Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Crecí escuchando los mitos en torno a la casa de mi familia, la cual solía ser una granja de la época de la Guerra Civil en una antigua plantación en Memphis, Tennessee. Me decían que se escuchaban ruidos de pasos en las escaleras todas las noches, pero ¿todo eso era real? ¿o mi familia se imaginaba todo por contar la misma historia de terror tantas veces?
Con la ayuda de mi tía y mi tío, ambos investigadores paranormales, busqué evidencia de algo que aparentemente no se puede demostrar. Utilizamos técnicas inventadas por los espiritistas hace más de un siglo junto con herramientas de investigación contemporáneas: dispositivos de grabación de audio, medidores EMF que miden campos electromagnéticos y rejillas láser que proyectan una longitud de onda de luz de 532nm, que según algunos investigadores sirven para detectar trastornos visuales. Instalamos las herramientas en la casa y luego esperamos, a veces observando durante horas. Después de cada visita, revisábamos la evidencia recopilada y procesábamos imágenes fotográficas de los sitios de actividad.
Los trabajos aquí mostrados son el resultado de nuestras investigaciones. El título del proyecto, Record of Cherry Road, rinde homenaje al "Record of Cherry Road" original, una empresa que mi madre, Cary, comenzó en la década de 1960 cuando era una niña que buscaba documentar los acontecimientos inexplicables que ocurrían a su alrededor.
A través de estos documentos, exploro las inquietudes de mi familia mientras los muertos continúan viviendo la recurrencia de nombres a través de múltiples generaciones. Cary es el nombre de mi madre, mi abuela y mi bisabuela, así como mi segundo nombre. Me atrajo particularmente la idea de mostrar fotografías antiguas, mapas de pasos y relatos escritos de eventos de los años 60 junto con nuevas pruebas fotográficas y mediciones de perturbaciones visuales y auditivas.Todas juntas, combinan historia y mito.
El registro del objetivo de Cherry Road, entonces, es cuestionar nuestra continua dependencia de la fotografía para demostrar una creencia. ¿Simplemente vemos lo que creemos, o creemos lo que vemos?
Al crear imágenes dentro del nexo de hecho y fe, enfrento mi falta de un sexto sentido en contraste con la aparente sensibilidad de mi familia a las presencias invisibles. Al igual que los investigadores paranormales, confío en una máquina sin vida para crear y validar el espíritu intangible de lo vivido. Pero las imágenes resultantes, como las historias de fantasmas, son reales e imaginarias.
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