Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
A medida que se vuelve socialmente aceptable ir a terapia, los términos clínicos (ataque de pánico, detonante, trastorno de estrés postraumático) se están abriendo camino a la lengua vernácula. Recientemente, la gente ha empezado a decir que se "disocia" para describir una serie de experiencias, incluyendo cuestiones como no prestar atención en el dentista, cerrarse mentalmente después de leer algo que te saca de quicio, y caer en un estado de trance mientras escuchas música. No todo el mundo sabe cómo deletrear el término o pronunciarlo (¡es disociarse, no dis-A-sociarse!); algunos están perplejos por lo que significa, mientras que otros critican la forma en que las personas lo usan.
Opacando aún más el discurso, la escritora Emmeline Cline publicó recientemente un ensayo en BuzzFeed en el que considera que disociarse es una "nueva tendencia del feminismo", citando al personaje de Phoebe Waller-Bridge en Fleabag como el emblema para un nuevo nihilismo. Cline sugiere que al disociarse —en lugar de hacer un berrinche o presentar una imagen de seguridad—, la mujer herida se vuelve más digerible: "la prima de la chica genial o la chica relajada".
Si bien es cierto que está de moda insinuar tu desesperación existencial en un tono despreocupado y distante, en lugar de despotricar, especialmente entre las chicas tristes de internet, la sugerencia de Cline de que el acto de disociación es una elección ("La mayoría de las chicas aprenden a disociarse a una edad temprana", escribe), o que indica un nuevo tipo de feminismo, se siente exagerada. Pero el ensayo y el discurso de Twitter revelan que algunas personas necesitan aclaraciones sobre qué demonios significa realmente esta palabra, cómo se siente experimentarla, y si hablar cómo la salud mental, en un nivel poco profundo, es intrínsecamente algo malo.
La Asociación Americana de Psiquiatría define la disociación como una experiencia de desapego mental o desconexión entre la mente y el cuerpo, un mecanismo de adaptación inconsciente que generalmente se desarrolla en respuesta a un trauma. Cuando es más grave, la persona que se disocia puede experimentar amnesia, pérdida de identidad e incapacidad para reconocerse a sí misma o a su entorno.
Según Bethany Brand, psicóloga clínica y experta en trauma y trastornos disociativos, "todos nos disociamos en cierta medida". El problema, dijo, es que "hay confusión sobre lo que significa", incluso entre los psicólogos.
Brand dijo que la disociación se entiende mejor como un continuo de experiencias. En un extremo, hay una "disociación no patológica", por ejemplo, "la hipnosis de carretera", en la cual estás conduciendo y tal vez pierdes tu salida porque tu cerebro está en piloto automático, o el subidón que nos provoca correr, cuando entras en un estado donde logras ignorar el dolor corporal. En el otro extremo están los sucesos más problemáticos, como las lagunas de memoria o la "despersonalización-desrealización" (una sensación de observarte a ti mismo fuera de tu cuerpo o de existir en un estado de ensueño). Las personas diagnosticadas con trastorno de identidad disociativo (TID) podrían incluso quedar "divididos" en distintos estados de personalidad (lo que solía llamarse trastorno de personalidad múltiple).
Los síntomas disociativos, a menudo, acompañan a los trastornos de ansiedad. Durante los ataques de pánico, las personas pueden experimentar una desrealización, donde el mundo a su alrededor parece nublado o surrealista. Las expresiones más severas de disociación provienen del trauma. Las víctimas de abuso sexual pueden tener una experiencia extracorporal y verse a sí mismas en la esquina de la habitación o flotando sobre ellas mismas (ya sea durante el ataque o al recordarlo más tarde); los niños que sufren abuso aprenden a "adormecerse emocional y físicamente" para bloquear recuerdos dolorosos: básicamente para sobrevivir a lo que les está sucediendo, explicó Brand. La disociación puede desarrollarse como una técnica adaptativa para enfrentar la angustia severa, pero también puede convertirse en un hábito condicionado que algunos cargan en la edad adulta, donde puede presentarse una amplia gama de problemas, desde la dificultad de mantenerse lo suficientemente presente como para funcionar a diario, hasta la incapacidad de experimentar por completo las propias emociones.
Entonces, ¿cómo sabes si realmente te estás disociando o si solo estás abstraído? Durante el diagnóstico, a las personas generalmente se les pide que describan sus síntomas y algunas veces que contesten un cuestionario de la Escala de Experiencias Disociativas, que presenta una gama de experiencias y frecuencias. Brand dijo que un indicador, de que existe un problema, es cuando el comportamiento interfiere con el funcionamiento cotidiano (piensen en la diferencia entre quedarse mirando al espacio de vez en cuando y perder la noción del tiempo, frente a mirarse al espejo y no reconocerse a sí mismo).
Un artista independiente de 34 años, que pidió permanecer anónimo, dijo que tiene un trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT) como resultado del abuso emocional que sufrió durante su infancia. En su caso, dijo, disociarse significa que: "La vida continúa como siempre, pero dejo de tener un registro de ello". Su función ejecutiva se deteriora y pierde recuerdos de horas, días, semanas, incluso meses, pero no se da cuenta hasta que "vuelve a cobrar conciencia". "Por lo general, comienza con un detonante relacionado con un trauma pasado", explicó. "La memoria adquiere una calidad de ensueño y cuestiono todo lo que recuerdo. Mi existencia se siente cada vez menos real".
En casos como este, el tratamiento implica "fomentar la reconexión emocional con uno mismo", según Marlene Steinberg, psiquiatra e investigadora de trastornos disociativos y autora de The Stranger in the Mirror: Dissociation — The Hidden Epidemic. "En el proceso de esta psicoterapia, las personas toman conciencia de los factores detonantes para el desarrollo de su disociación, aprenden a distinguir los factores estresantes anteriores de las opciones actuales, y aprenden formas constructivas no disociativas para lidiar con el estrés, fomentando la curación de sentimientos auténticos previamente desconectados".
Brand cree que la proliferación del término es una buena señal, ya que indica que un mayor número de profesionales de la salud mental se están capacitando en los posibles efectos del trauma. "Ahora se está extendiendo a los medios y más personas escuchan esta palabra", dijo. Pero, según Brand, decirlo casualmente, solo para describir "una pérdida de concentración porque no quieres pensar en algo", es probablemente un uso inexacto y podría ser despectivo para las personas que sufren un trauma real y TID.
Si eres uno de los escépticos que sospecha que la gente se está "disociando" porque suena provocador o genial, los adolescentes de TikTok podrían hacerte cambiar de opinión. En la app, los jóvenes suben videos que capturan cómo se siente la disociación —literalmente realizan una disociación ante la cámara— pero no actúan, sino que recrean sus experiencias.
Cora Lanzo, una estudiante de 18 años del último año de preparatoria que administra la cuenta de Tik Tok @Cloroxguzzler, dijo que le diagnosticaron TEPT y que sufre de disociación diariamente. "Por lo general, me lleva a tener ataques de pánico y mucha ansiedad. También me causa problemas de concentración", dijo.
En un video, Lanzo le dice a la cámara: "¡Hola, revisión de disociación!" y luego procede a quedarse con la mirada perdida mientras sus ojos recorren la habitación. En otro video, les pregunta a sus seguidores si conocen esa sensación en la que "eres como un alma flotando en un recipiente que solo camina y habla con la gente, y piensas, ¿qué demonios es esto? ¿Es la vida real? ¿Los demás se sienten así o simplemente estoy loca? ¿Estás ahí, pero tu mente se siente completamente separada de tu cuerpo?
"Piénsenlo de la siguiente manera: están caminando hacia un destino y son conscientes de ello. De repente están en el destino", comentó a VICE. "No tienen idea de cómo llegaron allí... Su mente se apaga por completo de alguna manera. Pierden el contacto con la realidad por algunos períodos de tiempo".
Tori (@frosttthesnowman), una estudiante de 18 años que cursa el primer año de universidad, y tiene ansiedad y TDA, dijo que cuando se disocia se aleja y deja de estar presente, pero no se da cuenta de que lo está haciendo hasta que vuelve a cobrar conciencia. "Cuando despiertas, parece que alguien presionó el botón de play en el control remoto. Generalmente tengo que pedirle a la persona con la que estaba hablando que repita lo que dijo", aclaró.
"En 2019, escapar no es sólo algo que haces por diversión; es una táctica de supervivencia en un momento en que el mundo se siente inevitablemente estresante y fuera de control", escribió Anna Silman en un artículo reciente de la revista New York que habla sobre la popularidad de la ketamina, un anestésico disociativo que "adormece tu cuerpo y te hace sentirte apartado de tu entorno, como si estuvieras viendo tu propia vida en lugar de vivirla". Muchos de nosotros, ya sea que nos hayan diagnosticado un trastorno de ansiedad, (o simplemente estemos abrumados por los horrores en nuestras redes sociales y no podemos pagar una terapia), estamos en busca de formas de salir de nuestras propias cabezas, o al menos de nuestros teléfonos. Tiene sentido que la capacidad de desconectarse sin problemas cuando estamos estresados resulte atractiva: es una habilidad un tanto codiciada, como ser bueno en la meditación.
Idealmente, una mayor conversación en torno a la disociación conducirá a una mayor conciencia de la condición y, con suerte, a una mayor sensibilidad del lenguaje que usamos para describirla. Mientras tanto, a menos que un médico te haya diagnosticado —o literalmente estés usando ketamina— mejor solo di que estabas abstraído.
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