La primera vez que Alcolirykoz se presentó en su barrio, Aranjuez, al nororiente de Medellín fue en 2013. Fazeta, integrante de esta agrupación de rap, lo recuerda con felicidad: “Fue un concierto una chimba, era un barcito chiquito y esa vaina se puteó, lleno hasta las tetas. Fue bonito”. Luego del concierto, los Alcolirykoz –Fazeta (DJ), Gambeta (MC) y Kaztro (MC)– estaban caminando por el barrio; Kaztro y un amigo grafitero pintaron una pared y, casi sin aviso, se desató una pelea. “Ese día pasamos de estar felices a ese hijueputa candeleo, a ver a los parceros de uno así. Todos nos prendimos a puños, yo le quebré un botellazo en la cabeza a un man. Cuando volteé, estos maricas (Gambeta y Kaztro) estaban echando sangre. Llegó la policía, se los llevaron y empezaron a caerme los manes del barrio, a preguntarme que cómo fue, y buscando al chino que había hecho eso. Un montón de vueltas, un agite una gonorrea”, revive Fazeta. No había pasado ni una hora entre el fin del concierto y la llegada de Gambeta y Kaztro al hospital. Podría haber pasado en otro barrio, a otras personas, pero les pasó a ellos, y así la guerrearon. De las cicatrices de esa noche nació “Anestesia Local”, canción que cambió la dirección del disco que estaban empezando a hacer y, a la larga, la historia de Alcolirykoz.
Con los distintos trabajos que Alcolirykoz había publicado desde su debut en 2007 hasta 2014, su identidad, que resaltaba Aranjuez, la jerga de Medellín y juegos de palabras con sarcasmo y humor a la hora de rimar se habían ido consolidando. Sus instrumentales solían beber del jazz y ser alegres y jocosas. Ya tenían en su arsenal canciones que siguen sonando en sus conciertos hasta hoy, como “El Despilfarro”, “Clapzz” o “1999”. Se habían presentado un par de veces en el festival Altavoz –uno de los festivales musicales gratuitos más importantes de Colombia– y eran una agrupación reconocida en el panorama del rap nacional. Aun así, los conciertos no siempre eran tan frecuentes como ellos necesitaban: los días de bonanza después de una buena presentación podían ser seguidos por sequías hasta que volvieran a llamarlos a una tarima.
Así llegaron a Efectos Secundarios, el disco que acogió a “Anestesia Local”, lanzado el 28 de noviembre de 2014. El resultado: 48 minutos, 13 tracks y tres colaboraciones (Lianna, Aerophon y No Rules Clan); todo el álbum fue producido por El Arkeólogo (el alter ego de Gambeta a la hora de hacer instrumentales). En el camino de Alcolirykoz a convertirse en uno de los grupos más importantes del rap colombiano, Efectos Secundarios fue un punto de inflexión. En general, el disco marca un sentido distinto en las letras, una intención más precisa en los rapeos y consolida el progreso instrumental y lírico de Alcolirykoz. Es un muy buen disco, fundamental para el grupo y esta década del rap del país. Canciones como “Anestesia Local” y “ Otra Canción Larga” son himnos, que suelen constituir los momentos más viscerales y emocionales de los conciertos.
Desde Efectos Secundarios, Alcolirykoz ha disfrutado de años fértiles: han logrado abarcar la fanaticada más rapera de Medellín, Bogotá y demás ciudades del país, y, a la vez, han mostrado que pueden encender cualquier festival en el que se encuentren. Independientemente del género, hoy, y hacia el futuro, esta banda es una de las propuestas musicales con más fuerza en Colombia. Ya han pasado cinco años desde el lanzamiento de Efectos Secundarios. Para recordar la forma en que se hizo el álbum, cómo “Anestesia Local” cambió su propósito, las vivencias que lo inspiraron, el impacto que tuvo y lo que significa para Alcolirykoz, hablamos con algunos de sus protagonistas. Acá va, en sus propias palabras, la historia de este disco.
Vice: ¿Qué recuerdan de la época en que hicieron ‘Efectos Secundarios’?
Fazeta (DJ de Alcolirykoz): De las épocas más difíciles de mi vida ha sido cuando grabamos Efectos Secundarios. Cuando hicimos Viejas Receta –tercero álbum del grupo–, yo camellaba en una empresa y cuando empezamos a hacer Efectos Secundarios me echaron de esa gonorrea. Ese era el sustento fuerte mío, con Alcolirykoz se recibía plata, pero los conciertos no eran tan constantes, no le daba a uno pa’ vivir. Yo vivía en Aranjuez y cuando me quedé sin camello, me tocó irme a vivir a la casa de mi mamá en Bello; en ese momento tenía a mi hijo Matías muy pequeño. En esa casa había una terraza y una pieza en ladrillo, y ahí me tocó llegar con mi cama y la del niño, las tornamesas, la cocina, el baño, todo en una pieza. Fue una época muy difícil para mí. Y yo le daba con un amor el hijueputa a todos esos scratches de Efectos Secundarios, la mayoría salieron de esa piecita y de esa situación difícil. Recuerdo de esa época hacer los scratches de ”El Salón de la Injusticia”, otra de las canciones icónicas del disco, tirado y en la chanda.
Gambeta (MC de Alcolirykoz; también es el productor del grupo, bajo el seudónimo de El Arkeólogo): La época entre Viejas Recetas (2012) y Efectos Secundarios (2014) fue económicamente más difícil para nosotros, más inestable. Ya estábamos en boca de un montón de gente, pero no nos podíamos dar el lujo de cobrar buenos pesos por los conciertos. Podíamos estar luqueados en un momento y en otro estar pelados un tiempo hasta que llegara algo. Cuando hicimos Efectos Secundarios veníamos de guerrearla. Eso también se siente en el disco: había garra y rabia, rap más punkerudo.
Fazeta: Desde que Alcolirykoz sacó La Revancha de los Tímidos (2010), empezó a mostrar mejores beats, una identidad más propia, una jerga muy de Medallo y resaltó el barrio. En En Letras Mayúsculas (2007), disco debut de la banda, cuando yo todavía no estaba, estos maricas tuvieron su etapa de explorar, fue lo primero que tenían a la mano. Eran cosas bien hechas para la época, pero faltaba mucho. Luego En La Revancha (2010), El Despilfarro (2011) y Viejas Recetas (2012) se siguió explorando, pero era rap muy pegado al jazz. Y ya cuando vos escuchás un disco como Efectos Secundarios empezás a pillar que es un rap más crudo, más seco, del alma, sin azares de decir las cosas. Es un disco más maduro, se nota la experiencia en los conciertos y la manera de ver la vida, lo que nos pasaba nos fue convirtiendo en personas más profesionales. Hicimos un disco de rap con el que nos sentimos muy a gusto, y empezamos a soltar el miedo de decir cosas pesadas.
Gambeta: Cuando hicimos Efectos Secundarios teníamos esa necesidad de resaltar mucho ese estilo, que muchos llaman estilo noventero pero que pa’ uno es un estilo más de rap, que han querido desaparecer o hacerse los locos con él. Por seguirle el hilo a los gringos, han dicho que ya, demasiado de ese estilo. Nosotros teníamos ganas de restregarles ese color a lo Cypress Hill, puro bajo, batería, sonidos estridentes y rapee, a los que estuvieran en contra. Son dizque todos abiertos a nuevas cosas, pero les estorba un estilo que parece de hace años. Y para mí tiene que convivir todo, tiene que estar todo. Y así salió el intro, “Efectos Secundarios”, que siempre ha sido un pogo el hijueputa en los conciertos cuando salimos con él.
Para hacer Efectos Secundarios, empezamos a hacer canciones y teníamos “El Imaginario” y “El Ritual”. Todavía hacíamos cosas medio jazz, así dixieland, vueltas más jocosas y alegronas. Y ahí llegó “Anestesia Local”, que cambió todo. Se hizo y salió a los meses, fue el único sencillo.
¿Qué es lo primero que se le viene a la mente al pensar en ‘Efectos Secundarios’?
Gambeta: “Anestesia Local” es lo primero que se me viene a la mente al pensar en Efectos Secundarios. Fue la canción que marcó un rumbo, dijo ahora vamos así, vamos a cambiar, no más de eso, güevón. Y terminó entrando en el disco también como una manera de respetar el proceso: mostró como estábamos y hacia dónde íbamos. Fue mero salvavidas, incluso creativamente. Veníamos de estar tranquilos, no nos dolía ni una muela, estábamos cómodos. Cuando pasó lo que contamos en “Anestesia Local” –el episodio de la pelea y el coqueteo con la muerte–, desenterramos una necesidad. Alcolirykoz tiene mucho por hablar y a veces se cuida lo que se cuenta. Entre más joven, más piensa uno en qué debe de ir en una canción y qué no. Y a partir de “Anestesia Local”, si se me ocurrió, va.
En esa época todavía no sabíamos si a Kaztro le gustaría hablar del papá o a mí de mis cosas de peladito con mis cuchos, si aguantaría algo tan personal. No estábamos tan empelotados en el rap. Entonces al hablar de Efectos Secundarios, pienso en “Anestesia Local”, sí, y también en “Otra Canción Larga”. Ese disco fue un momento de sacarse las tripas, de empelotarse, de hacer lo que siempre consideramos el fuerte de nosotros. Nos han pasado tantas chimbadas en la vida que no volverlas una canción sería haber sufrido gratis. Y así empezamos. Antes de eso hablábamos de lo que nos pasaba, pero había un punto en que uno no escarbaba más y dejaba quieto. Kaztro perdió a su papá y él no hablaba de eso. Solo hasta tiempo después sintió que era necesario decirlo, como en Efectos Secundarios.
"Nos han pasado tantas chimbadas en la vida que no volverlas una canción sería haber sufrido gratis".
Cuando pensamos en “Otra Canción Larga” veníamos en bus de un concierto en Pereira. Y yo le decía a Kaztro que me ofendía que unas cosas que me habían pasado de peladito todavía me hacían un nudo en la garganta cuando pensaba en ellas, no estaban superadas. Y ya estaba muy viejo y me habían pasado hace muchos años, me ofendía no tener las herramientas para pasar por encima de eso. Escribí mi parte de “Otra Canción Larga” y se acabó esa vuelta automáticamente. Hablar lo de mi cucho, lo de mi hermana, “More”. Era también pa’ ellos: pa’ que entendieran que tengo todo en la cabeza y que estoy pa’ superar eso. Como diciéndole a mi familia vamos pa’ donde vamos, no azara nada de lo que nos haya tocado. “Otra Canción Larga” fue una forma de dejar cosas que nos perseguían y nosotros haciéndonos los güevones, cuando en realidad la única manera de sacarlo era decirlo. Soltarse, gonorrea. Históricamente, “Anestesia Local” y “Otra Canción Larga” están en la lista de las primeras canciones que físicamente me provocaban algo que nunca había sentido con ninguna otra canción.
Uno no puede negar que, más allá de la nostalgia, Alcolirykoz es muy de ese estilo A Tribe Called Quest. Tratamos de darle a la escena temitas que reboten pa’ que no todo sea pa’ mirar feo. Incluso nos hacen falta más de esos temas, le hacen falta a la escena, ese rap alegrón. Pero somos las dos cosas, también tenemos ese lado punkero: el beat de “Anestesia Local”, en un momento, parece un niño aprendiendo a tocar batería dándole a esos platos, y sale. Eso me gustó a mí: logramos que “Anestesia”, una canción que habla de una situación en específico, se volviera un tema que la gente nunca quiere que falte en un concierto. Es muy difícil, pero pasó solo. El efecto que tuvo nos dio una lección la hijueputa: no le ponga pare a las canciones, ni límites, ni metas. Una justicia una chimba. Una vez Julián Gaviria –fotógrafo y realizado audiovisual de Alcolirykoz– le mostró eso a un reggaetonero que fue al estudio de él para unas fotos, y le preguntaba sorprendido ¿a la gente le gusta eso? No estoy diciendo que sea malo, es que es muy pesado. Esa es una cachetada la hijueputa, y me gusta decirlo, güevón.
Julián Gaviria (realizador audiovisual de Alcolirykoz): No hay más para contar, solo dijo eso y cambió de tema. Es muy común ese tipo de sorpresas, a veces nosotros mismos nos sorprendemos con que ciertas canciones peguen, para un reggaetonero es mayor la sorpresa. Su premisa son los sonidos universales y pegajosos como fórmula de éxito, y ver que algo tiene cierto tipo de éxito despreciando totalmente esa fórmula los sorprende un poco.
¿Cómo habían evolucionado desde sus inicios hasta que llegaron a Efectos Secundarios?
Gambeta: Con los años, uno complica unas cosas y descomplica otras. En Efectos Secundarios evolucioné como lo hace alguien que viene años haciendo lo mismo. Usted escucha los primeros beats de Premier y están llenos de elementos y luego, con tres elementos, logró hacerlo mejor. A mí me pasa así en las letras: simplifiqué la forma de hacerlo, lo complicado eran las ideas. Y como decimos en un tema, después de que ya está hecho todo parece fácil. Esa ha sido la evolución mía: tratar de descomplicar la forma. Uno empieza a tener ideas más profundas y tesas y las dice de una forma más simple, para que cuando la gente lo escuche haya más contenido en menos. Primero nos gastábamos un montón de renglones. Luego, en una frase tenía que haber algo que uno dijera ¡ qué chimba!, entonces nos demorábamos más para escribir.
En Efectos Secundarios también se escucha la transición de la voz. Antes la voz era más hardcorera. Me solla cuando en los conciertos a uno le toca cambiar el tono para rapear una canción de antes, es como afinar un instrumento. De una época pa’ acá empezamos a mejorar mucho en las intenciones. La mayoría de las cosas antes eran planas en su interpretación, no transmitían. Es como una actuación: hay unas malas y otras que lo hacen a uno creer que es real. Yo quería que, si yo me sentía exaltado y endemoniado en “Anestesia Local”, la gente lo escuchara y sintiera ganas de pelear, gonorrea. Lograr transmitir un pedacito de eso. Y si “Otra Canción Larga” me daba una nostalgia la hijueputa y ganas de tomar guaro, que la gente también sintiera eso.
"Me solla cuando en los conciertos a uno le toca cambiar el tono para rapear una canción de antes, es como afinar un instrumento. De una época pa’ acá empezamos a mejorar mucho en las intenciones".
Yo sí creo en lo que uno transmite. Solo el que está convencido de algo lo logra convencer a usted. Así es el rap: hay gente con un montón de contenido, pero sin intención, y no logra transmitir. A veces usted jura que por sentirlo ya está ahí, y no, hay maneras de ponerlo. Creer en eso, grabar convencido. A veces estaba feliz y no grababa una canción así porque no me iba a salir. Y en cambio había momentos en que decía estoy pa’ tal canción. Me tomaba unos roncitos y llegaba al punto para botar toda esa mierda.
Fazeta: Después también empezamos a entender – por medio de Julián Gaviria, nuestra ambición y sobre todo la de Gamba – de tener más videos. Decíamos nea, la parte de la música está chimba, hay conciertos, pero no tenemos videos, una falencia la hijueputa. Y ahí empezaron a llegar los videos, como “Anestesia” y “Efectos Secundarios”.
De ahí pa’ acá, visualmente, empezaron a salir muchas más cosas. La intención de subir el nivel de las portadas, por ejemplo, con Julián Gaviria. La de La Revancha es una chimba, la de El Despilfarro es más tesa, Viejas Recetas es como nea, esto es una mezcla de un montón de vueltas, por eso el sancocho. Y en Efectos, gonorrea, somos soldaditos de plomo, camelladores, en una fábrica, y nuestra fabrica es el rap. Fue nuestra forma de decir parce, estamos camellando firmes hasta la chimba.
Julián Gaviria: Lo que me inspiró para Efectos Secundarios fue que Gambeta hace todo el tiempo, con su música, lo que esa portada cuenta. Él agarra cosas empolvadas, escondidas, muchas veces en la basura y las busca horas y horas. Ve en ellas un valor que pocos ven: así hace beats. Fue un tributo a toda esa música desconocida por muchos que Gambeta vuelve un beat y le da una nueva oportunidad. Eso fue lo que me inspiró para esta portada.
Y de la época de Efectos Secundarios recuerdo que sentía que había pasado ya mucho tiempo, y aún hoy seguimos los mismos con lo mismo. Estaba yo con una cámara, persiguiéndolos. Aún eran desconocidos para muchos, ¡pero cada día había más enamorados del proyecto! Para este álbum convoqué al Mango Marín para que hiciera el diseño, desde eso no nos abandona, como todos los que entran a la familia AZ. Recuerdo que andábamos pensando mucho en Bogotá: Medellín ya lo teníamos en el bolsillo, y Bogotá seguía siendo un reto que cada día daba mejores resultados.
AZ es diferente para los que lo ven desde afuera porque ven el progreso, los logros. Pero para mí, AZ es lo mismo desde el día uno, lo esencial sigue intacto. Antes de ese disco todo fue como antes de La Revancha de los Tímidos, o como antes de “Anestesia”. Lo que más me enamora de AZ es tener la certeza de que en 50 años seremos los mismos con las mismas ganas, eso no ha cambiado y no creo que cambie.
Fazeta: A partir de Efectos Secundarios se cumplió el sueño que teníamos de vivir de la música, empecé a ver que sí se podía. Yo después de que me echaron de esa gonorrea de empresa empecé a sostenerme a partir de AZ y todo lo que estaba generando. Fue un impacto brutal. Ya desde el disco empecé a levantarme y acostarme con el rap. Esos son los efectos secundarios que le trajo el disco a mi vida: vivir completamente de la música.
El impacto de Efectos Secundarios para Alcolirykoz fue que confirmamos que podíamos hacer el rap que nos diera la gana. Y que, si lo hacíamos bien, la gente lo iba a recibir. Un tema como “Anestesia Local 2”, con un beat denso y una temática dura, lo cantan en los conciertos como si fuera música de diciembre. Y eso lo sabíamos, pero con esas cosas lo entendimos: la música no es de fórmulas sino de honestidad, de meterle sentimiento a las vueltas. La música honesta tiene algo que llama a la gente, es como un imán. Canciones como “Anestesia” muestran que la gente se puede tomar como ¡qué chimba! vueltas tan asesinas. Y el aporte al rap colombiano, con el reggaetón tan fuerte en ese momento, fue demostrar que AZ podía vivir melo de puro rap. Fue un ejemplo del que partió mucha gente para decir gonorrea, no tenemos que cambiar nuestra manera para hacer rap.
"El impacto de Efectos Secundarios para Alcolirykoz fue que confirmamos que podíamos hacer el rap que nos diera la gana. Y que, si lo hacíamos bien, la gente lo iba a recibir".
Gambeta: El nombre de Efectos Secundarios viene de “Anestesia Local”. Veníamos hablando en terminología médica. Lo decimos en el intro, ahí está el significado: “Después de la anestesia, fijo vienen los efectos secundarios”. Como por culpa de “Anestesia”, cada canción era un efecto o un síntoma de eso. Como diciendo, por eso ahora pienso esto y hago esto. Por esas puñaladas ahora veo la vida así. Somos el resultado de eso. Sin “Anestesia Local” no existiría Efectos Secundarios. Estoy seguro de que, si no hubiera pasado lo de las puñaladas y no hubiéramos hecho “Anestesia Local”, las canciones hubieran seguido por la línea de “El Imaginario”, y eso no hubiera sido lo más ideal. Fue un futuro que no llegó: canciones más fiesteras, hacia el relajo y la despreocupación , no vamos a morir.
Ahora que uno lo hizo por otro lado sabe que por acá sí era. Después de “Anestesia” sabíamos que sí podíamos morir, nos pellizcó . Valore esto, y por eso también estamos agradeciendo. El disco tiene una carga la hijueputa de vitalidad: casi me voy y no me fui, así que tenga, gonorrea. Casi no la contamos, y ese es un motor el hijueputa. Usted revalora todo, güevón. Como uy, nos dieron otra oportunidad. Efectos Secundarios es un cambio pa’ nosotros y pal’ rap llegó con una fuerza que faltaba, es un pellizcón. Qué, ¿cuándo va a contar lo de su papá? ¿Cuándo se muera? ¿Cuándo va a contar lo que le pasó? Cuéntelo ya, gonorrea. Y así salió, no dio espacio para esperar a otro disco y contarlo
Santiago Cembrano https://ift.tt/35eel2d
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