos. Eran más bien personas que podían coger frente a la cámara, con buena condición física. En lo que sí eran buenos era en fingir que la pasaban bien. Porque eso es algo que me sorprendió: están actuando, literalmente. No la pasan tan bien como uno podría pensar. Al final del día es su chamba, y cuando están grabando ponen caras de que están teniendo el mejor sexo de sus vidas, pero apenas cortan la escena, es como si no estuviesen desnudos y la pasaran bastante aburridos. Una de las imágenes que más me sorprendió fue ver a la actriz (justo después del corte) viendo su Instagram, visiblemente aburrida, luego de varios minutos de coger ante las cámaras. Los gemidos no son reales nunca. Incluso la actriz tuvo que echarse lubricante incontables veces para que la penetración no la molestara. Además, realmente parecía más interesada en su perfil de Instagram, Twitter que dentro de la escena. Era como si estuviese en piloto automático. Al final del día es su chamba.
LIMPIAR
El trabajo más necesario. Había que limpiar. Fluidos, agua que se derramaba o lo que sea. No podíamos dejar el piso húmedo o con cualquier sustancia porque obviamente se resbalaban los actores. Algo bastante básico en todos lados. Había un “botiquín de primeros auxilios” donde había todo lo necesario para limpiar y cualquier eventualidad: toallas húmedas, Viagra, caramelos de menta, chiclets, desodorante y condones.
Tienen que entender algo. El final de toda película porno donde hayan hombres es el mismo: semen. Es el moneyshot, lo que "la audiencia quiere ver", según Fernando Deira. Para esta película, tenía que ser en el pecho y cara de la actriz. Uno de los actores lo logró, luego de unos tres o cinco minutos jalándosela frente a la cámara. Y pues claro, obviamente, me tocó limpiar semen del piso con un trapeador. Sabía que no me iba a escapar de esta parte de la chamba.
Terminó la película y el set quedó hecho un desastre. Un olor concentrado entre sudor, látex, desodorante barato y Doritos, ya que fueron los snacks en el descanso. Condones en el piso, manchas de semen y ropa interior decoraban el final del set. Era como si realmente hubiesen peleado y no cogido. Fue intenso y el aire acondicionado ayudó a que se concentraran todos estos aromas.
Hacer porno es más difícil de lo que pensaba. Tener sexo frente a diez personas no es fácil. Y menos para tres cámaras. Hay que realmente fingir que la estás pasando bien, lograr posiciones sumamente difíciles para que se vean adecuadas a la cámara, hacer justamente lo que el director te pida, y para los hombres: mantener una erección todo el tiempo. No importa si cortaron la escena o no: la erección siempre tiene que estar presente o habrá que esperar hasta que suceda. Es un trabajo muy difícil ser actor o actriz porno. Jamás podría hacerlo.
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Diego Urdaneta http://bit.ly/2If4Fxs
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