Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.
Unos científicos dosificaron a caimanes con ketamina y los hicieron escuchar sonidos a través de audífonos para comprender mejor las habilidades auditivas de los dinosaurios.
El experimento, descrito en un artículo publicado el lunes en The Journal of Neuroscience, fue diseñado para estudiar los "mapas neuronales" (pasajes cerebrales que contienen información sobre las ondas sonoras) que generan los caimanes para localizar ruidos en sus hábitats. Estos mapas son vitales para muchos vertebrados, y se desarrollan especialmente en depredadores nocturnos como las lechuzas, porque dependen en gran medida del sonido para localizar a la presa.
El enfoque del estudio fue un concepto llamado diferencia de tiempo interaural (DTI), que es la diferencia de tiempo de llegada de un sonido entre dos orejas y oídos. Aunque este lapso de tiempo suele ser de unos pocos microsegundos, desempeña un papel crucial para ayudar a los animales a detectar dónde se originan los sonidos.
Catherine Carr, bióloga de la Universidad de Maryland, y Lutz Kettler, neurocientífico de la Universidad Técnica de Múnich, han pasado años estudiando cómo los procesos de DTI ayudan a los animales como las aves y los reptiles a localizar ruidos. Ya que las aves, los caimanes y los dinosaurios descendieron de los arcosaurios –un linaje que floreció en el Período Triásico– el nuevo estudio proporciona pistas sobre los sistemas auditivos de los dinosaurios al estudiar a sus primos existentes.
"Las aves son dinosaurios y los caimanes son sus parientes vivos más cercanos", le dijo Carr a Motherboard por correo electrónico. "Se podría inferir razonablemente que las características compartidas por ambos grupos se encontraron en dinosaurios extintos, por lo que asumimos que los dinosaurios podían localizar el sonido".
Estudios anteriores han establecido que las aves desarrollaron un proceso neuronal diferente de localización del sonido en comparación con los mamíferos. En este estudio, Carr y Kettler intentaron capturar en qué parte del espectro DTI están los caimanes estadounidenses.
El equipo le inyectó 40 caimanes estadounidenses del Refugio de Vida Silvestre Rockefeller en Louisiana, ketamina y dexmedetomidina para sedarlos. Mientras los animales estaban anestesiados, les colocaron unos audífonos Yuin PK2, equipados con cuernos y en la cabeza les pusieron electrodos para registrar las respuestas neuronales auditivas a los tonos y los clics que se escuchaban a través de los audífonos.
"Utilizamos los dos tonos que el caimán podía escuchar bien (alrededor de 200 a 2000 Hz) y ruido", dijo Carr. "Seleccionamos los tonos y el ruido para proporcionar estímulos naturalistas".
El experimento reveló que los caimanes localizan los sonidos utilizando sistemas de mapeo neuronal similares a los de las aves, a pesar de las enormes diferencias en sus anatomías cerebrales.
"Una cosa importante que aprendimos de los caimanes es que el tamaño de la cabeza no afecta la forma en que su cerebro codifica la dirección del sonido", le dijo Kettler a Motherboard por correo electrónico.
Esto significa que los dinosaurios grandes como el tiranosaurio rex probablemente usaban mecanismos auditivos similares a los de las aves y los caimanes para localizar los sonidos. Si bien los científicos no pueden retroceder en el tiempo para observar los cerebros de los dinosaurios, los parientes sobrevivientes de estos icónicos animales extintos proporcionan una ventana emocionante hacia el pasado.
Becky Ferreira https://ift.tt/eA8V8J
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