Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.
Nunca me di cuenta de lo poco que sabía sobre la depresión hasta que me deprimí. No sabía, por ejemplo, cómo la depresión puede quitarte el deseo sexual. No sabía que la depresión ataca tu capacidad de atención, tu energía y tu capacidad para terminar tus proyectos y deberes. Durante uno de mis más recientes episodios depresivos, tuve problemas para terminar los artículos que escribo para revistas y películas. El número de correos electrónicos que envío se desplomó. Las tareas cotidianas parecían ser misiones hercúleas.
Pero quizás lo más sorprendente fue la apatía emocional. Nada acerca de la palabra "depresión" me preparó para tener un momento de contacto visual con mi sobrina de dos años, quien yo sabía que debía derretir mi corazón con solo verla, y no sentir absolutamente nada. O para asistir al funeral de un amigo, rodeado de sollozos, y preguntarme, con una mezcla de culpa y alarma, por qué no estaba sintiendo nada. Por todo lo anterior acudí con una profesional.
Mi consulta con la terapeuta
P: ¿Por qué mi depresión me hace querer distanciarme de las demás personas?
R: Este es un fenómeno confuso y muy real: no quiero estar solo... pero déjenme solo.
Me gusta pensar en la depresión como una entidad, separada de ti, y como algo que crece y se encoge. Ciertamente, hay muchos comportamientos que ayudan a que crezca la depresión: aislarse, dormir demasiado, quedarse en casa, no comer, comer de manera poco saludable, descuidar la higiene, etc. Es probable que no sean comportamientos que llevarías a acabo si no estuviera involucrada la depresión, pero este padecimiento puede penetrar tu cerebro furtivamente y hacer que únicamente quieras hacer esas cosas. Te dice que es todo lo que eres capaz de hacer y, luego, justo el hacer esas cosas empeora tu estado mental y te mantiene deprimido por más tiempo.
La otra parte de mi respuesta es que no hay absolutamente nada de malo en ti por querer distanciarte de otras personas. Podría ser que no te sientas como tú mismo, y que simplemente salir al mundo parezca inútil o demasiado agotador. Pero si puedes, debes luchar contra esos sentimientos, porque a veces tu cerebro logra salir de su estado depresivo, aunque sea por un momento, cuando estás con las personas que te importan.
Este es mi mejor consejo: cuando estés deprimido, haz exactamente lo contrario de lo que tu cuerpo te dice que hagas. Así que si tienes deseos de dormir hasta las 2 pm, oblígate a salir a dar un paseo. Si tienes ganas de pedir comida a domicilio o de solo comer papas fritas, organízate lo suficiente como para cocinar algo sencillo y saludable. Cuanto más a menudo te tomes un momento para identificar si lo que estás a punto de hacer aumentará o reducirá tu depresión, más podrás alejarte de los pensamientos y comportamientos que provoca la depresión.
Michelle Lozano es una terapeuta asociada de matrimonio y familia y miembro de la ADAA.
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